El síndrome de Estocolmo de ‘Chuchi’ Eguiguren.

Chuchi Eguiguren se la tenía guardada a sus compañeros del PSOE de Madrid y al propio Gobierno del ‘Vendeburras’ de León. No ha tardado en saltar, tan pronto como el PSOE se ha dado el batacazo electoral. Lo que ha hecho Eguiguren  es el resultado del síndrome de Estocolmo que acompaña a este hombre desde que ETA le dijo que iba a “pagar por lenguaraz”.

Hay pruebas más que evidentes respecto a que Eguiguren ha actuado por su cuenta durante la negociación y, a veces, a espaldas del PSOE en el caserío Txillarre; es más, tardó en enterarse el Gobierno del ‘Vendeburras’ leonés de la reunión mantenida por Jesús Eguiguren con el líder de Sinn Féin, Gerry Adams. Es lo que en España llamamos “ir a su bola”. Siempre ha pretendido ser el niño en el bautizo, el novio en la boda y el maltratador en la violencia doméstica.

Lo más triste de todo es que lo ha conseguido y quiere seguir en la misma línea. Cada día está más descentrado y su propia gente le ha perdido el respeto. ¿Por qué? Sencillamente, por irresponsable. Decía Fedro que “la temeridad puede ser buena en unos pocos; en muchos es cosa funesta”. Eguiguren está entre esos “muchos”, donde también pululan muchos otros de su partido.

Be Sociable, Share!

Comentarios cerrados.