Casi no nos enteraremos que ha dejado de funcionar el número 900.21.00.21 llamado como “Hombres e igualdad”, una ocurrencia con la que Bibiana Aido 
iba a reconducir el enorme número de mujeres muertas a causa del maltrato machista y que la ex ministra y ahora secretaria de Estado de Igualdad presentó ante los medios como una de las soluciones que iba a llevar a desistir de su proyecto por la vía de un vulgar sistema de tarot o consultorio sentimental.
El invento ha costado 822.000 euros del erario público (cerca de 140 millones de las antiguas pesetas) y ha estado funcionando durante un año y 14 días. Durante este tiempo ha recibido 6.515 llamadas. El invento nos ha costado a razón de 126 euros por llamada recibida.
La ex ministra acaba de anunciar la disolución del servicio alegando «criterios de austeridad por la crisis». Gravísima situación económica que no es ahora mucho peor que la que sufría el país cuando a Aído se le ocurrió el brillante plan. Asombra que se acuerde justo ahora, cuando solo es secretaria de Estado, de una austeridad que no practicó en sus tiempos de ministra, periodo en el que subvencionó cuantiosamente trabajos tan decisivos como un mapa del clítoris o a asociaciones cercanas al PSOE, como la Fundación Mujeres.
Está finalizando el año 2010 y las estadísticas de muertes por violencia machista ha aumentado respecto a los años anteriores. Ya llevamos 72 mujeres muertas por esta lacra por lo que nadie va a echar de menos este servicio. Ha sido el teléfono fantasma. Su número, el 900.21.00.21, ha sido el gran desconocido de la lucha contra la violencia de género como demuestran las poquísimas llamadas recibidas. Nadie lo va a echar de menos, como tampoco al defenestrado EX MINISTERIO DE IGUALDAD ni a su manirrota y pintoresca ex ministra.
