Hemos conocido que Caja Madrid ha anulado el reparto de 25 millones de euros entre los ex directivos del equipo gestor dirigido por Miguel Blesa. Era 2007 y estos mismos directivos, diez en concreto, diseñaron un bonus, una prima vinculada al logro de determinados objetivos, que, por cierto, no se cumplieron. La prima de los primos, los primeros, de Blesa no se ha conocido hasta hace unos días, y, cómo no, se ha montado un debate con bastante polémica, y con mucha cara por parte de los consejeros socialistas, populares, de IU y de los agentes sociales, ya que cuando se aprobó el bonus maldito, no dijeron ni pío sobre la barbaridad que estaban aprobando. También es cierto que los citados elegidos por los partidos para sentarse en el Consejo de Administración de Caja Madrid dieron su visto bueno a un acuerdo que no hablaba de 25 millones por ningún lado, ya que era un mensaje encriptado en el que se hablaba de la percepción para esos directivos de un porcentaje bajísimo sobre la masa salarial de no sé qué y que resultó ser una millonada. Además de que se habían asignado una cantidad millonaria, con el permiso de los consejeros, que resulta un insulto, y más cuando la crisis golpea sin cesar, no parece prudente repartir entre los primos de Blesa cuando han recibido más de 4.500 millones de euros para salir a flote. Ahora, PP, PSM e IU hacen piña para anular el bonus y que esta prima sea cosa del pasado, el mismo pasado en el que sus consejeros validaron esos 25 millones. O están ahí y no se enteran de nada, o, mucho más indecente, están hipnotizados por sus partidos y rechazan los que aprobaron en 2007 sin despeinarse. Para rematar la faena, todos acompañarán a Caja Madrid en el recorrido de su privatización.
