Rodríguez Zapatero no volverá a ser candidato, y sea cual fuere su sucesor, estoy seguro de que nunca va haber un presidente de Gobierno tan malo para Madrid como lo ha sido ZP, enemigo público número uno de los intereses colectivos de una Comunidad que ha pagado con su indiferencia y desprecio el hecho de haber votado mayoritariamente al Partido Popular. ZP ha sido malo para Madrid, porque le ha negado el pan y la sal de las inversiones públicas, y además ha puesto todos los impedimentos del mundo para que el gobierno regional no hiciera lo que había dejado de hacer el central, como es el caso de una carretera radial alternativa a la A-6. Zapatero dejará la Moncloa sin haber desdoblado la A-1, sin haber abordado el capítulo de financiación de la Ley de Capitalidad, sin haber permitido al Ayuntamiento de la capital refinanciar su deuda, sin haber cedido a la Comunidad las competencias de la red de Cercanías, sin haber cumplido los compromisos adquiridos con Esperanza Aguirre.
Pero ZP se marcha contando mentiras. Dice que está por la celebración de primarias en su partido, que no es partidario de nombrar digitalmente a los candidatos. Y miente, o quizá no recuerda que intentó evitar las primarias en Madrid. Que se lo pregunten a Tomás Gómez, a quien llamó a capítulo a Moncloa para persuadirle, para ordenarle, que diera un paso atrás, que se retirara y dejara el camino expedito para su elegida a dedo, Trinidad Jiménez. Gracias a que Gómez no dio marcha atrás, ZP no se salió con la suya de que no hubiera primarias en Madrid. Y ahora nos quiere convencer de lo contrario, y lo hace sonriendo y sin mover una ceja, como si fuera verdad lo que dice.