Sanidad

Después del coronavirus

Lo de «después» es un decir. Solo algunos países desarrollados comienzan a respirar. En agosto de 2021 los países en desarrollo han vacunado a porcentajes ínfimos de sus poblaciones.

El objetivo mundial debe ser la vacunación total. Allá donde no se alcance se podrá desarrollar una variante resistente a las vacunas. Para ello no basta donar vacunas a los países en desarrollo, sino que también hay que proporcionar personal médico y el material logístico necesario.

Al mismo tiempo, en los países donde una amplia mayoría de la población está vacunada, se debe vigilar el nivel de anticuerpos. La tercera dosis a todos los ancianos supone un desperdicio y un peligro, porque resta vacunas a los países pobres. Solo se debería administrar a quienes, en el test de anticuerpos, muestren un nivel bajo.

Los terribles incendios e inundaciones de este verano indican ineludiblemente que la recuperación del coronavirus debe hacerse reduciendo todo lo posible las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Siguen siendo válidas todas las soluciones que di, ya hace siete años, en Parar el cambio climático

¿Qué lecciones de esta crisis quedarán para el futuro? La primera es que los sistemas sanitarios deberán disponer de mayor capacidad y recursos para responder a este tipo de pandemias. En el futuro podría llegar un virus todavía más letal que el SARS-CoV-2.

La segunda es que hará falta un mecanismo para frenar de manera rápida los viajes internacionales, que se han demostrado como una vía de rápida propagación de las enfermedades.

La próxima crisis mundial podría venir de otro virus, de un ataque informático masivo, de una plaga de insectos desquiciados por el cambio climático, de incendios descontrolados o de algo que ni siquiera podemos prever. Pero el mundo no se puede volver a parar. Hay que estar preparado.

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Contra el coronavirus

El coronavirus SARS-CoV-2, que causa la enfermedad denominada COVID-19, ha logrado lo que ninguna calamidad en la historia: parar el mundo. Ni la Segunda Guerra Mundial, ni la bomba atómica sobre Hiroshima, ni los aviones del 11 de septiembre, ni la catástrofe de Chernóbil, ni siquiera los momentos más tensos de la crisis de los misiles cubanos, cuando el planeta estuvo, de verdad, a un paso del holocausto nuclear, consiguieron que tanta gente en tantos países se quedara en su casa muerta de miedo, dejando las calles vacías; los bares, cines y teatros, cerrados; y las pistas deportivas, desiertas.

En el Londres amenazado por las alemanas V-1 y V-2, las personas seguían yendo a los pubs. Cuando sonaba la alarma de bombardeo, sí, corrían a los refugios, pero cuando cesaba la alerta, la vida continuaba. El inmenso cañón alemán Gran Berta, de más de cien kilómetros de alcance, no apagó la vida nocturna de París. Ahora, en pleno siglo XXI, el mundo ha echado el cierre. A 23 de marzo de 2020 hay 294 110 infectados contabilizados (muchos menos de los reales) y 12 944 muertos. El secretario general de la ONU, António Guterres, ha advertido de que los fallecimientos podrían elevarse a millones.

Personalmente me domina la terrible sensación de que, con los recursos disponibles, no se están tomando las medidas óptimas. Suscribo las cinco recomendaciones de Yuval Noah Harari, las detallo y añado otras.

Uno, compartir información fiable: los países que están pasando por la epidemia deberían enseñar a los que todavía no la están atravesando. En este sentido es fundamental que cada país transmita a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a diario sus cifras actualizadas de contagiados y fallecidos, especificando edad, sexo y patologías previas (diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia…). Deben implantarse rápidamente estándares mundiales sobre qué significan estas cifras. Hay países que solo dan la cifra de hospitalizados, cuando la de contagiados (personas donde las pruebas detectan anticuerpos del SARS-CoV-2, aunque no presenten síntomas) es muy superior. Jamás debe ocultarse información: si China hubiera reaccionado tan solo una semana antes se habría evitado el 66 % de los contagios.

Dos, coordinar la producción mundial y la distribución equitativa de equipo médico esencial, como material de protección y máquinas respiratorias. Deben calibrarse las necesidades de mascarillas, equipos de protección individual (EPI), guantes, productos de desinfección y respiradores. Por país, por región y por ciudad. El material disponible, que siempre sería menos del necesario, se distribuiría de manera prorrateada por necesidad: si hay mil equipos, y una ciudad necesita dos mil y otra quinientos, se mandan 800 a la primera y 200 a la segunda. Se optimizaría la cadena de distribución para que el tiempo de llegada fuera el mínimo posible.

Hay que tener en cuenta que parte de este material se desgasta (algunas mascarillas deben renovarse diariamente; algunos EPI tienen un número limitado de usos y después deben desecharse), por lo que no basta enviar material una sola vez; tiene que establecerse un flujo constante.

Con la mayor rapidez se deben hacer las adaptaciones necesarias en fábricas que lo admitan para hacer frente a la escasez de este material. General Motors, Ford y Tesla ya han tomado medidas en ese sentido. Obviamente esto debe hacerse con cabeza, teniendo en cuenta que es una situación temporal. Las adaptaciones deben permitir que las fábricas vuelvan a su configuración normal cuando pase todo esto.

Los derechos de patente y la normativa sobre especificaciones deberían suspenderse durante este período excepcional. Sin obstaculizar la producción ni la distribución, únicamente deberían llevarse a cabo inspecciones de calidad para verificar que el material sirve para el propósito previsto (y no que un respirador de un fabricante novato introduzca micropartículas de plástico en los pulmones de un enfermo, por ejemplo).

Tres, los países menos afectados deberían enviar médicos, enfermeras y expertos a los países más afectados, tanto para ayudarlos como para adquirir experiencia.

Cuatro, crear una red de seguridad económica mundial para salvar a países y sectores más afectados.

Cinco, formular un acuerdo mundial sobre la preselección de viajeros, que permita que un pequeño número de personas esenciales sigan cruzando las fronteras.

Seis, investigación, investigación e investigación, mundialmente coordinada. Todos los equipos de investigación médica que actualmente estén con otras enfermedades (cáncer, alzheimer) y que puedan suspender temporalmente su tarea sin echar a perder el trabajo realizado, deben dedicarse a este coronavirus. Hay que averiguar por qué no afecta a los niños, y si el mecanismo puede trasladarse a los más vulnerables, los ancianos. Hay que terminar cuanto antes las pruebas de las vacunas que ya han empezado. Hay que averiguar, si, aparte de la cloroquina, en el inmenso arsenal farmacéutico del que dispone la humanidad, hay alguna otra arma eficaz. ¿Y en qué dosis? ¿Por qué vía (oral, en aerosol, inyectable…)? ¿Para pacientes en qué condición (infectados sin síntomas, con síntomas leves, con disnea, terminales)? Evidentemente, cada equipo tiene que dedicarse a investigar una sola cosa, que les debe venir ordenada desde arriba, por alguien que lleve cuenta de lo que todavía no se sabe, y los resultados deben compartirse inmediatamente y estar disponibles gratuitamente para toda la comunidad científica y la ciudadanía. De nuevo la OMS es el organismo más adecuado para esto. Si es necesario reforzar temporalmente sus medios humanos o técnicos, hágase.

Siete, separar a los infectados de quienes no lo están. Y no digo «a los enfermos de los sanos», porque la clave de esta pandemia es que la inmensa mayoría de los infectados no presenta síntomas, pero puede contagiarla a una minoría vulnerable que morirá en masa por el colapso de los sistemas sanitarios. En España se han producido intensos focos en residencias de ancianos porque, en vez de trasladar al enfermo a un hospital, permanece en la residencia, sin que los trabajadores dispongan de los equipos de protección adecuados. Una nueva instrucción obliga a separar a los residentes en cuatro categorías: sin síntomas y sin contacto estrecho con caso posible o confirmado de coronavirus; residentes sin síntomas, en aislamiento preventivo; residentes con síntomas; y casos confirmados. Esto es ineficaz. Lo primero es trasladar a los hospitales, incluidos los de campaña que se están montando, a quienes necesiten atención hospitalaria. Después hay que habilitar unas residencias para infectados que no necesiten atención hospitalaria, y otras residencias para no infectados, trasladando físicamente a cada una de ellas a los ancianos según su condición, comunicándoselo a sus familiares, pero sin que sea necesario el permiso de estos ni el de las personas trasladadas. El personal de las residencias de no infectados, antes de comenzar su jornada laboral, debe hacerse una prueba rápida (15 minutos) de coronavirus. Si resulta positivo debe notificarlo e ir a trabajar a alguna de las residencias de infectados, con los equipos de protección adecuada, ya que (aunque esto está por confirmar) cuanto mayor es la cantidad de SARS-CoV-2 a la que se exponga una persona, mayor es la probabilidad de que desarrolle un grado más intenso de la enfermedad. Por eso los sanitarios son uno de los colectivos más afectados.

Ocho, debe hacerse todo lo posible para paliar la recesión económica mundial que va a provocar esta enfermedad. Millones de empresas, autónomos y empleados perderán sus ingresos o los verán reducidos. Los Estados deben poder endeudarse sin límite para atender a estas necesidades. A todo aquel que pueda demostrar que tenía unos ingresos (por ejemplo, un salario, o las rentas declaradas de un pequeño negocio) y que los ha perdido, el Estado debe garantizarle unos ingresos mínimos mientras dure esta situación anómala. Esperemos que sea poco.

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Educación para la salud

Está de moda decir que los sistemas sanitarios públicos de los países desarrollados están sobrecargados y son insostenibles. Es mentira. Simplemente quienes pagan muchos impuestos quieren pagar menos, y buscan difundir a través de los medios de comunicación opiniones que en último término hagan bajar el gasto público.

Ahora bien, que los sistemas sanitarios públicos sean perfectamente sostenibles no es obstáculo para que los poderes públicos intenten no incurrir en gasto sanitario inútil. Esto se hace, entre otras cosas, evitando que la gente enferme. Un tercio de las enfermedades neurodegenerativas (por ejemplo Alzhéimer), cardiovasculares (infartos, ictus), respiratorias (por ejemplo enfermedad pulmonar obstructiva crónica) y oncológicas (cáncer de pulmón, de mama, de colon) están causadas por hábitos poco sanos (beber alcohol, fumar, sedentarismo).

La gente no sabe cuidar de su salud. Lo más habitual es que, cuando ya ha contraído una enfermedad, el médico le comente los hábitos que la pueden haber causado, y le recomiende sustituirlos por otros más saludables. Pero buena parte del mal ya está hecho. Y no es extraño que no sepa. No se le enseña.

Que la persona lleve hábitos saludables desde que tiene uso de razón (es así como mejor funcionan: cuanto más tiempo, mejor) es muy difícil. Las formas óptimas de comer, hacer ejercicio, dormir, o enfrentarse psicológicamente a la vida no son en absoluto naturales. Y no se enseñan en el sistema educativo. La Educación física solo enseña a hacer diversos ejercicios. No enseña la importancia del deporte, las enfermedades que previene, el bienestar que produce ni los variadísimos tipos de ejercicio físico (que permitirían a casi cualquier persona encontrar alguno que le gustara). Por eso creo que en la educación obligatoria debería introducirse la asignatura de Educación para la salud, con un temario similar al siguiente:

EDUCACIÓN PARA LA SALUD
propuesta de temario

1. La alimentación
– qué es una alimentación equilibrada
– cuántas veces hay que comer al día
– señales de desequilibros alimentarios y cómo corregirlos

2. El peso
– el índice de masa corporal y su intervalo recomendado
– la obesidad
– los trastornos alimentarios (distintos de los desequilibrios): la anorexia
– la bulimia
– razones psicológicas
– medidas

3. El ejercicio físico
– los tipos necesarios de ejercicio
· aeróbico
· fuerza
· flexibilidad
– preparación del ejercicio intenso
· calentamiento
· estiramientos
– pautas tras el ejercicio intenso

4. El sueño
– condiciones ideales de luz, lecho, sonido y temperatura
– hábitos favorecedores
– hábitos perjudiciales
– importancia de los sueños
· explicación de lo que nos pasa
· señalamiento de nuestras prioridades
· creatividad
– el sueño lúcido

5. Las relaciones sociales
– importancia del habla y de la expresión
– urbanidad
– respeto
– inteligencia emocional: darse cuenta de lo que siente la otra persona
– autointeligencia emocional: ser consciente de los propios sentimientos y controlarlos
– relaciones de amistad: beneficio que suponen y cómo cultivarlas
– manejo de la frustración
– la ira
– el resentimiento
– las relaciones de pareja

6. El sexo
– origen biológico de la atracción sexual
– diferentes tipos de orientaciones sexuales
– transexualidadintersexualidad y hermafroditismo
 raíces psicológicas de la intolerancia hacia orientaciones no heterosexuales
– el sexo esporádico: precaucionesaplicaciones de móvil
– el disfrute del sexo
– posturas ideológicas contrarias al disfrute sexual: razones históricas y sociales
– sexo y amor
– la importancia del sexo en la pareja
– la inapetencia
– la violación
– los abusos a menores
– enfermedades de transmisión sexual
– la reproducción
· condiciones físicas óptimas
· superación de las dificultades para tener hijos
· la fecundación in vitro
· la adopción
· gestación óptima
· crianza óptima de los bebés
· educación de los niños

7. Las drogas
– tabaco
– alcohol
– marihuana
– cocaína
– heroína
– opioides
– pastillas
– comida
– juegos de azar
– juegos de ordenador
– trabajo como droga
– sexo como droga
 el teléfono móvil
– personalidad adictiva
– cómo saber que estás cayendo
– cómo pedir ayuda

8. El envejecimiento
– cómo retrasarlo
– cómo evitar el mayor tiempo posible que se convierta en incapacitante
– envejecimiento activo
– afrontamiento

9. La muerte
– necesidad biológica
– perspectiva temporal
– afrontamiento del fallecimiento de los seres queridos
– el miedo a la propia muerte
– afrontamiento

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Propuestas de los médicos para ahorrar en sanidad

El 4 de abril de 2013 los Consejos Generales de Médicos y Enfermeros presentaron La Alternativa de los médicos y enfermeros para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud, un trabajo de gran calado en el que han intervenido más de 9.000 personas durante siete meses.

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Las 85 medidas que se proponen en este documento son las siguientes:

Medidas estructurales de ordenación y gobernanza del sistema (17)

1. Dotar al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud de eficacia jurídica y ejecutividad a sus decisiones
2. Tarjeta Sanitaria única e inteligente para el Sistema Nacional de Salud
3. Receta electrónica única para el Sistema Nacional de Salud
4. Igualdad de derechos y garantía de accesibilidad del paciente en todo el territorio nacional
5. Regulación específica para la atención sanitaria de la población inmigrante
6. Igualdad de derechos del profesional en el territorio nacional y derecho a la movilidad dentro del Sistema Nacional de Salud
7. Fondo de cohesión y compensación como garante de la financiación de la atención sanitaria interterritorial
8. Agencia Estatal Única de Calidad, Alta Inspección y Acreditación del Sistema (Supresión de agencias regionales)
9. Armonización de competencias de las administraciones sanitarias (régimen de colaboración marco con las administraciones regionales y supresión de duplicidades y solapamientos)
10. Régimen jurídico de la Alta Inspección Sanitaria y normativa sancionadora, homogénea a nivel nacional
11. Registro estatal de profesionales sanitarios
12. Estrategia de potenciación del papel a desempeñar por los Consejos Generales de Médicos y de Enfermeros
13. Fortalecimiento de las competencias de los Colegios profesionales en el ámbito disciplinario
14. Homogeneización del régimen sancionador en todo el territorio nacional
15. Creación del estatuto y del régimen jurídico del directivo y cargo público sanitario
16. Control del turismo sanitario
17. Dependencia estatal de la sanidad en lugar de autonómica

Medidas de calidad, eficiencia y racionalización de la gestión sanitaria

1. Implantación de un sistema de compras centralizado para medicamentos, productos sanitarios y tecnología sanitaria, con criterios homogéneos aprobados por el Consejo Interterritorial.
2. Alianzas estratégicas con la iniciativa privada para la mejora y prestación de servicios sanitarios.
3. Compatibilidad del sistema público con el sistema privado.  Posible sistema de desgravación fiscal para usuarios del aseguramiento sanitario privado.
4. Implementación en la gestión sanitaria de los Sistemas de Pago por Proceso (GRD, CRG, etc. )
5. Implantación de Renting y Leasing sanitario.
6. Colaboración público-privada: PPP en la gestión sanitaria, tanto en la atención primaria, atención especializada y atención socio-sanitaria.
7. Modernización y flexibilización del régimen de conciertos.
8. Definición de un régimen de personal sanitario público (funcionarios, laborales y estatutarios) transferible a servicios públicos de gestión privada.
9. Centralización y externalización de los servicios sanitarios de: Radiodiagnóstico, laboratorios, esterilización.
10. Centralización y externalización de todos los servicios no asistenciales.
11. Compromiso en la limitación de gastos a los presupuestos asignados a las administraciones regionales y centros asistenciales.
12. Autonomía real de la gestión de los centros sanitarios, con evaluación final de los resultados.
13. Fomento de la competitividad inter-hospitalaria para la mejora de la eficiencia del sistema y de la calidad asistencial.
14. Principio de “déficit cero” a nivel de centro sanitario.
15. Aligeramiento y racionalización de estructuras gerenciales y nuevo sistema retributivo de los equipos directivos.
16. Gestión empresarial por objetivos de los centros sanitarios.
17. Sistema de movilidad y flexibilidad en la gestión de RRHH, tanto a nivel de los servicios regionales de salud como del SNS.
18. Auditorías externas de calidad en la prestación asistencial.
19. Creación de un sistema para el establecimiento de criterios y estándares mínimos de una buena práctica clínica y su evaluación.
20. Nuevo modelo de gestión clínica, basado en potenciar la autonomía de gestión de las áreas de los servicios asistenciales.
21. Garantizar la continuidad asistencial: área única y coordinación entre los diferentes niveles de asistencia.
22. Reducir los cargos políticos y asesores de las Consejerías de Sanidad.
23. Cartera de Servicios aprobada por ley nacional y congelada hasta el año 2020.
24. Mecanismo de revisión estatal de la Cartera, mediante acuerdo del Consejo Interterritorial (CI), por mayoría absoluta de sus miembros y previa presentación de una memoria económica que evalúe el coste de implantación y su mecanismo de financiación con cargo a los propios recursos del Sistema Nacional de Salud (SNS).
25. Desarrollo de indicadores de calidad para el Sistema Nacional de Salud aprobados por el Consejo Interterritorial.
26. Tiempos máximos de espera quirúrgica pactados y aprobados en el Consejo Interterritorial.
27. Sistemas informatizados de gestión de listas de espera accesibles por el ciudadano.
28. Protocolos homogéneos de actuación, basados en guías clínicas homogéneas.
29. Implantación de la contabilidad analítica en los centros asistenciales.
30. Potenciación de las consultas a nivel telefónico o telemático para determinados tipos de pacientes.
31. Regionalización de los procedimientos quirúrgicos: definir servicios y centros de referencia en determinadas patologías.
32. Utilización de las TIC’s para el control de pacientes crónicos.
33. Acceso del paciente a los resultados de pruebas diagnósticas a través de internet.
34. Retribución Fija + Productividad por objetivos cuantificables vinculados a los escalones de la carrera profesional.
35. Eliminación por ley de las peonadas.
36. Pacto de recuperación del poder adquisitivo y desarrollo de la carrera profesional, acompasado a objetivos económicos y “déficit cero” del Sistema.  Objetivo 2018-2020.
37. Movilidad nacional para la racionalización de plantillas.
38. Cambio de modelo retributivo basado en cantidad, calidad y compromiso con los objetivos asistenciales.
39. Conciliación de la vida familiar y laboral.  Cambio en el sistema de horario actual.
40. Selección de los jefes de servicio por mérito de manera competitiva.
41. Ampliación de 35 a 37,5 horas de la jornada profesional.
42. Desarrollar y potenciar los centros asistenciales de media y larga estancia con el objeto de disminuir la estancia en los centros asistenciales de agudos.

Medidas sobre medicamentos

1. Receta: copago único para las dos modalidades de recetas
2. Regulación de la venta online de medicamentos y productos sanitarios
3. Reconsideración de la visita comercial al prescriptor
4. Consideración de retribución en especie la derivada de la asistencia a congresos y eventos farmacéuticos
5. Política agresiva en materia de medicamentos genéricos
6. Ajustar las dosis de medicamentos al tratamiento prescrito
7. Pacto para el desarrollo estratégico de la industria farmacéutica nacional y la investigación biomédica
8. Pago de una parte del precio de los medicamentos por parte de los jubilados dejando de ser gratuito (copago)
9. Incremento de la parte que se paga en las recetas (incremento según receta)
10. Los parados sin prestación, los titulares de pensiones no contributivas y los de rentas mínimas de inserción, no tendrán que pagar por medicamentos.
11. Se excluyen de la receta fármacos para problemas menores.

Medidas de concienciación y educación del paciente: derechos y deberes

1. Campañas de difusión nacional de las medidas de concienciación y educación del paciente
2. Emisión de facturas sombra
3. Medidas punitivas al paciente en relación a la no retirada o recogida de pruebas diagnósticas
4. Medidas punitivas al paciente en relación a la no asistencia injustificada a listas de espera y consultas externas
5. Corresponsabilidad del paciente en el ahorro farmacéutico

Medidas en materia de infraestructuras sanitarias

1. Mapa nacional de infraestructuras sanitarias
2. Congelación de nuevas infraestructuras sanitarias hasta el año 2020
3. Plan de racionalización, modernización y optimización de infraestructuras sanitarias

Medidas de financiación económica complementaria

1. Ticket moderador en urgencias (salvo derivación de Primaria o generando ingreso hospitalario)
2. Gratuidad de un menú básico durante la estancia hospitalaria.  Resto bajo pago
3. Cobro de las prestaciones sanitarias a extranjeros y a terceros
4. Facturación inter-centros del sistema asistencial
5. Optimización de la utilización de espacios, servicios y estudio de usos alternativos o arrendamientos que permitan ingresos añadidos de carácter finalista
6. Pago por parte del paciente de las prótesis ambulatorias y los productos dietéticos
7. Pago por parte del paciente del transporte no urgente
En el estudio también se han hecho encuestas sobre la aceptación de estas medidas por ciudadanos y expertos, lo que ha arrojado otras dos listas: las veinte mejor valoradas y las diez peor valoradas.

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Fomentar que se envejezca mejor

El envejecimiento de la población no tiene por qué suponer mayores gastos en atención sanitaria. Es posible un envejecimiento saludable que retrase mucho las dolencias que suelen afligir a nuestros mayores, además de crear empleo. En un reciente artículo de la revista Muface se desarrolla el tema.

Cáritas Diocesana de Ourense ha publicado recientemente un estudio titulado Envejecimiento Activo. Un modelo de intervención, en el que cuantifica el ahorro –258,11 euros por persona y mes– que supone para la Administración Pública que los mayores realicen actividades que mejoren su calidad de vida sin salir de su entorno habitual.

La investigación, realizada durante 2011 en 11 pueblos de la comarca de A Limia y en la que se impartieron talleres de gimnasia, memoria y manualidades a más de 80 mayores, puso de manifiesto que las personas que participaron en dichas actividades mejoraron sus funciones cognitivas y su bienestar personal y social sin salir de su entorno rural. Además se comprobó cómo el envejecimiento activo es un ámbito que puede generar empleo –en este caso en concreto se formó a nueve personas para realizar los talleres– y contribuir a evitar el despoblamiento del campo.

Desde Cáritas de Ourense explican que el proyecto surgió ante la necesidad de incrementar la calidad de vida del colectivo sin salir de su entorno rural, ya que los mayores manifiestan estar mejor cuando permanecen en su domicilio. Entre otros resultados, los ancianos se sintieron más integrados en su comunidad al comprobar que gracias a ellos se había generado empleo en su comarca.

Otros estudios confirman lo beneficioso que es el ejercicio: en un ensayo clínico, de 12 meses de duración, las participantes, ancianas entre 65 y 70 años, fueron divididas en tres grupos. Las de los dos primeros realizaron ejercicios de resistencia de piernas una o dos veces a la semana. Las del tercero tan sólo ejecutaron gimnasia de tonificación y equilibrio. Los investigadores midieron las facultades cognitivas de todas ellas al comienzo del estudio, al cabo de seis meses y transcurrido un año.

Las mujeres que hicieron pesas mejoraron su destreza mental en dos aspectos: la resolución de conflictos y la atención selectiva (habilidad para responder a las cuestiones esenciales de una tarea o situación y pasar por alto aquéllas que son irrelevantes). En el plano físico, se observó un efecto positivo en la función muscular y en la velocidad durante la marcha, que está muy relacionada con el riesgo de caídas y discapacidad. Por otra parte, hay estudios que demuestran que ser capaz de caminar a buen ritmo está íntimamente relacionado con las funciones cognitivas.

Esto demuestra que arrumbar a los ancianos en residencias poco equipadas es un error muy caro. Las residencias públicas deben tener gimnasios adecuados, y procurar que los internos los utilicen. En cuanto a las privadas, si no cuentan con un gimnasio apropiado, no digo que se las debe obligar a tenerlo, pero sí que se les debe financiar en condiciones muy ventajosas. Siempre saldrá más barato que atender las enfermedades que en los ancianos producirá la falta de ejercicio.

Y por supuesto hay que llevar a cabo una campaña de concienciación entre la población mayor, tanto la internada como la, afortunadamente mayoritaria, que todavía vive en sus casas (que es lo más deseable). El médico de cabecera debe preguntar al anciano por el ejercicio que hace y, si no lo practica, animarlo a que lo haga y ofrecerle posibilidades.

Deben existir suficientes polideportivos y las personas mayores de 60 años deben disfrutar de una entrada gratis al mes (para piscina, tenis, pádel, musculación…) y descuento en otras dos. Hay que fomentar que los ancianos hagan un deporte adecuado compitiendo entre ellos (por ejemplo, pimpón, natación, danza…) por categorías (60 a 70 años, 70 a 80, más de 80…).

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En lugar del repago

Lo del «copago» sanitario es una falacia: los ciudadanos ya pagamos con nuestros impuestos la atención sanitaria. Pagar cada vez que fuéramos al médico no es copago, es repago, volver a pagar. Este sistema disuade a gente con pocos recursos de ir al médico, con lo que sus patologías se agravan y al final sale más caro. Asimismo, poner en marcha un sistema de recogida de pequeñas cantidades de dinero cuesta tanto que al final, lo comido por lo servido.

Si se quiere reducir el gasto sanitario (que, recordemos, en España, con el segundo mejor sistema del mundo, es de los menores de Europa) hay otras posibilidades, como explica Público el 13 de diciembre de 2011 en El copago sanitario tiene alternativas:

MÁS PRESUPUESTO
Aumentar el porcentajedel PIB dedicado a Sanidad

España aporta menos a la sanidad pública que otros países europeos, lo que indica que hay margen para aumentar el presupuesto, mejorando la lucha contra el fraude fiscal. Según Eurostat, el gasto público sanitario representó en 2008 en España el 6,25% del PIB, frente al 7,9% de Alemania o el 8,42% de Francia (en 2007). Es cierto que en España se frecuentan más las consultas (ocho visitas por año frente a la media europea de 5,8). Pero esto es consecuencia del propio sistema («hay muchas consultas burocráticas», señala Sánchez Bayle), no del ciudadano. Esta hiperfrecuentación se compensa con la menor duración de las estancias hospitalarias, de 10,7 días frente a los 15,9 de Europa.

PAGO POR MEDICAMENTOS
Replantear el sistema

Los expertos creen que hay que replantear el actual copago farmacéutico para ajustarlo al nivel de renta de los usuarios, al margen de si se trata de trabajadores o jubilados. La propia Organización Médica Colegial cree que el sistema «ha quedado obsoleto y desfasado». Como comenta Barrubés, la contribución efectiva del ciudadano al gasto farmacéutico ha pasado del 11% en 1990 al 5,4% en 2010. Volver a los niveles de contribución anteriores aportaría 513 millones anuales al sistema.

PACIENTES CRÓNICOS

Un modelo propio

Cada vez más pacientes combinan enfermedad crónica y dependencia, y siguen consumiendo una parte importante de los recursos de hospitales de agudos y consultas de primaria. Crear un modelo de atención específica para ellos evitaría 1,6 millones de estancias hospitalarias, el 33% de las consultas de atención primaria y ahorraría más de 2.000 millones anuales.

IMPUESTOS FINALISTAS
Tabaco y alcohol

Elevar los impuestos especiales al tabaco y el alcohol, dos productos con claro coste sanitario, y destinar los fondos a la sanidad de forma finalista es otra de las posibilidades.

INCENTIVOS A LOS MÉDICOS

Mejora de la calidad
Establecer un sistema de incentivos a los profesionales por mejoras en la gestión, la utilización de fármacos y el uso racional de pruebas diagnósticas ahorraría al sistema unos 3.100 millones al año.

NUEVOS FÁRMACOS
Criterios de objetividad

Modificar la cartera de fármacos y los precios de los productos en función de criterios de objetividad y eficiencia supondría una racionalización sustancial de la factura farmacéutica, que en 2009 ascendió a 12.500 millones.

TECNOLOGÍA SANITARIA
Una evaluación exhaustiva

Al igual que ocurre con los medicamentos, debe reforzarse la evaluación de la tecnología médica desde la perspectiva del coste-efectividad. Se podrían ahorrar más de 400 millones anuales.

PRESTACIONES PÚBLICAS
La búsqueda de la eficiencia
Los médicos creen que ha llegado el momento de establecer un catálogo de prestaciones y servicios «que permita eliminar los servicios inefectivos o con un coste-efectividad inaceptable».

PREVENCIÓN DE LA SALUD
Beneficios a largo plazo

Los expertos coinciden en que la generalización de hábitos de vida saludables hacen caer drásticamente el coste en tratamientos de la enfermedad cardiovascular, la diabetes de tipo 2 y numerosos cánceres. Reforzar la atención primaria también evitaría costes posteriores.

CENTROS DE REFERENCIA
Medicina de tercer nivel

Plantear una distribución más racional de las unidades de alta tecnología médica, hospitales universitarios y centros de referencia, al margen de criterios políticos, podría liberar más de mil millones anuales.

SEGURIDAD DEL PACIENTE

El coste del efecto adverso

Los efectos adversos que sufren los pacientes le cuestan al sistema hasta 2.700 millones al año, de los que mil millones podrían evitarse aplicando las llamadas prácticas seguras simples.

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Potenciar la medicina preventiva

Los hábitos malsanos que luego salen sanitariamente más caros son el tabaco, la mala alimentación, la falta de ejercicio y el alcohol. Aunque el sistema sanitario español es perfectamente sostenible, y el copago no es más que un intento de marear la perdiz, podría salir mucho más barato y conseguir que la ciudadanía estuviera mucho más sana si se implantaran las siguientes medidas:

Contra el tabaco:

  • La sanidad pública debería financiar y facilitar el tratamiento a las personas que desean dejar de fumar.
  • El tabaco solo debería poder venderse en estancos. Hay que eliminarlo progresivamente de los quioscos y bares, que están más difundidos y abiertos en un horario más amplio.
  • Debe enseñarse en la escuela lo insano que es el tabaco y cómo controlar el estrés sin tener que recurrir al cigarrillo

Contra la obesidad:

  •  El Ministerio de Sanidad debe habilitar un teléfono gratuito de modo que cualquier persona que llame y diga su edad, sexo y estatura pueda obtener su peso forma y, si quiere, consejos para adelgazar o engordar de forma sana.
  • Los restaurantes deben ofrecer como postre gratuito una fruta de buena calidad (manzana, naranja, pera, plátano…). Todos los demás postres azucarados (flanes, natillas, tartas…) no pueden estar incluidos en el menú y han de tener un coste mínimo disuasorio, a partir de cinco euros.
  • Implantar básculas públicas automáticas gratuitas, en bibliotecas, polideportivos, centros de salud, y revisarlas periódicamente para comprobar que siguen ajustadas.
  • Sustituir en las escuelas las máquinas expendedoras de bebidas azucaradas y de bollería industrial por otras expendedoras de fruta en raciones fácilmente consumibles.

Contra el sedentarismo:

  • Implantación en todas las poblaciones de más de 10.000 habitantes de carriles-bici que permitan realizar los principales desplazamientos (colegios, guarderías, centros de trabajo, hospitales, polideportivos, parques, etc.) con aparcamientos para bicicletas y bicicletas públicas por un alquiler simbólico, como ya existe en Sevilla y otras ciudades.
  • Habilitación de circuitos urbanos para correr de al menos cinco kilómetros, preferiblemente con sombras y plantas (en muchos casos bastaría acondicionar un parque existente, sin alterarlo, o unir dos).
  • Construir más piscinas, de verano e invierno, en las ciudades donde se dé un uso elevado de las instalaciones existentes. Fomentar que la gente vaya, permitiendo, por ejemplo, que un residente en el área de influencia, pueda nadar una vez al mes por un euro.

Contra el alcohol:

  • La sanidad pública debería financiar y facilitar el tratamiento a las personas que desean dejar de beber en exceso, o reducir su consumo de alcohol.
  • Progresivamente, y empezando por los licores de alta graduación, el alcohol debería dejar de venderse en tiendas de alimentación general, y empezar a venderse solo en tiendas especializadas, con un horario restringido.
  • Debe enseñarse en la escuela lo insano que es el alcohol, cómo se cae en el hábito y cómo se puede controlar.
  • Las discotecas sin alcohol deben estar ampliamente difundidas y su acceso ser sustancialmente más barato que sus homólogas con alcohol.
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El sistema sanitario

Marciano Sánchez-Bayle, portavoz de la Federación de Asociaciones por la Defensa de la Sanidad Pública, propone en una entrevista a El País, concedida el 23/07/2011, las siguientes medidas:

  • Incrementar el gasto público y adecuarlo a las necesidades reales. Y que ese ajuste vaya unido a que la financiación sea finalista. Lo que no puede ser es que se incremente el presupuesto, pero luego no vaya a sanidad.
  •  Controlar el gasto farmacéutico, se han hecho avances, pero sobre el gasto en recetas; nada se sabe del gasto farmacéutico hospitalario, y ahí aún hay márgenes.
  • Incrementar el uso de los genéricos, la prescripción por grupos terapéuticos y fomentar que los nuevos fármacos solo entren en la cartera pública si suponen una mejora terapéutica y sus costes son proporcionales a ella.
  • Controlar las labores de marketing y promoción de las empresas farmacéuticas, especialmente las destinadas a los profesionales de salud. Una parte fundamental del gasto farmacéutico se va en eso.
  • Poner en práctica de verdad la famosa central de compras; se aprobó hace un año y aún no se ha visto ni un atisbo de la compra conjunta de vacunas que anunciaron algunas comunidades. Usando una economía de escala se pueden conseguir ahorros importantes.
  • Racionalizar el uso de la tecnología sanitaria.
  • Volver a que la Atención Primaria sea el eje de la atención sanitaria, es más cercana, más eficaz y más barata. Pero hay que darle recursos y mejorar su autonomía para que los profesionales tengan capacidad suficiente para atender a los pacientes y hacer promoción de las campañas de salud.

El sistema sanitario español es el segundo mejor del mundo tras el francés y, sin lugar a dudas, el de mejor relación calidad-precio. Aunque esto sea a costa de pagar a los medicos salarios bajos y someterlos a unos horarios brutales. Como el bienestar de la mayoría no puede asentarse sobre la explotación de una minoría, a estas medidas, aunque incrementen el gasto, habría que añadir:

  • Una estricta aplicación de cuarenta horas semanales de jornada máxima para los médicos, sin posibilidad de horas extra.
  • Que esta reducción de horas de trabajo no les suponga una pérdida de poder adquisitivo.

Además hay que:

  • Procurar la máxima eficiencia en la gestión de hospitales. No puede ser que, por deficiencias organizativas, queden horas vacías en los quirófanos por la mañana y haya que hacer operaciones por la tarde, a mayor coste. Para ser director o directivo de un hospital habría que pasar obligatoriamente un curso de gestión, impartido por los directores de los mejores hospitales.
  • Coordinar perfectamente los centros y procurar que haya en ellos las unidades necesarias para atender óptimamente los padecimientos normales de su zona, pero a la vez, que haya centros de excelencia para enfermedades menos frecuentes y que cubran una zona mayor. Por ejemplo, todo hospital debería contar con un buen equipo de cirugía cardíaca, pero seguramente es mucho mejor para los que necesiten cirugía hepática que haya solamente dos o tres centros en España, donde continuamente se esté practicando y la experiencia de su equipo sea mayor.
  • A los directores se les debería reconocer económicamente las mejoras de eficiencia que consigan sin disminuir la satisfacción de los pacientes. Ejemplo: si un director logra rebajar de 300 millones a 290 los costes de funcionamiento de un hospital sin disminuir la satisfacción de los pacientes (medida mediante encuestas) su sueldo aumenta 20.000 euros anuales.
  • Publicar de una vez las listas de espera para cada operación de todas las autonomías y obligarlas a proporcionar la información en el formato estándar, bajo pena de cárcel para el consejero de sanidad correspondiente (ahora mismo la única que hurta esa información al Ministerio de Sanidad es la Comunidad de Madrid).
  • Potenciar la medicina preventiva. Los hábitos malsanos que luego salen sanitariamente más caros son el tabaco, la mala alimentación y la falta de ejercicio. Esto merece una entrada aparte.
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Mete "Lo que hay que hacer" en Google y mira qué te sale: enlaces a un libro "Lo que hay que hacer con urgencia" del que las primeras páginas no están disponibles para descargar. Y mientras, tu ciudad, tu país, tu planeta bullen de problemas a los que no se pone remedio adecuado, cuando existen soluciones para todos. Escribo este blog desde Madrid, España, la Tierra, para unir mi voz a los que proponen estas soluciones y presionan para que se apliquen.
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