Operación Púnica, adversus, impúdica. Dos conocidos delfines, implicados hasta las cachas, o hasta las carteras: el de Esperanza Aguirre, Francisco Granados, y el de Tomás Gómez, José María Fraile. El primero, en prisión incondicional; el segundo, en libertad bajo pago de fianza; ambos, presuntos implicados. Por cierto, hay una especie de delfín conocida como tursiops truncatus, que en el caso que nos ocupa, podría ser «socios trincatos». Cuando los delfines políticos comienzan el maldito baile del sueño de una noche de corrupción, sus líderes se tambalean. Sobre la pantalla de la política regional se proyecta, Todos a la cárcel, de Berlanga, versión 2014, remasterizada.
Rajoy apoya a Aguirre, pero dice que ésta se «ha equivocado». ¿Es una traba definitiva a sus pretensiones de ser candidata a la Alcaldía de Madrid? ¿En qué forma va a influir todo esto en la campaña municipal, a siete meses vista? Va a ser malo para el PP y para el PSOE, y bueno para Podemos, si concurre a las urnas con su marca, no dentro de la marca de Ganemos. Si Rajoy andaba titubeante con los nombres de los candidatos en Madrid, ahora tiene que volver de nuevo sobre sus cábalas, reorientar sus previsiones y buscar donde parece que no hay mucho que encontrar. Rajoy insiste en que Aguirre es un activo muy importante del partido, y siendo gallego, no sabemos si eso significa apoyo y p´alante, o freno y marcha atrás, aunque lleva razón cuando dice que todos se equivocan al confiar en personas que luego defraudan. Pongamos que hablo de Bárcenas, Matas, Acebes, Rato…