Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez no contaban con que Eguiguren actuara de ‘bocazas’ desmarcado a destiempo. Tampoco debieron confiar el en el ‘vocero’ oficial de la banda: ‘Zutabe’. Y mucho menos en el diario abertzale, GARA. Tanta ambigüedad en el lenguaje ha llevado a la confusión. Con ETA no cabe el diálogo, y mucho menos la negociación, ni siquiera aunque se disuelva, entregue las armas y pida perdón a las víctimas.