04
Mar 11

De alta a baja velocidad

Ya lo saben: el gobierno de Zapatero mira por las arcas públicas y aparta la vista de los bolsillos de los ciudadanos. ZP levanta el pie del acelerador y embraga para reducir la marcha y evitar que el coche de la recuperación económica se le cale. Alguien, quizá alguno de esa legión de asesores que tiene dentro de la Moncloa y a extramuros del palacio presidencial, le ha dicho que si conducimos más despacio, ahorraremos combustible. Sugerido y hecho, sin encomendarse a Dios ni al diablo. Rubalcaba anuncia que la velocidad máxima en autopistas y autovías será de 110 kilómetros-hora; es decir 10 kilómetros por debajo de la actual y 20 por debajo de lo que se pretendía, que era aumentarla a 130.

Lo que ocurre es que si se nos obliga a circular más despacio en carretera y no más allá de a 30 por hora en vías urbanas, el tráfico se puede ralentizar y en un atasco se gasta más combustible y se contamina más. Lo que lo que le ha puesto al gobierno es la posibilidad de que rebajando la velocidad máxima, serán muchos más los que caigan en las garras del radar, aumentarán las  multas y con ello la recaudación para el Estado. ¿Rebajarán también la velocidad de crucero de los aviones?

España no alcanza la velocidad de crucero, ni en lo económico, ni en lo político, ni en la carretera. Si seguimos así, el gobierno le recortará las alas al AVE, para que vuele más despacio, porque a menor velocidad, menos gasto energético eléctrico. Pasaremos de apostar por la alta velocidad a situarnos en la baja velocidad de los países que no saben hacia dónde van y conducen torpemente. Tampoco se podrá decir: «¡Me pones a cien!», porque lo mismo nos limitan el atrevimiento.