Tello
El «plan B» del Barça
Hace pocos días, tras la derrota del Barcelona ante el Real Madrid en la Liga, un amigo culé opinaba en Facebook que el Barça necesitaba preparar un «plan B» ante el previsible planteamiento ultradefensivo del Chelsea en el Camp Nou. La mala noticia es que no existe un «plan B». Desde que Guardiola dejó marchar a Ibrahimovic (y si no ficha a Llorente), el conjunto azulgrana dispone de pocas alternativas en el juego. La buena noticia es que el Barcelona ha obtenido los mejores resultados siendo fiel a su estilo hasta el final, como cuando Iniesta marcó el gol decisivo en Stamford Bridge hace tres años, con el tiempo casi cumplido, combinando hasta encontrar el espacio libre.
Cruyff solía colocar a Alexanco como delantero centro cuando la situación era desesperada. Puyol y Piqué han subido al ataque en caso de apuro, pero, al contrario que el Drem Team del holandés, el Barcelona de Guardiola nunca ha bombeado balones al área, ni siquiera cuando han quedado pocos minutos para el final. La única forma racional de aumentar las posibilidades ofensivas de este Barcelona es la subida de los laterales, especialmente de Alves, buscando desdoblamientos y situaciones de dos contra uno en la banda. Incluso Messi debería caer en ocasiones a los pasillos laterales (carril del 8, partiendo de la derecha, o del 10, por la izquierda) para aprovechar mejor su capacidad de desequilibrio. Por desgracia, apenas lo hace, olvidando que algunos de sus mejores goles (el gemelo del gol histórico de Maradona, ante el Getafe, u otro que marcó en La Romareda) los marcó entrando por el pico del área, no por el centro.
Atasco en el centro
Si Messi se queda siempre en el centro, en la corona del área, le facilitará la labor a los centrales del Chelsea. El Barça apenas busca la superioridad en banda y concentra a casi todos sus futbolistas determinantes en el centro, lo cual hace que su ataque resulte, a veces, previsible, formando además un atasco por el que no pueden entrar ni Xavi ni Cesc, grandes «llegadores» desde atrás. Tanto Messi como Xavi, Cesc e Iniesta tienden a entrar por el centro. Incluso Tello tiende al centro, ya que su regate (en realidad, un autopase largo al estilo de Overmars que aprovecha su gran esprint corto) lo hace casi siempre en diagonal hacia adentro, hacia la portería, no hacia afuera. Isaac Cuenca -aunque todo indica que no será titular ante el Chelsea- parece un jugador más adecuado para «abrir la lata» en estos partidos cerrados: regatea tanto hacia adentro como hacia afuera, entra hasta la línea de fondo (para dar el pase de la muerte atrás o centrar) y maneja bien ambas piernas. Su regate no se basa exclusivamente en la velocidad vertical, como el de Tello, sino fundamentalmente en la habilidad. La gambeta de Cuenca es menos previsible para un defensor.
En defensa, Guardiola deberá tener las espaldas bien cubiertas. Alves deberá proyectarse en ataque aprovechando el efecto sorpresa, no así Puyol. El brasileño resulta mucho más efectivo como lateral, con metros por delante, que como extremo. Todo parece indicar que volverá al equipo titular Piqué, al que se le ha echado de menos en el juego aéreo: el primer gol del Real Madrid llegó tras un cabezazo de Pepe, y antes Cristiano Ronaldo había cabeceado sin oposición obligando a una gran parada a Valdés. Piqué ayudará también a vigilar a Drogba.
Así las cosas, la alineación de hoy parece cantada: Valdés; Alves, Piqué, Mascherano, Puyol; Busquets, Xavi, Iniesta; Cesc, Messi y Alexis. El once de gala. Guardiola debería tener dos alternativas preparadas si las cosas no salen bien: una sería la entrada de Cuenca (tal vez por Cesc), y la otra, la baza de Tello. El concurso de ambos al mismo tiempo (algo casi inédito) puede ser un buen recurso si la situación se vuelve desesperada.
Dadas las mayores dimensiones del Camp Nou, habrá más espacios y el «catenaccio» del Chelsea será menos efectivo. Si Messi y compañía no vuelven a tener un mal día, el Barcelona estará en Munich. Eso sí, no será nada fácil.
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