Los editoriales en tela de juicio
«Un modelo clásico de editorial sería aquel en que se dieran argumentos a favor y en contra de algo para, tras ser sopesados, conducir a una conclusión, que es la que hace suya el periódico. Es un modelo que recuerda el de las sentencias judiciales. Su eficacia depende de la limpieza y objetividad con que se presentan los argumentos contrarios a la tesis que se defiende. El puro sarcasmo, la caricatura de lo que se pretende refutar, suele ser señal de debilidad argumentativa».
«[…] el sometimiento al poder, la obsesión por agradar a cualquier precio, la mutilación de la verdad con un pretexto comercial o ideológico, el halago a los peores instintos, el gancho sensacionalista, la vulgaridad tipográfica. Que resumía como «desprecio a los interlocutores».
Estoy de acuerdo con Unzueta, una realidad contada desde la parcialidad es un robo al lector que no merece una información sesgada, sino unos datos objetivos (en lo posible ya que creo que siempre queda una traza subjetiva en cualquier expresión sea cual sea) para ser él el que pueda determinar su juicio sobre el tema.Creo (desde mi ignorancia supina) que los medios de comunicación se han convertido en una fuente de retroalimentación de una opinion previa que necesita ser nutrida para alcanzar el punto de sectarismo que nos incluya en una larga lista de adeptos a un grupo.Y yo (dentro del mio "amasdecasaconhijoynotrabajadoraquehaceejerciciounavezporsemana")te envío mis Besos de miel…
Como dice Fito, "Puedo escribir y no disimular; es la ventaja de irse haciendo viejo…" Mientras tanto, poderoso caballero es don dinero, querida Aneralia. Besos para la Ama y la Doncella de Palacio.
Me perdí en un cruce de palabrasme anotaron mal la direcciónya grabé mi nombre en una balaya probé la carne de cañónya lo tengo todo controladoy alguien dijo no, no, no, no, noque ahora viene el viento de otro ladodéjame el timóny alguien dijo no, no, no