10
Jun 11

Marcas blancas

Tomás Gómez no se da por vencido hasta que el destino se hace presente y dicta sentencia. Entonces no tiene más remedio que reconocer la derrota, pero no por ello la culpabilidad directa. Gómez perdió de forma estrepitosa las elecciones del 22 de mayo, pero no se autoinculpó y echó balones al tejado ajeno y al vecino de Ferraz. Lo mismo ocurrió con la posibilidad de un pacto con UPyD para evitar que la derecha gobernara en aquellos ayuntamientos donde había ganado, pero no había conseguido la mayoría absoluta. Cuando vio que el acuerdo era imposible, en el momento en que se apeó de su utopía de poder llegar a acuerdos con el partido de Rosa Díez, se tiró al monte, se subió por los cerros de Úbeda y dijo de UPyD que es la «marca blanca del Partido Popular», lo que le costó una respuesta dura y contundente de la propia Rosa Díez: «El secretario general de los socialistas madrileños quiere conseguir en los despachos lo que los madrileños no le han dado en las urnas». Nada más incuestionable. Y punto.

Cuando Tomás Gómez se refiere a UPyD como «marca blanca» del PP, no está cayendo en la cuenta de que el PSOE ha tenido, tiene y tendrá, con algunas dificultad a partir de ahora, su propia marca blanca: Izquierda Unida, gracias a la cual gobierna en instituciones donde no obtuvo mayorías absolutas, incluso en aquellas donde quien ganó fue el PP. El propio coordinador general de la coalición, Cayo Lara, acaba de instar a sus compañeros a que apoyen al PSOE y eviten gobiernos de la derecha allá donde puedan, como figura en su compromiso electoral. ¿Hay marca más blanca para el PSOE que la de IU?


03
Jun 11

Alcaldes numantinos

Son capaces de hacer, deshacer, enredar y escribir la historia con reglones torcidos con tal de perpetuarse en el cargo. Han hecho de la política una forma de vida, de pegarse la buena vida, y ofrecen resistencia numantina al mandato de las urnas. Son alcaldes, algunos desde la prehistoria democrática, y se aferran al cargo desesperadamente, aunque hayan perdido. Unos están camino de conseguir sus propósitos y otros hacen ya las maletas para cuando los pactos imposibles les echen de los despachos.

El caso más fragante y esperpéntico el de Getafe. Un alcalde, Pedro Castro, 28 años en el cargo con vocación de hacerlo cuatro años más, que no admite que la derrota electoral sea su fracaso personal, y se confiesa dispuesto a hacer lo que sea para permanecer, incluso a irse voluntariamente, pero dejando a alguien de su confianza en la alcaldía. Luego lo intenta de otra manera cuando UPyD dice que no apoyará aquella lista donde haya un imputado, y Pedro Castro se muestra decidido a sacrificar a su concejala imputada con tal de impedir un alcalde del PP, que es quien ha ganado las elecciones.

El candidato socialista de Leganés, Gómez Montoya, es capaz de votar al candidato de ULEG con tal de que no sea alcalde el del partido ganador, el PP, lo que demuestra que los de Génova tienen que ganar por mayorías absolutas, porque no tienen socios naturales. Por otra parte, UPyD tiene en su mano la llave de la coherencia, para poder llegar a las elecciones generales del próximo año con el crédito conseguido el 22-M, sin gastar. Alcaldes que han hecho de la política una profesión de la que no quieren jubilarse nunca, es decir, intentan ostentar el cargo con carácter vitalicio.