El gobierno de Zapatero ha perdido dos años valiosos negando la existencia de una crisis. Mientras las familias y las empresas han tenido que apretarse el cinturón hasta extremos muy dolorosos –quedándose en el paro o quebrando–, el sector público sigue engordando a costa de un endeudamiento que se ceba, vía mayores impuestos y tipos de interés, sobre esas ya muy debilitadas familias y empresas.