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Había que crispar el ambiente. «Nos interesa la tensión en la calle», decía el presidente Rodríguez al periodista trufado de besamanos y afín a la revuelta permanente. Y ahí está: han sacado a sus energúmenos e insultadores a la calle para tapar opiniones que les delaten. Y, en casos como la corrupción valenciana, son capaces de implicar a Rita Barberá o a la estatua de Rodrigo Díaz de Vivar.
Ya ha habido pruebas a lo largo de la Historia de que el socialismo actúa como el ejército de Doroteo Arango (Pancho Villa), además de demostrarse con el caso valenciano que la corrupción es connatural a buena parte del socialismo disfrazado de demócrata. Ahora que promocionan para la campaña electoral la “Z” de zetapé, y que no es solo la “Z” de Zapatero, descubrimos que también esa “Z” le viene ‘como anillo al dedo’, al haber demostrado que es zonzo, zopenco, zángano, zascandil, zurriburri y zalamero, además de zoquete y zafio.