Ciudad Lineal es un distrito altamente sensible a las noticias sobre raptos y violación de menores. Ha vivido en su propia epidermis episodios dolorosos, con final policial feliz, pero que han dejado huella y resquemor entre sus vecinos. El pasado día 3, una menor cuenta en su casa que, al salir de clase, un hombre la ha intentado meter a la fuerza en un coche. Por la noche, en compañía de su padre, cuenta el hecho en la comisaría de policía. No tarda en trascender la noticia, y como un reguero de pólvora, corre por los medios de comunicación. De nuevo, la inquietud, la zozobra, el miedo a la aparición de un nuevo pederasta por el mismo territorio. La policía actúa con prontitud, revisa las grabaciones de las cámaras de seguridad instaladas en la calle donde la menor asegura haber sufrido un intento de rapto. No encuentra evidencias y aprecia serias contradicciones en las versiones de la denunciante. Cuatro días después, la chica se derrumba y confiesa haber incurrido en falso testimonio, haberse inventado una historia.
Hay que ser muy cautelosos en estos asuntos. No hay que bajar la guardia ante las sospechas y las denuncias, pero al mismo tiempo es menester aplicar normas severas de respuesta cuando se concluye que el testimonio es falso, actuar contra quienes se inventan este tipo de sucesos y con la reacción de sus tutores, para no caer en un estado de inquietud y desasosiego colectivo, y sobre todo, es necesario ser prudentes y cuidadosos en los medios de comunicación a la hora de difundir este tipo de noticias, si no hay un mínimo de certeza, de evidencias.
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