En el Reglamento de la Asamblea de Madrid se expone con claridad que los periodos hábiles son de septiembre a diciembre y de febrero a junio. Cuando se acerca la etapa inhábil parlamentariamente hablando, todos los grupos han pedido al PP, que también quiere que se trabaje en julio pero para que se hable de la reforma de la Ley Electoral de la Comunidad de Madrid, que ese mes inhábil se habilite para tratar cuestiones de todo tipo que, sin duda, interesan a los ciudadanos.
UPyD quiere que el acceso a la vivienda y la pobreza y la desnutrición de miles de niños se debatan en la comisión correspondiente del Parlamento regional. Los socialistas pretenden que la Comisión de Sanidad esté activa en julio para que los diputados sigan de cerca el proceso de selección de empresas privadas que quieren gestionar seis hospitales públicos. IU apoya que se trabaje durante ese mes para que los miembros de la Asamblea de Madrid, encargada de atender las necesidades de los madrileños, no tengan más vacaciones que el resto de la población. No se sabe cómo atenderá el PP, mayoritario en la Cámara, las ganas de trabajar de la oposición, que debería encargarse de convencer a los que mandan de reformar un reglamento que fue aprobado por unanimidad en unos años en los que las competencias del Gobierno regional no eran las de hoy y, en una etapa en la que no había 700.000 parados, ni tremendos recortes en Sanidad, Educación y Servicios Sociales. Tampoco había a finales del siglo XX un desapego a la política tan enorme como ahora y la corrupción no se había convertido, junto a la falta de democracia en los partidos, en una de las mayores preocupaciones de la ciudadanía. Seguro que dentro de unos años, nada será parecido a lo que pasa ahora. Empecemos cuanto antes a construir lo nuevo.
