Ya se han constituido los ayuntamientos y sus gobiernos, la mayoría, fruto de los pactos de conveniencia. Ya se han apoyado investiduras de alcaldes y alcaldesas, gracias a los acuerdos entre presuntos amigos, amigos interesados y amistades peligrosas. En la mayoría de los casos, se trata de pactos para una investidura, pero no para cohabitar en el gobierno, y esto abre una especie de juego de tronos municipales, que tarde o temprano, se manifestarán en el día a día. El PP ha perdido el Ayuntamiento de Madrid y otros importantes, como Móstoles, Getafe, Coslada, Leganés, Alcalá de Henares, Navalcarnero, Pinto, Aranjuez… Sólo le quedan de los grandes, Torrejón, Pozuelo, Alcobendas o Las Rozas, y ha sacado alcalde, por primera vez y con sorpresa de última hora, en Parla. Los ciudadanos dieron a Rajoy una patada en el culo de sus alcaldes. Empieza un nuevo ciclo, que no va a ser bonancible, porque los acuerdos para las investiduras, no son cheques en blanco para gobernar. Muchos alcaldes empezarán a sentir la soledad de la ausencia de mayorías absolutas, y quedarán a merced de quienes hicieron posible su investidura. Esta puede ser la legislatura municipal de las mociones de censura, por culpa de la ingobernabilidad de muchos ayuntamientos.