22
Sep 11

Ricos y pobres

Los viejos latiguillos de la demagogia universal nunca mueren. El trasnochado dilema hombre-rico, hombre-pobre, que marcó los discursos más radicales de la izquierda, renace en plena crisis de las ideologías. El candidato Rubalcaba recupera el impuesto de Patrimonio con el fin de que los «ricos paguen más», aunque todos seamos conscientes de que casi nunca los ricos terminan pagando más. El propio Alfredo P. R. anuncia que va a poner un impuesto a los bancos, con el mismo espíritu y entusiasmo que demostró cuando estaba en el gobierno (que ha sido casi toda su vida) a la hora de perseguir impositivamente a la banca en defensa del pobre impositor. Pero la guinda más grande del pastel la ha puesto el secretario general de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, que aprovechando el conflicto en la enseñanza, ha pedido que se «eliminen los regalos fiscales a las familias más ricas, y con ello se daría trabajo a los maestros interinos». Y otra frase grandilocuente de Gómez: «Con mis impuestos no quiero que se financie a las familias que llevan a sus hijos a la enseñanza privada no concertada, mis impuestos son para sostener servicios públicos como la educación, no para hacer regalos fiscales a los más ricos». Pues a algunos de sus compañeros, correligionarios o conmelitones que llevan a sus hijos a colegios privados no les habrá gustado lo dicho por Gómez.

Hemos vuelto al viejo discurso de ricos y pobres, de clases dominantes y clases dominadas. Eso ya no se lleva ni se lo cree nadie en este país y en el siglo en que vivimos. Quizá la razón se encuentre en este viejo anónimo: «La política es el arte de obtener el dinero de los ricos y el voto de los pobres con el pretexto de proteger a los unos de los otros».


08
Jul 11

Parados y ministros

Durante el mes de junio, el paro en la Comunidad de Madrid descendió en 6.365 personas. Una golondrina no hace verano, pero una bajada en la lista de desempleados, aunque sea con un raquítico porcentaje del 1,3 por ciento, permite respirar un poquito de optimismo. Sabemos que es paro estacional, que el verano, el veraneo, el turismo y el ocio en su conjunto, se alían para dar ocupación a muchos de quienes durante el resto del año están de brazos cruzados porque no les queda otro remedio. Ese optimismo no debe impedirnos ver el bosque de la realidad, compuesto por 469.511 árboles secos de productividad, que es el número de parados registrados en la región madrileña.

Es probable que en estos días, Alfredo P. Rubalcaba reciba 469.511 cartas solicitándole esa receta que tiene guardada en una de las mil mangas de sus cientos de chaquetas, en la que se contiene la fórmula mágica para crear empleo, tan bien guardada que no ha sido capaz de encontrarla en casi ocho años de compartir responsabilidades de gobierno.

Un dicho anónimo asegura que «el verano es el mejor amigo de los pobres», y a ello se ha apuntado la ministra Pajín, que en compañía de sus padres, se ha hecho un fin de semana en la isla de Menorca, en una residencia reservada a los funcionarios del Ministerio de Sanidad, a precios de ganga. Buen gesto el de la ministra, que ha querido descender de su pedestal y ponerse a la altura de los «congelados» funcionarios y disfrutar de unas mini vacaciones económicas, sin lujos, sin gran despilfarro del bolsillo propio, aprovechándose de la oferta pública. Y encima la critican. Qué país más injusto.