Como procuro hacer cada vez que tengo algo de tiempo y alguna cosa que sugerir, os propongo algunas ideas para vuestro ocio sedentario. La cosa va de libros, música y alguna serie de televisión interesante. No insistáis; no voy a cobraros por este servicio.
- Música: los escuché un día de rebote y enseguida la peculiar voz de su vocalista -ya parezco Joaquín Luqui– me enganchó. Se llaman King of Leon y, para variar, son yankees. (Al final de este post podrás escuchar su último tema).
- Marchando una de televisión: si la última vez que me atreví a organizar vuestro asueto aposté por Mad Men, ahora le toca el turno a The Wire. Según el crítico de cine de El País y azote de nuestros padecimientos audiovisuales, Carlos Boyero, «es el relato más lúcido y pavoroso de los mecanismos del narcotráfico que he visto nunca”. Sencillamente excepcional, la manera de explicar lo que algunos sabían, otros intuíamos y muchos no imaginaban sobre el mundo de las drogas. Perfectamente extrapolable a nuestras ciudades, tal y como nos lo vienen contando nuestros amigos de Callejeros desde muchos puntos de la geografía patria -que cada uno se apañe la suya-.
- Libros: Aquí asumo mi responsabilidad ante la ínfima originalidad de mi propuesta, pero no he podido contenerme (me pasa lo mismo que con los improperios cuando paso por delante de algún banco). Habéis acertado. Os recomiendo Los hombres que no amaban a las mujeres del hiper mencionado Stieg Larsson y toda su trilogía Millennium. Podéis disfrutar aquí del primer capítulo.
Cita postuaria: «El ser capaz de llenar el ocio de una manera inteligente es el último resultado de la civilización». (Bertrand Russell, 1872-1970)