La estampa del rey Juan Carlos, comiendo huevos estrellados con los presidentes de Gobierno de España, en Casa Lucio, ha dado la vuelta por todas las portadas de periódicos e informativos. En el corazón del viejo Madrid, en la Cava Baja, una buena imagen de concordia institucional en momentos claves de la vida pública española.
A la política madrileña le vendría bien este tipo de encuentros tan informales como serios en su contenido. Me atrevo a proponer que el Rey emérito, ahora que anda más sobrado de tiempo, se siente a la mesa con los presidentes de nuestra Comunidad: Leguina, Gallardón, Aguirre, González y Cifuentes; y que se haga otra sentada gastronómica con los alcaldes de la capital: Barranco, Manzano, Gallardón (que doblaría comida), Botella y Carmena. Eso sí, en vez de repetir los inigualables huevos estrellados de Lucio, que hagan ejercicio de casticismo y se metan en la calle de Embajadores, donde se encuentra la freiduría más popular de gallinejas, entresijos, tiras, negras y chorretes. Nada se pierde por intentarlo, y es seguro, que se ganaría en concordia e imagen de «todos por Madrid».
Por cierto, en el encuentro de Cristina Cifuentes con el rey Felipe VI, como nueva presidenta regional, podría haber invitado al monarca -no sé si lo ha hecho- a que visite oficialmente nuestra Comunidad, visita que ya hizo siendo Príncipe de Asturias. A veces, teniendo la realidad tan cerca, viviendo dentro de ella, no se tiene todo el conocimiento de la misma, y en nuestra región hay zonas que debería visitar el Rey.
