La inmigración ilegal

Vaya por delante que lo ideal sería un mundo de países con un nivel de desarrollo parecido, en el que las fronteras pudieran estar abiertas y todas las personas moverse libremente e instalarse donde quisieran.

Seguidamente, hay que dejar bien claro que ningún ser humano es ilegal. Todas las personas tienen derecho a la vida, a conservar su integridad física y moral, a ser tratadas dignamente, y a la libertad dentro de la ley.

Dicho lo anterior, en este lamentablemente muy imperfecto mundo en que vivimos, los países ricos tienen leyes de inmigración muy severas que tratan de impedir que entre en ellos más gente de los países pobres de la que consideran que pueden absorber. Los que infringen estas leyes son llamados, a mi modo de ver correctamente, inmigrantes ilegales, si bien otros prefieren llamarlos «inmigrantes irregulares». Aunque el problema no es nominativo, sino de sufrimiento humano: para saltar las barreras puestas por los países ricos, estos inmigrantes recorren peligrosísimos trayectos, pasan hambre, sed, frío, o son robados, estafados, violados o asesinados. Muchos perecen en el camino. Incluso algunos que consiguen llegar son internados de forma indefinida en centros para extranjeros entrados ilegalmente, hasta que al fin son deportados a sus países de origen.

Esto es lo que se debe evitar.

Desde luego, la mejor forma de evitarlo sería eliminar los paraísos fiscales, donde las cleptocracias que dirigen (es un decir; mejor sería «esquilman») los países de origen atesoran las fortunas que les roban. Pero mientras esto llega, deben tomarse medidas urgentes:

  1. Una política de inmigración inteligente, tipo «green card» estadounidense: cada país rico evalúa sus necesidades de mano de obra extranjera y, a través de sus embajadas, acepta solicitudes de residencia temporal o permanente de trabajadores capaces de satisfacer esas necesidades. Posteriormente se sortean las plazas existentes entre las solicitudes ofrecidas.
  2. Para presentar esa solicitud sólo es necesario acreditar el conocimiento del idioma del país de destino, acreditar que se sabe hacer el trabajo en cuestión, carecer de antecedentes penales y tener las huellas digitales de todos los dedos en perfecto estado.
  3. Además hay que reforzar las fronteras con sistemas tipo SIVE (Sistema Integral de Vigilancia del Estrecho de Gibraltar). Cuando se detecte cualquier embarcación con posibles inmigrantes ilegales, barcos de vigilancia deben abordarla e inspeccionarla. Caso de encontrar alguno, se hará volver a la embarcación a las costas de las que partió (para lo cual habría que suscribir convenios con esos países), se hará bajar a tierra a los ocupantes después de tomar las huellas a todos y cada uno y se confiscará la embarcación. Todo esto, por supuesto, sería muy caro, pero mantener a un lado la riqueza y al otro la pobreza exige un enorme esfuerzo (por eso lo ideal sería un mundo homogéneamente rico). Las fronteras terrestres deberían reforzarse con sistemas adecuados. Si el país en cuestión no los puede pagar (caso de Grecia, por ejemplo), los que pertenezcan a la misma área geográfica de circulación libre de personas deberían ayudarlo con lo que fuera necesario.
  4. Ninguna persona que haya intentado o conseguido emigrar ilegalmente a un país podrá nunca ser aceptado como inmigrante legal. Para cada afortunado en el sorteo del punto 1, se comprueba si sus huellas están en la base de datos de inmigrantes ilegales, y en ese caso, se rechaza su solicitud.
  5. Este sistema debería publicitarse ampliamente en los países de origen: que sus jóvenes tengan muy claro que si deciden respetar la ley, tienen una oportunidad, mientras que si deciden vulnerarla, jamás podrán alcanzar su sueño, y se dejarán inútilmente en el camino una cantidad inmensa de dinero. Hasta puede que la vida.
  6. En los países de destino, la vida tiene que ser imposible para quien no tenga los papeles en regla. No debe poder alquilar una casa, ni siquiera una habitación, ni abrir una cuenta bancaria, ni transferir dinero, ni trabajar, ni cobrar un sueldo, ni empadronarse. Para todas esas actividades se exigirá ser ciudadano del país o tener un permiso de residencia en vigor. Y además, en este último caso, se anotará la fecha en que termina su validez, y si no es renovado, lo realizado con ese permiso dejará de funcionar. Por ejemplo, un inmigrante legal con permiso de residencia hasta el 8 de febrero de 2015 abre una cuenta para cobrar su sueldo. El banco anota esta fecha en su base de datos. Pues bien, si no entrega al banco una copia de la renovación de su permiso, el 8 de febrero de 2015 esa cuenta queda automáticamente bloqueada. De la misma forma se tiene que multar enérgicamente a los que pretendan ayudar a alguien a sortear la ley (alquilando una habitación a un inmigrante irregular, por ejemplo), incluso, si tienen un permiso de residencia en vigor, con la pérdida de éste.
  7. Los controles de identidad en la boca del metro, o en las zonas donde los inmigrantes van a divertirse, apestan a racismo. Creo mucho más eficaz controlar las viviendas (¿por qué consume agua una vivienda donde no hay nadie empadronado?), los puntos de envío de dinero (¿cómo puede Andreas transferir mensualmente el doble de su sueldo? ¿No estará ayudando a alguien?) y los centros de trabajo (lo que vendría muy bien no solo para combatir la inmigración ilegal, sino también los abusos contra los autóctonos).
  8. Deben acabarse los permisos por arraigo, Los aspirantes a emigrar a un país rico deben tener muy claro que la única forma de llegar a ser residente legal es respetar la ley desde el principio. No conozco ninguna ley que, si la incumples el tiempo suficiente, dejas de tener que cumplirla.
  9. Los centros de residencia (que no internamiento) de posibles inmigrantes ilegales no deben estar en el país rico que los haya detenido, sino en el país pobre más cercano que los acepte (a cambio de dinero, claro) y deben ser abiertos: quien quiera se puede marchar de ellos, pero no podrá volver a entrar. Por ejemplo, si se halla que una persona reside ilegalmente en, digamos, Francia, se la traslada inmediatamente al centro de, digamos, Burkina Faso, aunque presumiblemente su nacionalidad de origen sea nigeriana. Allí, si acepta declarar su nacionalidad real, será deportado a su país. Si se niega, tendrá la opción de quedarse allí para siempre o marcharse por la puerta a una realidad todavía peor que aquella de la que huyó. No deberían hacerse excepciones ni con mujeres embarazadas ni con menores, que deberían ser siempre devueltos a sus países de origen y reintegrados a sus familias o, si se niegan a identificarlas, internados en orfanatos de sus países.

Sí, ya sé, para llevar a cabo todo esto hay que tener muy poco corazón. Pero el sistema que tenemos ahora mata. Mata a centenares de personas al año. Si a alguien se le ocurre un sistema mejor, por favor, que deje su comentario.

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2 Comentarios Dejar comentario

  1. ParotetViu #

    Conozco África por haber estado en ella por motivos de trabajo, ya que durante casi dos décadas estuve viajando a países desde toda el África del Norte árabe y también a la denominada en términos políticamente correctos “Subsahariana”, a países de su parte Occidental, y he visto de todo entre ellos, desde el racismo entre tribus y entre nacionales del mismo país, hasta la xenofobia en grado superlativo entre nacionales de distintos países, con el resultado en ambos de casos de muerte. Hasta el 2011 en ese continente habían censados 1.033 millones de habitantes, repartido en 54 países, que multiplicado por los centenares de tribus y etnias de cada uno de ellos, y donde el sueño de la mayoría de ellos es emigrar a la Europa Occidental donde “se atan los perros con longanizas”. Dicho esto y dirigido a los inconscientes desinformados y buenistas, partidarios de fronteras abiertas y papeles para todos, ¿cuánto creen que tardarían en desaparecer nuestras sociedades democráticas y del “bienestar” si aceptáramos que nos invadieran algún centenar que otro de millones de africanos? , pues dudo que llegáramos a una década, y durante ese tiempo nuestras Leyes se convertirían en “la ley de la selva” donde habría que ir armado para sobrevivir. Por poner un ejemplo a los pasajeros de vuelos que hacen escala en el aeropuerto internacional de Lagos (Nigeria), se les aconseja no descender del avión para escalas rápidas, ya que se han dado casos de pasajeros atracados y desaparecidos en su “zona internacional”, y en la misma ciudad de Lagos como en otras ciudades africanas de otros países, para tomar un taxi desde el hotel para acudir a una cita, el taxi se le pide a la policía que lo remite, avisando a el hotel de su matrícula, numero de licencia y nombre y apellidos del conductor para que una vez comprobado, se le aconseja ir solo a una limitadas zonas y eso sí, con los seguros de las puertas activados. En consecuencia de lo expuesto, estoy totalmente de acuerdo, que o se opta por “dura lex” sin concesiones para todo aquel que se la salte invadiendo cualquiera de las fronteras de la U.E. procedente de África, Asia, América u Oceanía, o desapareceremos como un azucarillo en un vaso de agua, y en este caso de sangre. Ya hay países con gobernantes y políticos honestos y serios que no pretendan asegurarse votos cometiendo el delito de concederles no ya permisos de residencia, incluso nacionalidades, como en Canadá o Australia, que la simple permanencia irregular, condena al inmigrante a no obtener JAMAS permiso de residencia, y en el caso de retornar, le espera primero la cárcel y en segundo lugar la deportación.

  2. jorge #

    articulo estupido y racista. preguntenle a los sudamerianos cuantos europeos recibieron despues de la segunda guerra mundial, analfabetos, muertos de hambre y sin papeles, y pronto los pusieron a trabajar y progresaron. ahora que europa medio esta bien aplican medidas restrictivas severas y humillantes, con engaños de supuestos estudios y posibilidad de conseguir trabajo, en esas conferencias ridiculas que muchos pseudo centros de estudios y formacion profesional van hacer a latinoamerica, con el fin de hacer que se vengan muchos latinos ingenuamente a estudiar a españa y sacarles dinero, y luego darse cuenta que no hay posibilidad de ningun trabajao ya que nadie contrata gente sin pepeles regulares, y en una economia que los propios españoles han jodido.

Mete "Lo que hay que hacer" en Google y mira qué te sale: enlaces a un libro "Lo que hay que hacer con urgencia" del que las primeras páginas no están disponibles para descargar. Y mientras, tu ciudad, tu país, tu planeta bullen de problemas a los que no se pone remedio adecuado, cuando existen soluciones para todos. Escribo este blog desde Madrid, España, la Tierra, para unir mi voz a los que proponen estas soluciones y presionan para que se apliquen.
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