Salario máximo: la regla del 10

Está muy clara la razón por la que la desigualdad lleva al crash: la mayoría de los ciudadanos reduce sus ingresos, y por tanto debe disminuir su consumo o endeudarse para mantenerlo, mientras que una escasa minoría aumenta desproporcionadamente su renta, pero con ella no incrementa su consumo, sino que la invierte en activos especulativos. Únase a esto el crecimiento de la deuda en los más desfavorecidos, los más vulnerables ante una eventual disminución del empleo, y el crash está servido.

¿Cómo se crea esta desigualdad? La dirección de las empresas multinacionales congela en la práctica los salarios en los países donde tienen sus sedes o, directamente, cierra allí plantas, que reabre en otros países donde los sueldos son menores. Después reparte entre los miembros de esa dirección ese aumento de las ganancias propiciado por la reducción de los costes salariales.

 

Ante los efectos devastadores de esta práctica, se hace necesario ponerle coto. Como ningún eminente economista ha propuesto medidas (y ya sería hora), me permito, desde mi condición de humilde ciudadano, sugerir la regla del 10: en una empresa, ninguna retribución bruta anual, por todos los conceptos, puede ser más de 10 veces superior a la retribución del trabajador a tiempo completo que menos gana.

Esto no es ninguna utopía. Por ejemplo, en la Administración española funciona grosso modo: el Presidente Zapatero tiene en el año 2011 un sueldo de alrededor de 76.000 euros anuales. Según la regla, lo mínimo anual que podría cobrar el empleado público más humilde serían 7.600 y, según mis datos, el sueldo mínimo realmente es superior.

Sería cuestión de apoyar esta medida para que, en un primer momento, la fueran adoptando ONG, y luego se fuera extendiendo.

Existe además otra razón para limitar estos salarios desproporcionados: según Teoría de la Justicia, de John Rawls,  la única razón por la que se puede permitir una desigualdad es porque supone un beneficio para la colectividad.


Pensemos, por ejemplo, en una población campesina que vive relativamente bien de los frutos de la tierra. Necesita médicos, pero si el salario del médico fuera igual al del bracero, nadie querría ser médico. Está justificado, por tanto, que los médicos cobren más, porque con su actividad benefician a la comunidad mucho más que el leve perjuicio que esa desigualdad supone.


Pero es que los altos salarios de banqueros y ejecutivos no los han hecho en absoluto más capaces de capear esta crisis que estamos viviendo; todo lo contrario: LA HAN PROVOCADO. Por eso, cuando al decir que, si se limitan los salarios en algunos países, las mentes empresariales más brillantes emigrarán a otros, habría que responder: «¡Que se vayan! ¡Menudo desastre han causado esas mentes supuestamente brillantes!»

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14 Comentarios Dejar comentario

  1. Injusticia legalAnte las barbaridades de dinero que se llevan de todas las maneras posibles los directivos de los bancos, incluso aunque esos mismos directivos sean los que los hayan enviado a la ruina, surgen muchas preguntas.¿Cómo es posible que algo así, sea legal? ¿Por qué todos los trabajadores tenemos convenios que regulan nuestros salarios, y condiciones laborales, mientras que no existe ningún convenio de directivos o altos cargos de empresas, cuando precisamente son los que tienen el poder de decisión para manipular los recursos de la empresa? ¿Cuándo se empezarán a exigir responsabilidades de gestión a los altos cargos tanto públicos como privados?Si consideramos como normal que un señor, cuyo único trabajo es decidir qué hacer con «nuestro» dinero, gane y se le indemnicen millones de euros, y cualquier trabajador de la industria que suda y produce durante ocho horas al día gane alrededor de 1.000 euros al mes y cada vez se le reduce más su derecho de indemnización porque parece esencial para nuestra economía, a lo mejor es que esta sociedad está mucho más enferma de lo que nos parece.

  2. Un mundo feliz… pero no el de HuxleyEn un mundo más justo, ningún puesto de trabajo debería superar una retribución de 100.000 euros anuales.Se trataría de evitar a toda costa la acumulación de riquezas en una sola persona, que sólo sirve, como estamos viendo, para que a otros les falte un plato de comida en la mesa. Porque la acumulación de riqueza en pocas manos da siempre lugar a que haya otros, muchos, sin un céntimo.Esta mejor distribución no puede dejarse al albur de las personas, sino a través de los gobiernos que promueven la Justicia.¿Utopía? Volvamos a los años setenta y sigamos por esa línea, destruyendo todo lo que huela a neoliberalismo. En aquella ocasión estuvimos a punto de conseguirlo.

  3. ¿Qué explicación tienen esos sueldos desproporcionados?En las escuelas de negocios se explica a los alevines de banquero que los elevados salarios que recibirán serán la contrapartida a su talento gerencial. Y se les dice que como ese talento es escaso, el salario es elevado. Les aseguro que este argumento es pura filfa. Existe una amplia investigación académica que lo desmiente. Son los propios altos directivos los que fijan la cuantía de sus ingresos e indemnizaciones, sin que la calidad de su gestión tenga nada que ver con sus ingresos. Para muestra, las cajas quebradas.¿Qué responsabilidad han tenido estos salarios del fracaso en la crisis?Han sido determinantes. El testimonio de la agencia reguladora británica, la Financial Services Authority, es conclusivo: «Llevaron a la crisis (…) al premiar la obtención de beneficios a corto plazo. Esto generó incentivos de los directivos para desarrollar prácticas indebidamente tendentes al riesgo (…) minando los sistemas que habían sido creados para su control».¿Cómo solventar a partir de ahora a esta desmesura y expolio?El camino no es fijar por ley las retribuciones de los directivos. Se necesita transparencia (¿por qué es público el salario del presidente del Gobierno y no el de directivo de una caja?). Pero el único factor que puede constreñir de forma efectiva esas retribuciones es lo que Lucien Bebchuk denomina «límite de indignación». Es decir, la reacción airada de la opinión pública, los trabajadores, los accionistas y los políticos frente a las conductas abusivas.

  4. Después de anunciar que habrá nuevas ayudas para las entidades financieras, el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, explicó ayer que el sueldo máximo del presidente y del consejero delegado o director general de una entidad que ha recibido ayudas en forma de préstamo (conocidas como FROB 1) será de 600.000 euros, mientras que si las ha recibido en forma de capital, es decir, con nacionalización de por medio (el FROB 2), será de 300.000 euros.

  5. El Gobierno sigue aprobando medidas de austeridad encaminadas a reducir el gasto público, con el objetivo de hacer posible el cumplimiento del déficit que le ha marcado la Unión Europea para este año, un 4,4 por ciento. Después de reducir los sueldos y las indemnizaciones de los responsables de las entidades financieras, ahora da una vuelta de tuerca más, en este caso para los directivos de las empresas públicas. Así, ABC ha podido saber que el Consejo de Ministros aprobará en su reunión de hoy fijar un máximo de sueldo de 100.000 euros para todos los responsables de estas empresas y sociedades dependientes del Estado.Esta medida está incluida dentro de un conjunto de actuaciones encaminadas a recortar el sector público, que se ha convertido en una sangría económica para las cuentas del Estado. Recientemente, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, recordó que una de las primeras reformas que llevaría a cabo sería la del sector público.

  6. Los directivos y miembros del Consejo de Dirección de los bancos portugueses que se acojan a esta inyección pública de fondos deberán bajarse el sueldo (tanto el monto fijo como las comisiones e incentivos variables) en un 50%. De cualquier forma, el salario de estos directivos no podrá superar nunca el sueldo medio de lo que cobran los gestores de instituciones bancarias estatales en Portugal.

  7. Soy incapaz de comprender cómo un alto cargo bancario “tiene comprometida” una pensión dotada de millones de euros si cesa en su actividad, sobre todo si, como resultado de su gestión, la empresa que ha dirigido de manera inadecuada sufre un descalabro de tal tamaño que compromete y arrastra incluso el valor de la deuda del país entero.Hasta ahora suponía que un altísimo sueldo respondía a un también muy alto nivel de responsabilidad y, por tanto, de riesgo profesional, cosa que a mi entender incluye el despido fulminante, consecuencias profesionales de por vida, e incluso el enjuiciamiento si ha habido negligencia y mala praxis o, como en estos casos, creo que daños muy graves a la sociedad. Ocurre cada día en nuestro país que los directivos bancarios, tras la ruina de lo administrado, y siendo necesaria la aportación de una ingente suma de dinero público, lejos de bajar la cabeza e irse por la puerta de atrás, hacen declaraciones, son halagados por sus acólitos y sucesores y encima reciben sumas inmensas de dinero como honrosa paga a su dignidad. Los vemos sonreír en la foto, mientras el resto asistimos atónitos e incrédulos.Necesito entender qué está pasando y qué va a pasar si no sabemos actuar pronto contra esta realidad tan extraña e irracional.

  8. No solo son injustos estos altos salarios porque quienes los cobran no los merecen. Además aumentan la pobreza, como demuestra, con datos el interesantísimo artículo http://www.lostiempos.com/diario/opiniones/columnistas/20120613/el-precio-de-la-desigualdad-_174812_368366.html del Nobel Joseph E. Stiglitz.

  9. Los economistas liberales nos dicen que un marco poco regulado, que permite a los individuos buscar su propio beneficio, acaba repercutiendo en el bien de todos. Las personas trabajadoras y con talento se enriquecen y enriquecen el mundo, mientras los perezosos tienen que afrontar las consecuencias de su indolencia.Pero para que esto ocurra, los mecanismos de recompensa tienen que funcionar correctamente, y no parece que lo hagan. Hemos podido ver a altos directivos enriquecerse mientras hundían sus empresas; a malversadores indultados; a grandes compañías, maltratar sistemáticamente a sus clientes; a políticos que dilapidan ingentes cantidades de dinero y siguen adelante sin ni tan siquiera una disculpa. Entretanto, hay muchos trabajadores cuya recompensa a años de esfuerzo es el desempleo.Si tenemos que vivir en una sociedad liberal, que así sea, pero entonces la primera reforma y la más importante de todas sería la de asegurar el correcto funcionamiento de esos mecanismos de recompensa. Porque, de momento, en lo que vivimos es en una falsa sociedad liberal, en la que los mismos que exigen flexibilidad en los salarios blindan sus contratos y los que reclaman sacrificios a los ciudadanos utilizan los mecanismos del poder para preservar sus privilegios.

  10. Cuando hay fondos públicos por medio es otra cosa. Y cuando una gestión no produce riqueza, sino malgasto y ruina, como en la CAM y en Novacaixagalicia, entonces son necesarias todas las alarmas. Cuando esa ruina le cuesta dinero al contribuyente, resulta indecente que ese dinero se emplee para premiar a los responsables de un desastre. Pero ¿qué hay de la señora Amorós, el señor López y los demás obsequiados? ¿Acaso no se daban cuenta de lo desproporcionado de sus sueldos y pensiones vitalicias? ¿De que, a diferencia de lo que ocurre con Messi y Shakira, su trabajo no generaba ganancias que los justificaran? ¿De que, a diferencia de Cristiano y Pitt, ellos no eran insustituibles y de que cualquier otro ejecutivo podría haber desempeñado su cargo?

  11. Sandro Pozzi en El País del 11 de octubre de 2012: El salario medio en Wall Street ha subido un 17% en los últimos 2 años y llega a 281.000 euros. El sector financiero tuvo un beneficio de 10.500 millones en 2011 y puede doblarlo en 2012. Pero la economía norteamericana sigue estancada y el paro continúa alto. Quienes cobran esos salarios ¿realmente los merecen? Yo creo que no.

  12. Noticia de El País del 30 de octubre de 2012: El Ministerio de Economía y Competitividad ha propuesto a la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos limitar a seis meses de salario las indemnizaciones por despido de los altos directivos. Para ello se gravará con un 75% la cantidad que exceda de esta suma.

  13. El Ministerio de Hacienda trabaja en una normativa para poner límite a las indemnizaciones que cobran los directivos cuando abandonan su compañía.La idea sería establecer un gravamen impositivo considerable (en torno a un 70%) para aquellos blindajes que excedan un número de mensualidades (se habla de un semestre). Además, se quiere dar más poder a las juntas de accionistas para que sean ellas las que aprueben o ratifiquen de forma directa los blindajes, una cuestión decidida hasta ahora en petít comité por los consejos de administración.

  14. La remuneración más alta de un cargo electo (con complementos, niveles y otros conceptos) no será en ningún caso superior al salario más bajo en el Ayuntamiento (Grupo E) multiplicado por 5. Se buscarán fórmulas para que no sean los propios cargos electos, sino un consejo externo, quienes fijen sus remuneraciones.La remuneración más alta de un cargo de libre designación (con complementos, niveles y otros conceptos) no será en ningún caso superior al salario más bajo en el Ayuntamiento (Grupo E) multiplicado por 4.

Mete "Lo que hay que hacer" en Google y mira qué te sale: enlaces a un libro "Lo que hay que hacer con urgencia" del que las primeras páginas no están disponibles para descargar. Y mientras, tu ciudad, tu país, tu planeta bullen de problemas a los que no se pone remedio adecuado, cuando existen soluciones para todos. Escribo este blog desde Madrid, España, la Tierra, para unir mi voz a los que proponen estas soluciones y presionan para que se apliquen.
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