Dicen que puede ser la canción del verano, la que interpreta en la intimidad el portavoz de Ciudadanos en la Asamblea regional, Ignacio Aguado. «María Cristina me quiere gobernar, y yo le sigo, le sigo la corriente, porque no quiero que diga la gente, que María Cristina me quiere gobernar». Cifuentes ha compuesto un gobierno para un cambio de rumbo y con vistas a hacerse con el partido en Madrid, aunque ella diga, que de momento, no piensa en eso. Pero que nadie olvide que está atada por 76 pactos firmados con C´s, que es como si éstos gobernaran desde fuera, en la sombra. Aunque Cifuentes aparente autonomía en la forma de gobernar, lo hace bajo el control y marcaje de los hombres y mujeres de Aguado, que para eso va a tener permanentemente la mosca cojonera de una comisión de seguimiento para el cumplimiento de los acuerdos firmados con el partido naranja, acuerdos que tienen jugo agridulce.
Tengo curiosidad por saber si el instalar una inmensa bandera arco iris en la fachada de la Real Casa de Correos de la Puerta del Sol, fue una idea de Cifuentes o de Aguado; si fue una sugerencia de la alcaldesa, para que la Comunidad también abanderara, como el Ayuntamiento, la fiesta del orgullo gay, o un detalle con un colectivo importante, con tanto caladero de voto, como otros colectivos sin bandera. Cifuentes quiere gobernar, y Aguado le sigue la corriente. Por cierto, me alegro del talante, disposición al diálogo y buenas maneras del portavoz socialista, Ángel Gabilondo. Ya estábamos echando en falta la educación y el ánimo de llegar a acuerdos en beneficio de los ciudadanos.
