En diciembre de 2105, la Asamblea de Madrid aprobó la Ley de Telemadrid, con el voto en contra del PSOE y Podemos, y se fijó un plazo de tres meses para constituir el Consejo de Administración, que pasa de siete a nueve miembros, y nombrar al director general.
Pasadas las semanas no hay nada de nada respecto a un canal televisivo que no le ve casi nadie y que en el pasado ha derrochado el dinero de todos los madrileños pagando sueldos abultados a personajes amantes del dinero fácil y amigos de los que mandan. De los nueve consejeros, cuatro son propuestos por los grupos parlamentarios y cinco por organizaciones desconocidas para la ciudadanía. El PSOE propuso a Carmen Caffarel, el PP a Pepe Oneto, Ciudadanos a Mari Pau Domínguez y Podemos a Mae Lozano. Todos ellos para resultar elegidos deben ser examinados y contar con el apoyo de dos de cada tres parlamentarios. A Podemos, al principio no le gustaba Oneto, luego dejaron de señalar con el dedo y ahora es el PP el que pone pegas a Caffarel y a Lozano por tener un perfil demasiado politizado. Eso dijo la presidenta regional, Cristina Cifuentes, quien quizá olvidó que vetar es algo pasado de moda y que politizados eran los que hasta la fecha han vivido de Telemadrid y han contribuido a que la telebasura y la desinformación fuesen características indeseables de un canal pagado por todos. Truculentas historias para no dormir disfrazadas de excusas indecentes para que nada cambie.
