Telecinco

Cuando los hechos se presentan como ficción

Las cadenas de televisión, especialmente las privadas, están de enhorabuena con el asesinato de Laura y Marina. Ya tienen más carnaza con la que llenar minutos de televisión en un verano especialmente negro en la crónica de sucesos. Ni en Telecinco ni en Antena3 (aún no he visto La Sexta ni Cuatro) respetan la ética periodística. Las informaciones las acompañan con música de película de terror para alimentar el morbo, como si el crimen cometido con estas pobres chicas no fuese ya suficientemente dramático. Le ponen el micrófono delante a cualquier vecino de Cuenca, a ver quién hace la declaración más morbosa, y crean etiquetas (#) sobre el suceso para conseguir menciones en Twitter.
Como decía hace muchos años cierto cantante, a veces es imposible distinguir las noticias del telediario de una serie de televisión, y cuando los hechos parecen ficción nos volvemos inmunes a lo que ocurre.
Estos días hay que taparse la nariz antes de encender la televisión.

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R.I.P. CNN+

No diré, como Jiménez Losantos, que he disfrutado con la defunción de CNN+ Al contrario, me entristeció mucho presenciar en directo su desaparición, el pasado 28 de diciembre (fecha significativa del calendario cristiano…). Veía habitualmente esta cadena, como «yonki» de las noticias que me considero, siempre ávido por conocer la última hora. Además, trabajaban en la cadena profesionales del periodismo que he conocido personalmente, como José Mari Calleja, un buen tipo, pese a que su viraje ideológico durante la última negociación del Gobierno con ETA dejase a muchos (a mí entre ellos) bastante estupefactos. También le tengo aprecio a Gabilondo, pese a que ideológicamente nos encontramos en puntos bastante distantes. Pero mi pena no es por ellos, profesionales bien pagados y seguramente amortizados, sino por los cientos de periodistas jóvenes y no tan jóvenes que se irán al paro o a la incertidumbre de un futuro bajo el paraguas de Telecinco-Atlas. Y también porque hemos cambiado un canal de noticias y debate por un engendro infumable como Gran Hermano… las 24 horas del día. Lo presenta, recordad, Mercedes Milá, esa misma que hace años presentaba programas de «periodismo DE VERDAD» (se ve que el resto de periodistas eran unos aficionados), y que se metió en lo de Gran Hermano por aquello del «experimento sociológico». Se ve que el experimento tienen que repetirlo una y otra vez para estar seguros, porque ya van por la duodécima edición.

En fin, casos como estos nos llevan a pensar que «tenemos el país que nos merecemos».

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Rafael Rodríguez López (Rafa López)
Periodista + información

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