Tomás Gómez no se cree nada de lo que dice o promete el Gobierno regional, ni siquiera se fía de lo que hace. Por eso, aconseja a las empresas del sector de la sanidad privada, que no acudan a los concursos de externalización de hospitales públicos. Pero fracasa en el intento, y va a por otra. El mismo día en que se hacen públicas las adjudicaciones de la gestión indirecta en los hospitales, el líder de los socialistas madrileños lanza a los cuatro vientos que Eurovegas no se hará en Alcorcón, que el proyecto queda abortado y las esperanzas de creación de empleo son el sueño de una noche de verano, o la segunda parte de «Bienvenido Mr. Marshall».
Inmediatamente salen, cada uno por su lado, el presidente regional, Ignacio González, y el magnate de Las Vegas Sands, Mr. Adelson, para desmentir a Gómez y ratificar el proyecto de Eurovegas en Alcorcón, a pesar de lo cual el líder socialista, erre que erre, insiste en que no. Al margen de todo esto, hay algo cierto: aún no se han redactado los pliegos de condiciones del proyecto, y esto significa un gran retraso que no se ha justificado. Puede que Adelson espere al 9 de septiembre para saber si a Madrid se le concede la organización de los Juegos Olímpicos de 2020, y en función ello, adelantar, retrasar o modificar el proyecto de Eurovegas para acomodarlo a los intereses del tiempo olímpico.