Chávez

Pablemos

Si lo de Francia con Le Pen y lo de Grecia con Amanecer Dorado da miedo, lo de Podemos en España, también. Ya se ha hablado del programa electoral de este partido, un completo disparate, más parecido a una carta a los Reyes Magos, como dice un buen colega mío, que a una lista de medidas mínimamente razonable. No se sabe si es más peligroso que Podemos se haya convertido en la cuarta fuerza política -en solo cuatro meses de existencia- impulsada por votantes conocedores de su ideología, afín al castrismo y al bolivarianismo, o por quienes la desconocían. Porque si se ha votado con las vísceras, o simplemente por la dimensión mediática de Pablo Iglesias, tertuliano en varios debates de televisión, parte de la opinión pública tiene que hacérselo ver. Y empresarios como Vasile y Lara deben hacer examen de conciencia sobre el tipo de personajes que promocionan en sus tertulias televisivas.
Posiblemente no existe un conocimiento generalizado entre los votantes sobre cuál es la naturaleza extremista de Podemos, que ha triunfado adoptando como nombre el lema para el Mundial 2010 de Cuatro -los inefables «Manolos», que a su vez tradujeron el «Yes we can» de Obama- y colocando en el logotipo del partido la efigie de su líder mediático, Pablo Iglesias. Pocos sabrán que detrás está un personaje tan siniestro como Juan Carlos Monedero, defensor a ultranza de dirigentes como Chávez y Maduro. Y, en el fondo, en España, en general, no se considera la extrema izquierda tan dañina como la extrema derecha, porque no se ha padecido una dictadura comunista y se ha idealizado la II República hasta la saciedad.
Veremos en las próximas elecciones si Podemos es un suflé que termina desinflándose. Ha dicho algún compañero que es un partido que nadie vota a partir de los 23 años. Yo soy más pesimista al respecto.

 

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Rafael Rodríguez López (Rafa López)
Periodista + información

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