26
Jul 13

Agitado curso político y social

El año político, económico y social no empieza en enero; va de septiembre a septiembre, lo que conocemos como temporada. Se ha acabado un curso que ha sido intenso y difícil. En el ámbito de lo político, hemos asistido a un periodo de sesiones convulso en la Asamblea Madrid, con escándalos en los plenos, tanto en la tribuna como en el hemiciclo, lo que provocó expulsiones, abandonos, palabras gruesas y un verbo hiriente entre sus señorías que dio paso a situaciones de alta tensión, sobre todo en aquellos asuntos cuyo debate estaba en otros escenarios, pero que se colaron en el Parlamento madrileño para hacer que viviéramos situaciones desagradables e insólitas. También el síndrome Bárcenas fue puesto sobre la mesa en un afán interesado de la oposición de contaminar políticamente la Cámara. La sanidad y la educación fueron dos asuntos de batalla política y social, tanto en el Parlamento como en la calle. Hemos vivido unos meses del alto voltaje con huelgas, paros, manifestaciones y concentraciones, mientras que en el plano económico se vislumbra una tenue rayo de luz al fondo del túnel de la crisis, con esperanzadoras bajadas en el paro, mientras que la tragedia del Madrid Arena ha marcado dramáticamente la página de los sucesos. Ojala que el verano sea una pausa para calmar desasosiegos.


05
Jul 13

Rebajísimas

Dos hechos dan el pistoletazo de salida al verano. La primera fase de la primera operación salida de vacaciones, con la carretera como protagonista para comenzar el tiempo de asueto, o para llevar a los niños allí donde los abuelos estaban hasta entonces gozando de las mismas y empieza para ellos el “campamento” de verano familiar. El segundo hecho es el inicio de las rebajas, que vuelven, como las golondrinas, de los escaparates sus ofertas a colgar. Pero la crisis lo ha desnaturalizado todo, hasta el punto de cambiar el dicho de “todo el año es carnaval”, por el de “todo el año es una rebaja”. El deterioro de la actividad comercial, el enfriamiento del gasto y la inhibición del consumo, ha obligado a las administraciones competentes a autorizar rebajas fuera del calendario tradicional.
Que las rebajas de verano comiencen el 1 de julio, ya es sólo una cuestión nostálgica, sentimental, sin colas ni desenfreno a la hora de abrir los comercios el primer día, para llevarse las primeras gangas. La necesidad de incentivar el consumo, hace que los establecimientos tengan rebajas, liquidaciones, ofertas y ofertones durante todo el año. Esto ya no es lo que era: cada vez sale menos gente a primeros de julio y para los que se quedan, las rebajísimas ya no son ningún sueño de verano.