Menos mal que los más perjudicados por los sondeos prefieren no creer en las encuestas, porque si no, a más de uno le iba a entrar una depresión post vacacional de caballo. Que tampoco se fíen los más favorecidos, porque al fin y al cabo los estudios demoscópicos son una fotografía de la actualidad y no una foto- impresión del futuro.
Tras las vacaciones húmedas de la Semana Santa, algunos se han encontrado con el calvario de pascua de las encuestas, y tienen que cargar con la cruz de la opinión pública y tratar de llevarla con dignidad y sin caerse muchas veces. El pasado lunes, dos periódicos, La Razón y El Mundo, azotaban algunas ilusiones con encuestas de origen distinto, pero curiosamente coincidentes en los resultados. Ambas dan al PP de Esperanza Aguirre el 55,1 por ciento de los votos en la Asamblea de Madrid, y al PSOE el 28 y unas décimas. No es fácil que dos sondeos distintos den idénticos resultados.
Lo más preocupante para Tomás Gómez y los suyos debe ser el hecho de que haya esta coincidencia y que ambas encuestas presuman que los socialistas conseguirían los peores resultados de su historia en la Comunidad madrileña. Los pronósticos están para romperlos, pero contra más alejadas están entre unos y otros las expectativas de voto, más difícil es dinamitarlos. Gómez se muestra optimista, pero la procesión va por dentro camino del calvario. Aún queda tiempo para enderezar el rumbo. Una cosa es la buena cara que se le pueda poner al mal tiempo, y otra lo abrigado que se vaya por dentro. En el PSM deben ser conscientes de que algo tienen que cambiar para no precipitarse al vacío.
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