El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha decidido tomar el pulso al PSM con la convocatoria de un congreso extraordinario del que saldrá el sucesor del defenestrado Tomás Gómez y una nueva dirección política. Unos dicen que no era necesario un cónclave extraordinario porque dentro de seis meses habrá otro ordinario, y otros, que convocarlo a finales de julio y dar diez días para conseguir 1.500 avales desalienta y da la sensación de que lo de las primarias no lo han entendido. Sánchez decide cuándo (30 de julio) y quién (Sara Hernández, alcaldesa de Getafe) y lo escenifica sin cortarse un pelo. Un día antes de la presentación de Hernández, el presidente de la Gestora del PSM, Rafael Simancas, anuncia la celebración del congreso y la fecha de las primarias, el 26 de julio, y dice que no sabe quién se presentará. Sara estuvo acompañada de los alcaldes de Fuenlabrada, Alcalá de Henares y Móstoles, de diputados nacionales y regionales y del número dos de la Gestora, integrada por simanquistas y seguidores puros de Sánchez y que andaba un poco revuelta por cuestiones de pureza. El otro aspirante, el diputado socialista Juan Segovia, tiene intención de recoger los avales necesarios para poder convertirse en candidato oficial y explicar a los militantes que no estén de vacaciones qué planes tiene para convertir el PSM en algo diferente a una barca de recreo que, aunque se mueve, da seguridad a los que llevan los remos, y más a los que mandan remar.