Martín romero
LAS FABULOSAS CRÓNICAS DEL RATÓN TACITURNO, de Martín Romero
Artículo prepublicado en faro de Vigo el 6 de Enero de 2012
Experimentación gráfica y pesadillas de infancia.
“Las Fabulosas Crónicas Del Ratón Taciturno”; la novela gráfica de un gallego que explora los rincones menos luminosos de la infancia.
Martín Romero, natural de Boiro, se ha hecho conocido por aportar su lírica visual a la obra musical de “The New Raemon”, para quien ilustra portadas de discos, carteles e ilustraciones promocionales, etc. Pero Romero es además un tenaz autor de cómics, ya conocido por su fanzine “La ratonera”, y en este terreno acaba de tener su bautismo de fuego. En el siglo XXI parece que hay que pasar por la novela gráfica para llamar la atención, así que tras un buen puñado de trabajos breves donde ya demostró personalidad y talento, se embarcó en una obra de extensión ambiciosa (¡326 páginas!).“Las Fabulosas Crónicas Del Ratón Taciturno” es un cuento para adultos sobre la infancia. Una infancia que para Romero no es un campo soleado sino un ominoso laberinto de rincones oscuros, una montaña rusa emocional de anhelos y carencias que atormentan y atenazan al infante, por definición un ser humano incompleto e indefenso que no sabe cómo enfrentarse a su dolor. La novela gráfica cuenta la historia de un niño que se instala con su padre en el campo, en una casa al lado de la costa. Su madre los ha abandonado. En este paraje, en principio paradisíaco (el mar, el campo, los bosques…), se enfrentará a todo tipo de hostilidades, entornos físicos y humanos agresivos, con el único apoyo de la hija de su vecina, una niña igualmente atenazada por carencias que enfrenta con decidida agresividad (en contraste con el ánimo pusilánime de nuestro protagonista).De traumas infantiles y cuentos morales sobre el doloroso proceso de crecimiento personal está el mundo lleno y la trascendencia de la obra podría tambalearse en lo que ya puede entenderse como un tópico, así que sin duda el riesgo estaba en el punto de vista que Romero eligiese para narrar esta pequeña fábula. El tono, claro, y la forma, por supuesto, son así claves para comprobar si la ambición deriva en tópicos y fracasos o en otro matiz a un trasunto digamos universal. Romero parte de terreno seguro, de sus relatos breves (pueden leerse en su web: martinromero.es) para hacerlos crecer hasta un relato adulto y siniestro, donde el dolor personal y carencial se manifiesta en una plasmación ominosa del espacio circundante.
Los bosques, las tormentas, los hogares, la escuela… todo retrata una oscuridad anímica casi feroz, y los breves capítulos van desgranando pequeñas y extrañas historias, entre el surrealismo y el costumbrismo, con niños-ogro, semi autómatas, imaginería religiosa o animales espectrales.Aunque este “Ratón Taciturno” puede caer, y cae, en exageraciones quizá amaneradas y navega en terrenos argumentales, insistamos, bastante manidos, la realidad es que el autor salva la papeleta de un reto de la ambición de este cómic gracias a un dibujo excelente y un imaginativo empleo de todo tipo de recursos gráficos para narrar su historia.
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