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Arturo Pérez-Reverte sigue reinando en su corte

Días atrás tuve el placer de recuperar uno de mis mejores hábitos de lectura, apenas ejercitado en los últimos tiempos. Me estoy refiriendo, ni más ni menos, a los artículos del genial y mordaz Arturo Pérez-Reverte. Concretamente, dentro de su serie de escritos bajo el título «Patente de corso«, que aparecen en el suplemento dominical XLSemanal, disfruté de lo lindo con su última publicación llamada «Amor bajo cero«, de índole autobiográfica. Casi me había olvidado de lo cojonudamente bien que junta las palabras este tío (como veréis intento adoptar su tono directo pero sin éxito), mientras otros juntaletras nos proponemos hacer lo propio a escala inferior -perdón por el lapsus-, muy inferior. Pero cuando un pájaro como éste, además de lograr una implacable armonía, consigue transmitir un mensaje tan contundente y claro, la cosa se nos complica la leche al resto de aspirantes a etiquetadores de códigos de barras. Como «lo importante es participar», como decía Calígula creo recordar, no nos queda otra que seguir aprendiendo de los grandes maestros.

Aquí podéis encontrar sus columnas semanales que no tienen desperdicio. No se salva ni el apuntador en su cruzada contra los hipócritas que nos rodean y el establishment imperante.

Cita postuaria: «En literatura no hay temas buenos ni temas malos, hay tan sólo temas bien o mal tratados»(Julio Cortázar, 1914-1984)

También en 2009, PocoMás Magazine

Hace días que está en circulación en la isla el primer número de 2009 de PocoMás Magazine. Como ya sabéis, en ella podréis encontrar entre otras muchas y variadas cosas, una columna de opinión firmada por mi -más de uno (dos) duda de la autoría- que este mes he titulado «Hay más fantasmas que sábanas» y en la que recupero el contenido de una entrada que publiqué en este blog hace semanas. Meses atrás despedí a mi gurú de las letras, mi speechwriter (no pude tolerar que lo expulsaran de la guardería). Ahora, sólo ante el teclado, sabréis lo que es bueno.

Cita postuaria: «No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo.» (Oscar Wilde, 1854-1900)

‘Miconsejos’ para el fin de semana

Estas son algunas de mis sugerencias para que «desempleéis» parte de vuestro tiempo de esparcimiento dominical. Sed felices hasta allá donde os permita el euribor…

Música: ¡¡¡Muy, muy interesante!!! Os recomiendo dos radios virtuales en las que podréis elegir a golpe de clic la música que queréis según el criterio que más os interese (artista, estilo, época, idioma…): Rockola.fm y Yes.fm. Estoy enganchadísimo desde que las conozco. Recomendable para todos los públicos.

Lectura: Un interesante artículo del eurodiputado Ignasi Guardans (CiU) sobre la autobiografía de Sidney Poitier, inmaculado actor que protagonizó, entre otras obras maestras, «Adivina quién viene esta noche» (Stanley Kramer, 1967)

Información: Para todos aquellos que tenéis la desgracia de coger un avión con asiduidad, os dejo este video informativo sobre las normas de seguridad a las que os debéis someter en los controles y a las que no.

Por tu bien: Aquí os dejo unas recomendaciones simples pero efectivas para intentar dar esquinazo a la idiotez, por cortesía de Angel María Herrera. ¡Sé más rápido que la imbecilidad!

"Marcas blancas ahora que manda un negro" en PocoMás Magazine

A continuación os cuelgo mi último artículo en PocoMás Magazine que aparece en el ejemplar de diciembre de la revista mallorquina. Sin ánimo de ofender al personal más sensible, he titulado mi columna «Marcas blancas ahora que manda un negro», dejando claro cristalino desde ya que se trata simple y llanamente de un juego colorista. Punto y pelota. Para el resto de conclusiones que algún purista embriagado de moral pueda decudir, me reservo un «no ha lugar» pemitiéndome esta licencia que contempla mi jurisprudencia familiar.

No se escriba más. Leed, juzgad y sentenciad. Este monotribunal, para algunos simiotribunal (sé de alguien que me reclamará este ©) acatará la sentencia del jurado popular.

Marcas blancas ahora que manda un negro

Cómo cambia todo y a qué velocidad (esta frase no es mía, se la copié a Bibiana Fernández). Años ha, ni el más sobresaliente de los master del universo summa cum laude por la Universidad de Harvard, hubiera dado un duro por las llamadas marcas blancas, low cost o, pa’ ti y pa’ mi que somos más austeros, “marcas pa’ los con poca guita”. Pues ahora resulta que los productos más económicos son los más in y cuentan con una acogida sensacional, traspasando la frontera de las capas sociales más humildes. ¡Tócate un pie -pido prudencia-, Mariano! (frase hecha sin ánimo de ofender al PP). Hasta hace un par de años si te hubieras paseado por Jaume III con un blazer (o americana, ¿a que soy divino?) de serie B te hubieran deportado a Guantánamo en piragua, remando desde El Portitxol y sin escalas. Y te estarás preguntando, ¿a dónde quiero ir a parar?. Pues ni idea, a mi me han dicho que tengo que “currarme” unas líneas y en eso estamos. Dicho esto, y tras tomarme mi medicación diaria, me encuentro en la situación de poder afirmar que las tornas han cambiado y ahora todo lo que sea low cost, o sea, barato a rabiar, es lo más mejor y aquel que no lo aproveche “castigadito cara a la pared”, como dice mi sobrino político cuando tras un “¡Mira aquello!” le birlo unas McCain (está claro cuál hubiera sido el lema de haber salido presidente: “Una patata de país”).

Ha llegado el tiempo en el que gastarse tres euros en una camiseta o t-shirt, veintiuno en unos jeans -¡quién me ha llamado fantasma!- y 12.99 en unas zapatillas es de lo más fashion que te puedas echar a la cara. Por supuesto, siempre a la zaga de una sensacional crema antidescolgamiento de jeta, con saliva de chihuahua y encimas de hígado de colomí jove, que ante todo revitaliza tu tarjeta de crédito cuando al pasarla por caja, le entra el mismo tembleque que a la Obregón en el casting para el papel de espada en la Guerra de las Galaxias. A estas alturas de la película, y plagiando parte del comentario que días atrás me hizo una simpática operadora (disculpo al 2% de las miles que marcan tu número cada mes porque no disfrutan haciéndolo) os debo advertir que “por sentido común no me viene nada”. Quizás, y esto es un suponer exento de malicia –frase que suele preceder a toda buena rajada que se precie-, si hubiéramos recurrido un poquito antes a los productos a bajo precio en vez de centrar nuestras aspiraciones en un bolso de Uy Valeunmonton o un pantalón de Bramani, tal vez se hubiera logrado reprimir aquella codicia suicida, que llevó a unos pocos hijos de bidé a crear esa gran mentira financiera, que el resto de infelices nos hemos tenido que tragar como menú diario, sin derecho a vino ni gaseosa.

Siempre he sentido cierto interés por aquellos que en ocasiones han procurado desmarcarse del grupo, pero sin exagerar. No me acabo de ver liquidando a compañeros de oficina como método antiestrés o haciendo gárgaras al saborear una caña en la barra del bar. Una cosa es salirse de la fila de vez en cuando, y otra muy distinta dar el cante jondo sin acompañamiento. Saltándose a la torera este principio, el pueblo ha desafiado al sistema y mientras a ritmo de soul hemos puesto un Obama en nuestras vidas, una blanca luz ha ido iluminando nuestros hogares entonando versos de esperanza musicados bajo la batuta de Hacendado, Lidle o Carrefour. Cuando las riendas del planeta recaen en un afroamericano –un negro, abuela; ¿Ves como no me olvido de ti?- nosotros los españolitos y españolitas, catalanes y catalanas, vascos y vascas, compostelanos y compostelanas, leperos y leperas, manacorins y de Biniali… nos tiramos al consumo –suena mal, ¿verdad?- de las marcas blancas. Si se cosca es nostro Barack, n’hi haurà per tot. Hasta aquí puedo leer que si no el tito Amancio se me altera y me sube el precio de ese jersey tan logrado, que me hace un tipito estupendo. ¡Zara: espérame y no me cierres tus puertas que sabes que soy tuyo!.

La música comprometida no tiene precio…

A veces la buena música viene acompañada de una letra insuperable. Pasen, escuchen y vean… Suena el Dear Mr. President de Pink.

Cita postuaria: «La música que no describa algo no es más que ruido» (Parménides de Elea)

Hache se escribe con Hache, elegido blog del día

Estamos de enhorabuena. Este libro de ruta inexacto y pretencioso a partes desiguales, que muchos de vosotros tenéis el privilegio de no leer e incluso desconocer, ha sido elegido hoy, día 1 de diciembre de 2008, «blog del día» por la el blog de idéntico nombre: Blogdeldia.org. Esta bitácora, en una iniciativa que los modestos como yo agradecemos mucho, se dedica a seleccionar un blog destacado cada día según diferentes criterios de valoración como el contenido, la participación, el diseño, etc.

Para acompañar dicha nominación han reproducido una breve entrevista que podéis encontrar fácilmente al pinchando aquí. Aquellos más perezosos u ocupados podréis acceder a la elección-entrevista desde el mismo enlace, pero esta vez descendiendo hasta localizar la entrada del blog del día correspondiente al 1 de diciembre.

Gracias pues a la gente de Blodeldia.org y, como no, gracias también a todos los que habéis pasado hasta la fecha por Hache se escribe con Hache -incluso tú que blasfemaste tras visitarme-, porque una pequeña parte de este humilde reconocimiento os corresponde a cada uno de vosotros. Conviene reiterarlo: una pe-que-ña parte; el resto es todo mérito mío porque el tiempo lo he puesto yo y la rigurosa selección de temas -vía moneda al aire a cara o cruz- también.

Besos y abrazos para tod@s.

Cita postuaria: «La proeza no consiste en llegar a la cima sino que al estar ahí puedas ver a los demas de tu tamaño.» (José G. Berlanga)

Hay más fantasmas que sábanas…

A veces empezamos o acabamos los días de mejor o peor manera dependiendo de algún pequeño detalle o anécdota, que a pesar de su escasa importancia puede inclinar la balanza de uno u otro lado. A mí no me miréis; esto está montado así e igual que la imbecilidad, ocurre sin avisar y no hay que darle más vueltas. Precisamente os voy a hablar de un candidato al gilipuertas de oro de la academia.

Situaros. Entro en uno de los bares a los que acudo habitualmente -este dato quizás no sea muy preciso pero sólo hago que imitar a nuestros referentes actuales-. Antes de llegar a la barra ya tengo mi café servido sin articular palabra, y de propina me cae una sonrisa de cortesía del camarero que ciertamente no le daría para ganar el premio profident del día. Tomo asiento y cojo el primer periódico que diviso al alcance de mi mano, asegurándome de que para apropiarme de él no necesito ayudarme de mi codo. Es media tarde, no tengo ganas de guerra y me da mucha más pereza tener que firmar la paz. A tiro de estornudo se encuentra una pareja de tipos que no reconozco, a pesar de que por el volumen de su conversación diría que están ansiosos por que entremos en la misma. La cosa sigue tal que así:

-Pues no sé que hacer, tío. Creo que le diré que me marcho el ‘finde’ con los colegas sin más. Hace tiempo que lo tenemos planificado -dice el sujeto paciente-.

-Lo que tienes que hacer -mal asunto cuando empezamos así- es decirle: «Mira tía, el viernes me las piro y hasta el domingo no estaré disponible» -suelta el sujeto impaciente al que sólo le podía reprochar que no hiciera el gesto de retorcer el pescuezo de un palomo con sus manos.

Viendo los derroteros por los que parecía encaminarse la conversación privada convertida en mitin verdulero, decidí abstraerme. Y lo logré, aunque fuera por espacio un par de segundos. Entonces, el macho de la especie ibérica, dados los salchichones que hubiera dado de sí después de un buen San Martín, se decolgó con una reflexión digna de un memo condecorado con honores.


-A las tías hay que marcarles el terreno desde el principio. ¿Sabes lo que hago yo? -observé como se nos contagiaban las arcadas al resto de clientes afectados por la onda expansiva producida por ese prodigio de la era cromañón-. Yo se lo digo muy clarito: esto es lo que hay y si no te gusta tiene dos trabajos, mosquearte y des… ‘loquesea’- lanzó el tigre salvaje al que la selva se le queda pequeña cuando se pone a marcarla con su orina.

A todo esto, y ayudado de un esponjoso croissant para amortiguar las galletas verbales de su amigo y apuñalador a tiempo parcial, el sujeto paciente (hasta la médula) no articulaba palabra. Y hacía lo correcto. Cuando intentas interceder por alguién cuyo coeficiente intelectual se le va entregando a plazos, lo más probable es que quedarse en silencio te haga salir victorioso. La ley del mínimo esfuerzo, chatín.

Entre bocado dulce y sorbo amargo, el Atila de las relaciones personales seguía erre que erre con su teoría de la gravedad: -Oye, que si se enfada no es nada grave, ¿eh?- argumentaba el valiente capullo… en flor silvestre. -Yo siempre digo una cosa: hay más mujeres que longanizas. Eso no es problema- concluyó el obama de la vida en pareja.

En los instantes siguientes logré alejarme de los briconsejos del gurú del amor en primera persona. Mientras navegaba sin rumbo entre las páginas del Marca –a ciertas horas mis facultades limitadas me impiden completar los sudokus del Wall Street Journal– una voz femenina se fue apoderando del ambiente. Giro mi cabeza en dirección a los pili y mili y observo como una chica de la misma edad se sienta en su mesa. Acto seguido, terminator toma las riendas de la conversación y lejos de coger el toro por los cuernos pregunta con voz dulce cual ventrílocuo:

-Dime cari, ¿qué quieres que hagamos esta noche?. La próxima vez me toca escoger a mí, ¿vale?-.

Yo no daba crédito. Chuck Norris le cedía el mando de la operación a Miss Rehén 2008. Si es que ya se sabe, «dime de qué presumes… y te diré que coche tienes».

Cita postuaria: «El cobarde sólo amenaza cuando está a salvo» (Goethe)

"Café y Más" es mi recomendación de la semana

Café y más es un blog muy interesante obra del palmesano Jesús Cortés. En él encontrarás multitud de sugerencias gastronómicas que nos ofrece la isla, acompañadas de fotografías de los diferentes menús degustados y la correspondiente valoración del servicio que ofrece cada cafetería, con sus pros y sus contras. Es muy útil para ir variando los lugares habituales en los que disfrutamos de nuestra vida social. Elegir qué tomar, a qué hora y dónde es una de sus múltiples utilidades.

Es el momento de no entreteneros más, y dejar que visitéis esta curiosa y sugerente bitácora. Os gustará.

Cita postuaria: «Los ingleses inventaron la sobremesa para olvidar la comida.» (Pierre Daninos)

Sorpresa, sorpresa

El próximo lunes, día 1 de diciembre, os tengo preparada una sorpresa. Estad atentos porque tal vez os guste, por la parte que os toca…

Besos y abrazos.

Por fin, "Yes we can"

Ahora hay que ver hasta cuando durará ese sueño…

Cita postuaria: «El camino a recorrer será largo. Nuestro trayecto será empinado. Puede que no lleguemos ahí en un año o en un período, pero, Estados Unidos… nunca he estado más esperanzado que en esta noche de que llegaremos a nuestra meta. Les prometo que como un pueblo llegaremos». (Barack Obama, 05-11-08)

Leopoldo Abadía se supera en Buenafuente

Seguro que a esta alturas ya habréis oído hablar, y mucho, de Leopoldo Abadía y su explicación de «andar por casa» de la crisis. Pues bien, a continuación podéis ver una parte de la entrevista que concedió al programa de Buenafuente hace unas semanas, en la que volvió a demostrar que es un hábil comunicador, eso sí, de perfil «campechano» para privilegio de los que sólo conocemos Harvard como abreviatura de «Jarbasete», provincia de Castilla-La Mancha.

Dadle al play y disfrutad un ratito. Para rematar la faena, os recomiendo visionar después el video del post Con «humor» todo entra mejor«, que no tiene desperdicio.

Cita postuaria: «Los bancos son un poco como las pastillas de caldo: nos cuecen y se enriquecen.» (Andreu Buenafuente)

Reflexión política semanal sin ánimo de lucro

Leo en El País Semanal un artículo sobre las cartas inéditas sobre política del escritor e intelectual norteamericano Norman Mailer. Me quedo con este fragmento, parte de una misiva dirigida a Sal Cetrano:

«Sólo voy a decir -y todavía no he escrito sobre este tema- que, mientras los demócratas, y en primer lugar Clinton, me repugnan con lo que llamo su ‘política de boutique’ -un poco aquí, un poco allá, y todo servido con grandes dosis de gilipollez por encima-, los republicanos son una monstruosidad psicótica. Por un lado, son Dios, bandera y familia -aunque pocos de ellos reconocerían a Jesucristo si estuviera haciendo pis en el retrete de al lado-, y un número asombroso no ha servido jamás en las fuerzas armadas ni ha oído una bala, y, como políticos, engañan como conejos a sus esposas y sus familias. Pero da igual, ¿de qué sirve ser político si uno no puede ganarse la vida siendo un hipócrita?». (noticia completa)

¿Excepticismo, desencanto, pesimismo o realidad? Juzgad vosotros mismos.

Cita postuaria: «Hay una ley de vida, cruel y exacta, que afirma que uno debe crecer o, en caso contrario, pagar más por seguir siendo el mismo». (Norman Mailer)