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Feb 11

Oportunidad frente al cáncer

El dolor de los demás siempre es una oportunidad para la solidaridad con la persona que sufre y se siente agobiada porque la enfermedad maldita se pega como si fuese una lapa asesina. La presidenta regional, Esperanza Aguirre, nos cuenta en primera persona, y con la emoción viva en sus ojos acuosos, que tiene cáncer de mama y que estará ausente de sus funciones institucionales hasta que los médicos asesinen el mal con sus sapiencia oncológica. El sufrimiento y el agobio por los ataques de la enfermedad son detalles y percepciones muy personales y qué mejor que atender esos embates y embestidas de la fiera maligna con el máximo respeto al que sufre en silencio, que es otra forma de rezar.

Dicho esto y deseando que mi tronca Esperanza, así la suelo llamar, gane esta batalla contra la enfermedad que se viste de bulto en el pecho, anhelo con todas mis ganas que el hecho de que la mandataria madrileña sea tan popular como populista sea una oportunidad contra el  cáncer. Prevención, más prevención y más prevención es lo que me recomienda un gran oncólogo, que es uno de mis mejores amigos. El doctor García Blanco se pone serio, sin ninguna concesión a la frivolidad política o personal, y me insiste en la detección precoz del mal y me cuenta que los políticos invierten poco en prevención porque los resultados se notan en un tiempo superior a una legislatura y ellos viven de cosas más inmediatas como los fuegos de artificio y las palabras vacías de contenido. Si las mujeres aprendiesen a autoexplorarse sus mamas, días después de tener la regla, a partir de los 35 años, y si hubiese exploraciones y mamografías desde los 40, se podrían detectar casi la totalidad de esos tumores que tanto asustan. Prevención es poner en marcha campañas que informen a las mujeres y también agilidad a la hora de atender esas peticiones ginecológicas que se responden con una cita meses después. Buena oportunidad para luchar a muerte contra el cáncer.