Archivo mensual: julio 2007

ETA & PSOE: ¡Que se besen!

jesus10.jpg J. Salamanca aritz-argintzoniz.jpg Aritz Arginzoniz

“Hay que atentar contra el Partido Popular, pero que nadie toque un pelo a mis socios, parientes y amigos de coalición: PSOE, PNV, EA, IU y Aralar”, se supone que ordenó Garikoitz Aspiazu, “Txeroki”, al comando Donosti.

Evidentemente el entrecomillado nos lleva a un punto de exageración, pero viene a reflejar parte del contenido anunciado por Garikoitz. Y digo parte, porque el contenido de la expresión real pone la ‘carne de gallina’ al incidir en que “… en ningún caso, se atentase sobre miembros del PNV, IU, EA y Aralar”. Todos los primos carnales y parientes próximos dejaban de ser perseguidos por ETA. Desde ese momento, el PSOE acompañaba a ERC en el santuario del perdón etarra. Ver para creer. ¡Joder, qué tropa! que diría el Conde de Romanones.

Una vez más el Partido Popular parece cargar con toda la responsabilidad frente al terrorismo, aunque esa sea compartida por la AVT, muchas otras asociaciones y el Foro de Ermua. Bien es verdad que este último, desmerecido y ninguneado por el Consistorio del pueblo del mismo nombre. Un Consistorio atenazado y acobardado ante las firmas de un puñado de ciudadanos, presuntamente proclives a la negociación con la banda y apuntalados por un alcalde socialista que hace tiempo perdió el horizonte por obedecer las órdenes de su enfermizo y patético ‘Bambi’.

“La organización me había marcado directrices generales y otras más particulares”. El pistolero Lerín lo cantó todo, acobardado y asustado, como suele ser habitual en los miembros de ETA, enaltecidos y embrutecidos en el calor del grupo, pero ‘desinflados’ ante la Justicia. La misma situación se ha dado con el etarra capturado, Aritz Arginzoniz, hace unas horas en Santander: cobarde, aturdido y dispuesto a confesar cuanto antes; ha cantado, nombre a nombre, el de todos sus colaboradores y el de su barragana. Eso sí, suelen aparecer envalentonados en la pecera de los Juzgados y ante el aplauso de sus iguales que presencian los juicios en la sala. Pero cuando regresan a sus celdas, y se acompañan de la cruda y diaria realidad, se derrumban como miserables y despreciables piltrafas humanas que son.

Se suele decir que la fanfarronería del terrorista es infinitamente más fascinante que la inteligencia. La inteligencia tiene sus límites, la fanfarronería no.

Gobierno continuista de Juan Vicente Herrera

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Gobierno de Castilla y León

 

Presidente: Juan Vicente Herrera Campo
Vicepresidenta Primera: María Jesús Ruiz Ruiz
Vicepresidente Segundo: Tomás Villanueva Rodríguez
Presidencia y Portavoz: José Antonio de Santiago-Juárez
Administración Autonómica: Isabel Alonso Sánchez
Interior y Justicia: Alfonso Fernández Mañueco
Hacienda: Pilar del Olmo Moro
Economía y Empleo: Tomás Villanueva Rodríguez
Fomento: Antonio Silván Rodríguez
Agricultura y Ganadería: Silvia Clemente Municio
Medio Ambiente: María Jesús Ruiz Ruiz
Sanidad: Francisco Javier Álvarez Guisasola
Familia e Igualdad de Oportunidades: César Antón Beltrán
Educación: Juan José Mateos Otero
Cultura y Turismo: María José Salgueiro Cortiñas

Ë

Actas y burlesca negociación

jesus10.jpg acta-eta.jpg ETA-ZP

No hay duda. Engaño, ocultismo y desprecio han sido tres de las características del Gobierno Rodríguez. El presidente ha ejercido de trilero un día tras otro. Ha engañado a todos y todo el tiempo, por lo que en el PSOE y en el Gobierno temen la publicación de las actas tanto como a un nublado de verano. Si se publicaran ahora éstas, el presidente Rodríguez tendría que convocar elecciones y marcharse a casa de inmediato. Y se van a publicar. El Gobierno no debería ponerlo en duda ni un solo instante.

La credibilidad del Gobierno, y particularmente de su presidente, está bajo mínimos. Llueve sobre mojado. Quién no recuerda la cesión en el tema De Juana; Otegi; el chivatazo aún no aclarado para salvar al aparato de extorsión de la banda; el silencio del fiscal general y los apoyos a destiempo del actual ministro de Justicia,…Sí ha habido cesiones y todos las hemos visto, aunque no hayan faltado burdos intentos de pueril camuflaje. Ante tanta falsedad como ha acumulado el Gobierno de Rodríguez y sus aledaños habría que decir aquello de la fiscal “valeyá”.

Hoy se sabe que sí ha habido negociación internacional. Se conocen casi todos los términos y detalles, como se conoce el “buzón” cubano. En la periferia del Gobierno, y posiblemente dentro de él, hay muchas instancias interesadas en que se conozca el proceso de negociación – mal llamado “proceso de paz” — y las cesiones. Nadie duda que las actas de la negociación están en camino y algunos medios escritos las esperan con entusiasmo. Sí hay actas y se van a publicar. ¿Encontraremos algo bochornoso e indigno de un Gobierno democrático? Solo puede temer la publicación si ha hecho aquello que la ética democrática le dice que no debe hacer. Y no parece que haya hecho mucho caso a ese tipo de ética.

Lo preocupante es que el Gobierno sabe que no ha actuado bien: Navarra, referéndum de autodeterminación, cesiones varias y peticiones de liberación de presos al país vecino, territorialidad, liberación de presos, ablandamiento puntual de la Fiscalía, relajación de algunos jueces… Es preciso que la ciudadanía conozca los términos de las actas para ver hasta qué punto ha engañado y traicionado al Estado de Derecho. No es suficiente con conocer que se ha pactado con los terroristas las notas de prensa, los discursos del presidente, la nota de alto el fuego, el cambio del vocablo “atentado” por el de “accidente” y la aceptación de Borrel como maestro de ceremonias de ETA ante Europa, entre otras.

El Gobierno Rodríguez y sus asesores en temas de terrorismo, en particular el ‘chapuzas’ Eguiguren, deberían ser conscientes de que ETA sigue haciendo caja entre los empresarios gracias a su mala gestión, a su blandenguería y a su ociosa actitud de jugar con fuego imprudentemente. Pero seguramente entre las actitudes más ruines y detestables se encuentra la negociación clandestina con ETA tras los sucesos de Barajas; máxime, cuando el presidente Rodríguez garantizó ante las cámaras de televisión que se habían roto todos los puentes con la banda asesina.

Las reuniones con la banda asesina, consentidas por Rodríguez tras los sucesos de la T-4 de Barajas, ponen de manifiesto que estamos ante un enfermo, proclive a la mala fe y a las peores formas; capaz de casi todo o de todo lo que sea preciso con tal de salvar la cara. A cualquier Gobierno se le caería el rostro a los pies, después de haber garantizado el fin de la negociación con ETA y, a la vez, ganar tiempo para seguir ‘amamantando’ y resucitando a ETA, cuando ésta se encontraba en el peor momento de su existencia y en el mejor momento para la ciudadanía de bien.

No es casualidad que una mayoría de ciudadanos, además de todas las víctimas vivientes, recordemos en estas fechas a Miguel Ángel Blanco. Hoy más que nunca hay que intentar rescatar aquel espíritu de unidad y decisión. Un espíritu que, no por casualidad, se conoce como “de Ermua”, a pesar de los dirigentes de su Consistorio para que sea utilizado el nombre y gracias a la población, donde — excepto trescientos firmantes de mala fe — aún se considera factible la recuperación del esfuerzo y del mencionado espíritu.

Hoy duele sobremanera la traición del Gobierno Rodríguez, sobre todo cuando se rememora lo sucedido y se comprueba que “Txapote” y adláteres de ETA asesinaron brutalmente a Miguel Ángel al demostrar su fortaleza el Gobierno y no ceder al chantaje y a la traición al Estado de Derecho. El Estado no cedió con Aznar, pero Rodríguez se ha bajado y quitado los pantalones; ha arrojado los calcetines; se ha desnudado por completo y no le ha importado ponerse “mirando a Cuenca” para recibir. De pena y de vergüenza.

Un presidente que resucita el odio, la crispación y la división de la ciudadanía no es digno de presidir el Gobierno de España. Lo mejor que puede hacer es convocar elecciones una vez que la legislatura está acabada. Ni siquiera con el cambio de ministros va a seguir engañando. Su crédito se ha agotado. Se arriesga a generar vacío y acumular desprecio. Es el momento de que se marche para seguir dando clase de Derecho Constitucional y, por supuesto, que repase sus clases. Aún no ha entendido la Constitución y tampoco ha aprendido a respetarla. Este Gobierno ha cerrado la “toma de temperatura” de futuros Gobiernos. Ha negociado con ETA y ese es su pecado. A cuestas lleva la penitencia.

 

Indignidad y traición de Rodríguez Zapatero

jesus10.jpg J. Salamanca zapa11.jpg Rodríguez

No es casualidad que una mayoría de ciudadanos, además de todas las víctimas vivientes, recordemos en estas fechas a Miguel Ángel Blanco. Hoy más que nunca hay que intentar rescatar aquel espíritu de unidad y decisión. Un espíritu que, no por casualidad, se conoce como “de Ermua”, a pesar de los dirigentes de su Consistorio para que sea utilizado el nombre y gracias a la población, donde — excepto trescientos firmantes de mala fe — aún se considera factible la recuperación del esfuerzo y del mencionado espíritu.

Hoy duele sobremanera la traición del Gobierno Rodríguez, sobre todo cuando se rememora lo sucedido y se comprueba que “Txapote” y adláteres de ETA asesinaron brutalmente a Miguel Ángel al demostrar su fortaleza el Gobierno y no ceder al chantaje y a la traición al Estado de Derecho. El Estado no cedió con Aznar, pero Rodríguez se ha bajado y quitado los pantalones; ha arrojado los calcetines; se ha desnudado por completo y no le ha importado ponerse “mirando a Cuenca” para recibir. De pena y de vergüenza.

Un presidente que resucita el odio, la crispación y la división de la ciudadanía no es digno de presidir el Gobierno de España. Lo mejor que puede hacer es convocar elecciones una vez que la legislatura está acabada. Ni siquiera con el cambio de ministros va a seguir engañando. Su crédito se ha agotado. Se arriesga a generar vacío y acumular desprecio. Es el momento de que se marche para seguir dando clase de Derecho Constitucional y, por supuesto, que repase sus clases. Aún no ha entendido la Constitución y tampoco ha aprendido a respetarla. Este Gobierno ha cerrado la “toma de temperatura” de futuros Gobiernos. Ha negociado con ETA y ese es su pecado. A cuestas lleva la penitencia.

 

 

Pataleta infantil del socialista Villalba

jesus10.jpg J. Salamanca juanvi4.jpg Herrera

Sin dar una mínima tregua al Gobierno regional, y sabiendo Ángel Villalba que el tiempo se le ha agotado, ha destacado en alguno de los consejeros elegidos falta de conocimiento técnico y teórico de algunos temas; sobre todo al referirse a la designación de Silvia Clemente como consejera de Agricultura. “Es una tomadura de pelo para Castilla y León”, ha dicho Villalba. Tal afirmación pone de manifiesto, y hoy podemos afirmar que es un secreto a voces, que hay una importante y clara descoordinación entre la realidad regional y el nuevo Gobierno de Juan Vicente Herrera.

Pero don Ángel Villalba no se ha quedado en lo superficial. Ha acusado al presidente de insensibilidad ante el desarrollo del medio rural al nombrar titular de Agricultura “a una persona que no conoce nada, que carece de base, de preparación y de formación”, añadiendo, además, que es la misma consejera que “ha fracasado en sus responsabilidades anteriores”.

Y si el secretario regional socialista ha dirigido sus críticas más fuertes contra Silvia Clemente, consciente de la agria problemática a la que está sometido el PP en Segovia, no menos ‘piropos’ ha dirigido a las dos vicepresidencias con las que se ha blindado Herrera. Ha habido para todos y para todas. Ha sido la pataleta de quien se sabe sin recorrido, sin apoyos y sin perspectivas políticas futuras. Ha sido la reacción de quien empieza a ver cómo se cierran puertas y portones.

Sin duda Castilla y León va a contar con un Gobierno continuista. Juan Vicente va a castigar a leoneses y castellanos con más de lo mismo, al menos hasta las próximas elecciones generales. Lo afirman los fieles al PP, muchos de ellos convencidos de que el presidente provincial del partido, Tomás Villanueva, está obligado a dar el salto a la política nacional, una vez agotado su techo político en la comunidad y estando necesitado – como está – Mariano Rajoy de gente innovadora, con iniciativa, dominadora y segura del terreno político que pisa.

Si el ínclito Villalba decide abandonar la política antes de que acabe la legislatura evitará innecesarios problemas en su formación y la enseñanza habrá recuperado a un digno, prestigioso y reconocido docente. “¿No tenía otra persona más capaz y preparada?”, le ha preguntado a Juan Vicente Herrera, refiriéndose a Silvia Clemente. Y, casualidades de la política, la interrogante se asemeja a la que sus propios compañeros de partido llevan tiempo haciendo al presidente Rodríguez en referencia al todavía líder regional. Si antes decíamos que era peligroso esputar hacia arriba, no movemos ni un ápice nuestra afirmación. Ángel Villalba seguramente no ha leído a Horace Smith, porque de lo contrario sabría que la caridad comienza por nosotros mismos, y la mayoría de las veces acaba donde empieza.

Reacción ante el cambio de Gobierno

jesus10.jpg Rodríguez zapa11.jpg Herrera juanvi4.jpg

Las críticas a las renovaciones de Gobierno van por barrios. No hay más que ver los medios de comunicación de los últimos días. Al presidente Rodríguez se le ha dicho de todo por introducir cambios en el Gobierno central. Hemos escuchado que es “una simple operación cosmética”, “cambios para soltar lastre”, e incluso se ha hablado de “renovación para llevar al banquillo la derechización de Carmen Calvo y la incompetencia de Mª Antonia Trujillo”. Lo que es menos entendible es el cese de Jordi Sevilla; aunque a Rodríguez le sorprendió la petición de dos meses de plazo tras proponerle que se hiciera cargo del PSPV.

De sorprendente puede calificarse también la continuidad del ministro Caldera, tras haber desestabilizado y enmarañado cuanto afecta a la inmigración, recibido fuertes y agrias críticas de la Unión Europea y haber sido calificadas muchas de sus medidas como verdaderas estupideces. Si a ello añadimos la incompleta e infradotada ley de Dependencia, el efecto llamada y la desequilibrada ley de igualdad, pues resulta que estamos ante el estafermo de los próximos meses.

La falta de claridad puede extenderse a muchas de las medidas adoptadas por el partido que aspiraba solo a ser oposición. Comprobamos falta de planificación en la anunciada ayuda para nacimientos, a partir del tres de julio. Recordemos que cuando fue anunciada por el presidente Rodríguez ni siquiera el ministro Solbes tenía conocimiento del secreto acuerdo contraído horas antes entre el ministro Caldera y el presidente Rodríguez. A eso se llama coordinación. Lo demás son zarandajas estivales. En una noche completa de trabajo, parte del equipo de Caldera ha logrado que la imagen de plagio al programa del PP quedara reducida a una simple improvisación de Rodríguez, ante las acusaciones del todavía líder de la oposición, Mariano Rajoy.

En la comunidad de Castilla y León las reacciones hacia el nuevo Gobierno de Herrera han sido parecidas, pero a la inversa. Quien ‘dispara’ también es el principal partido de la oposición, pero en este caso la forma el partido socialista. El secretario regional de los socialistas leoneses y castellanos nos tenía acostumbrados a la moderación, a las buenas maneras, a la comprensión política y a los gestos educados hasta que — tras acusar a los hijos de importantes cargos del PP por disfrutar de viviendas de protección oficial — comprobó que a veces se caen los ‘sombrajos’; es decir, que no se debe esputar hacia arriba, sobre todo si uno se encuentra debajo, como fue el caso del docente Villalba.

Ahí se acabó la moderación del líder socialista leonés, como también se acabó la comprensión y la delicadeza de las formas. Se había iniciado el principio del fin y supuso un importante deterioro de imagen, así como el camino hacia la desconfianza dentro de su propio partido. Situado en el ‘disparador’, arrollado en las últimas elecciones autonómicas y viendo cómo Herrera agrandaba su imagen de líder incombustible, el camino se empezaba a quedar sin recorrido, a la vez que el socialismo leonés y castellano se disponía a iniciar la legislatura desfondado, sumido en enfrentamientos internos y casi desprovisto de cuadros humanos a corto plazo en provincias como Zamora.

Volviendo a la reacción suscitada en la comunidad contra el nuevo Gobierno de Herrera, se advierte poco conformismo por parte de la población y de las formaciones políticas. Todas las caras del Ejecutivo regional son de sobra conocidas. Da la sensación de que estamos ante una ‘peña de fiestas’, donde cambian los cargos y las cargas; pero se mantienen los ‘cargadores’. Viene a ser más de lo mismo, a la vez que se refuerza la ‘guardia pretoriana’ del presidente Juan Vicente. Tal vez lo más duro es que no se nos garantiza efectividad, tras lo vivido a lo largo de la legislatura anterior, y posiblemente tampoco excesivo conocimiento en algunas áreas por parte de sus titulares.

Sin dar una mínima tregua al Gobierno regional, y sabiendo Villalba que el tiempo se le ha agotado, ha destacado en alguno de los consejeros elegidos falta de conocimiento técnico y teórico de algunos temas; sobre todo al referirse a la designación de Silvia Clemente como consejera de Agricultura. “Es una tomadura de pelo para Castilla y León”, ha dicho Villalba. Tal afirmación pone de manifiesto, y hoy podemos afirmar que es un secreto a voces, que hay una importante y clara descoordinación entre la realidad regional y el nuevo Gobierno de Juan Vicente Herrera.

Pero el ínclito Villalba no se ha quedado en lo superficial. Ha acusado al presidente de insensibilidad ante el desarrollo del medio rural al nombrar titular de Agricultura “a una persona que no conoce nada, que carece de base, de preparación y de formación”, añadiendo, además, que es la misma consejera que “ha fracasado en sus responsabilidades anteriores”. Y si el secretario regional socialista ha dirigido sus críticas más fuertes contra Clemente, consciente de la agria problemática a la que está sometido el PP en Segovia, no menos ‘piropos’ ha dirigido a las dos vicepresidencias con las que se ha blindado Herrera. Ha habido para todos y para todas. Ha sido la pataleta de quien se sabe sin recorrido, sin apoyos y sin perspectivas políticas futuras. Ha sido la reacción de quien empieza a ver cómo se cierran puertas y portones.

Sin duda Castilla y León va a contar con un Gobierno continuista, al menos hasta las elecciones generales. Lo afirman los fieles al PP, muchos de ellos convencidos de que Villanueva está obligado a dar el salto a la política nacional, una vez agotado su techo político en la comunidad y estando necesitado – como está – Mariano Rajoy de gente innovadora, con iniciativa, dominadora y segura del terreno político que pisa.

Si el ínclito Villalba decide abandonar la política antes de que acabe la legislatura evitará innecesarios problemas en su formación y la enseñanza habrá recuperado a un digno, prestigioso y reconocido docente. “¿No tenía otra persona más capaz y preparada?”, le ha preguntado a Juan Vicente Herrera, refiriéndose a Silvia Clemente. Y, casualidades de la política, la interrogante se asemeja a la que sus propios compañeros de partido llevan tiempo haciendo al presidente Rodríguez en referencia al todavía líder regional. Si antes decíamos que era peligroso esputar hacia arriba, no movemos ni un ápice nuestra afirmación. Villalba seguramente no ha leído a Horace Smith, porque de lo contrario sabría que la caridad comienza por nosotros mismos, y la mayoría de las veces acaba donde empieza.

 

Labordeta y el olvido territorial

J. Salamanca jesus10.jpg labordeta.jpg J. A. Labordeta

Dos provincias son el paradigma del olvido en la comunidad de Castilla y León: Zamora y Soria. “Hay quienes pasan por el bosque y no ven leña para el fuego”, reza un conocido proverbio. Eso mismo sucede desde hace años a los Gobiernos del Partido Popular respecto a Castilla y León. Y es lo que sigue sucediéndole al actual Gobierno de Juan Vicente Herrera. Recorren las provincias, miran y no ven; aunque no solo debemos achacar el olvido a los ‘populares’, también el presidente Rodríguez ha olvidado su compromiso del Plan del Oeste.

Ya son muchos años hablando de lo mismo. Cuentan las malas lenguas que, durante uno de los Gobiernos socialistas de Felipe González, al pasar por tierras sorianas, y haciendo un chiste de mal gusto, el presidente mandó acelerar al conductor del coche oficial con la disculpa de que se debía mucho a esa tierra castellana. Pues también con Zamora existe una deuda de envergadura. El presidente Herrera, en su discurso a los nuevos consejeros, tiene la ocasión de comprobar si su principal reto se cumple: aumentar el nivel de calidad de vida.

Vienen a cuento los párrafos anteriores porque, como de costumbre, ha de ser el forastero quien diga lo que sucede, lo que no se ha hecho y lo que hay que hacer. El cantautor José Antonio Labordeta, portavoz en el Congreso de la Chunta Aragonesista, ha reprochado al presidente Rodríguez “el olvido y desolación” en que están inmersas numerosas provincias españolas como la zamorana. Si las verdades duelen cuando las escuchas en casa, más dolorosas son aún si te las recuerdan desde casa ajena.

Ha sido la única alusión a Zamora en el reciente debate sobre el estado de la nación, y lo penoso es que haya sido en negativo. Tal recordatorio forma parte del olvidado “reequilibrio territorial” al que se comprometió el Gobierno Rodríguez. Un reequilibrio que debe extenderse a otras zonas de España y que no han sido olvidadas por Labordeta: hablamos de Ribagorda, el Maestrazgo, Teruel y, por supuesto, Soria y León.

Quienes tuvimos la suerte de poder seguir a Labordeta por los caminos de Castilla y de León, sabemos que no ha hablado en el Congreso para rellenar el hueco de rigor, sino haciéndose eco de un conocimiento preciso de la situación. El mismo conocimiento que ya demostró en el programa televisivo “Un país en la mochila”. Y como no faltan políticos que chupan rueda, porque carecen de iniciativa y perspectiva, pronto se han subido al carro, acostumbrados a buscar sombra, cobijo y foto. Ante tal descaro no merecen cita ni comentario.

En León y en Castilla casi siempre se llega tarde a todas partes, empezando por la creación de empleo fijo y de calidad, siguiendo por la adaptación de la formación profesional a la realidad de la demanda y terminando por la inversión en infraestructuras como sustentante del futuro. No decimos que no se haga, sino que constatamos que los Gobiernos central y regional llegan tarde y desfondados. Herrera ha dicho a sus consejeros que “escuchen y trabajen por todos los ciudadanos…”, como tantas veces lo ha hecho, pero sus palabras no encuentran el eco que precisan.

De poco sirve que se pida transparencia, diálogo, apertura, cercanía con los ciudadanos, si dentro de unos meses tiene que recordar el abandono otro ínclito Labordeta. Pero no son solo Zamora, León y Soria quienes ‘lloran’. Castilla y León entera sufren cuando comprueban que sus universidades exportan miles de jóvenes a otras comunidades autónomas ante el abandono de inversión propia, falta de perspectivas y huecas palabras. La comunidad precisa ‘Labordetas’ que sean altavoz del abandono y de la insuficiente inversión, para que los responsables regionales aprendan a reaccionar, a trabajar con rigor y a mirar con ilusión al futuro.

Y si, a pesar de solicitar que la alta velocidad llegue a todas capitales de provincia de Castilla y León antes del 2012, los plazos establecidos siguen inamovibles, otra vez llegaremos tarde. El proverbio del inicio volverá a ser realidad.

 

 

Soluciones tardías

perio5.jpg J. Salamanca alonso1.jpg J.A. Alonso

En esta España nuestra hay que pedir las cosas a la Administración para que ésta vea la necesidad de las mismas. Da igual que sea la Administración local, regional o nacional. La ciudadanía se ha acostumbrado a ver que se pone un semáforo después de que ha habido un accidente; eso sí, puede haberse estado pidiendo durante meses y meses. Sírvanos el caso del semáforo como ejemplo, pero no es único. Acabamos recurriendo al consabido “a buenas horas, mangas verdes”. Y es que muchas veces se suele poner la solución a los hechos y a las desgracias cuando no queda más remedio o cuando se ha cometido un error; aunque no llegue a reconocerse.

Algo parecido ha sucedido con los inhibidores del material de combate en Líbano, cuya inexistencia ha llevado a que haya que lamentar la muerte de seis jóvenes que se han visto envueltos en una acción de guerra, cuando el Gobierno Rodríguez envió las tropas a una presunta misión de paz. “A burro muerto, la cebada al rabo” reza el dicho popular.

Tanta ha sido la presión recibida por el Gobierno español que ha enviado a Líbano inhibidores cuya eficacia es muy dudosa. Una vez más, las prisas se convierten en malas consejeras y demuestran que son caminos tortuosos para el tránsito apacible. Cuando los Gobiernos abanderan el desconcierto y confunden el terrorismo con meros y burlescos “accidentes” o a los ejércitos en misiones de peligro con humanitarias Organizaciones No Gubernamentales, pasan desgracias como las que hemos vivido en Líbano hace unos días.

Y si no es de buen recibo los atropellos que se están cometiendo con las tropas destinadas en presunta misión de paz, mucho menos lo es el intento de mentir a la población también en este asunto. Si lo viene haciendo el Gobierno siempre que no tiene respuesta clara, legal o convincente, ¿cómo no lo iba a hacer con lo sucedido en Líbano? “Las tropas de Afganistán y Líbano tienen las mejores medidas de seguridad de la historia en misiones de paz”. Lo ‘sueltan’ con toda su irresponsabilidad y miran al tendido para comprobar la reacción. Y se quedan tan conformes, aun sabiendo que mienten a propósito y que ponen en peligro a todos los demás países con contingentes en Líbano, bajo bandera de la ONU.

El presidente Rodríguez toma a la ciudadanía por analfabeta e inculta, de la misma forma que le tomaron a él en su partido cuando presentó la candidatura a la secretaría general del PSOE; aunque lo que sucedió después, y por qué sucedió, todos lo conocemos. Y por si alguien dudaba del contenido del entrecomillado, lo remata con el habitual retorcimiento — rayano en la estupidez — que caracteriza a nuestro presidente, echando ‘balones fuera’ y culpando a los demás de sus propios errores: “Ya podía el PP haber pensado un minuto en los inhibidores cuando eran Gobierno”. Es el “¡Y tú más!” al que tanto recurren cuando se ven acorralados. Suele ser el convencimiento del paranoico que, a su vez, equivale a la reacción del desalmado.

Ha vuelto a fallar el asesoramiento al Gobierno. Y esta vez ha ‘atropellado’ también al ministro de Defensa. Éste, en una reacción de ignorancia ha espetado a los medios de comunicación que “el ejército español no ha tenido nunca inhibidores en ninguna misión en el exterior hasta que el Gobierno lo implantó en 2005”. Usa y abusa el Gobierno de la mentira y de la desinformación. Lo hace con el terrorismo; lo cultiva en sus numerosas y grotescas andanzas con ETA y batasuna; lo repite ante cualquier contingencia y lo reitera ante la muerte de seis jóvenes que dan lo más preciado de la persona por su país o el país de acogida.

Claro que, por si alguien duda de las palabras del ministro Alonso, las coronó con la guinda, aventando culpas, errores, descuidos e ilegalidades para todos: “Ningún contingente bajo mando de la ONU en Líbano tiene este sistema”. Sí señor, así se trabaja el ministro la colaboración internacional y el sentido de la solidaridad. Pero, una vez más, vuelve a incurrir en mentira y en vulgaridad. El hábito de su maestro presidencial, mentiroso compulsivo y gafe institucional, se ha propagado entre los miembros del Gobierno. El ministro Alonso, ni siquiera ha tenido el atrevimiento de disculparse ante los países acusados, una vez que todos han declarado que acudían pertrechados conforme a la exigencia de la ONU.

El ‘ciclo Rodríguez’ se ha acabado. El Gobierno carece de proyectos de envergadura y las comunidades autónomas se han hartado de ‘sacarle los pies de las alforjas’. Estamos en un momento de estancamiento. Se trata de hacer tiempo. Dejar que pasen los días. Colorear la imagen del presidente y del partido que sujeta al Gobierno, una vez que las encuestas dicen que deberá ir haciendo el equipaje si continúa por el mismo camino. La negociación con ETA le ha mermado iniciativa, del mismo modo que el hecho de ser rehén de la banda le condena a la mentira y a estar siempre a la defensiva. El Gobierno desconfía de la ciudadanía y ésta ya no cree en su Gobierno. Eran panes prestados y ha llegado el momento de devolverlos.