Carromero
Caso Carromero: en Cuba también tienen Photoshop
Por fin Ángel Carromero ha roto su silencio en torno al supuesto accidente en el que murieron los disidentes cubanos Oswaldo Payá y Harold Cepero. Lo ha hecho en uno de los periódicos de mayor prestigio del mundo, el Washington Post. Según su testimonio, un coche les embistió por detrás, provocando el siniestro. Un resumen de su entrevista está disponible en este artículo del diario El Mundo, y la entrevista en inglés, en este otro artículo del Washinton Post en internet.
En resumen, la versión del joven político del PP es que un coche del Gobierno cubano que llevaba tiempo siguiéndoles, les embistió por detrás: «La última vez que miré por el espejo retrovisor, me di cuenta de que el coche se había acercado demasiado y de repente sentí un golpe muy fuerte atrás», afirma Ángel Carromero. También cuenta que fue drogado y sedado durante mucho tiempo, además de recibir presiones y amenazas, y ser sometido a un juicio sin garantía alguna (Carromero es licenciado en Derecho).
No han tardado algunos internautas de la izquierda en negar la versión de Carromero y de la propia familia de Payá, que ha sostenido siempre la inocencia del político español. Que la dictadura cubana les suscite mayor credibilidad que el testimonio del político español puede resultar indignante, aunque en vista de sus elogios al legado del difunto Hugo Chávez, no puede extrañar. Lo que raya en lo cómico es que muchos hayan comprado la versión oficial del régimen cubano, un vídeo en YouTube del que han extraído una captura en particular. Esa imagen muestra el parachoques trasero del coche accidentado con algún rayazo, pero sin golpe alguno, lo que aparentemente rebatiría la versión de Carromero de que le embistieron fuertemente por detrás. Esta es la imagen que esgrimen:
Sin embargo, visionando el vídeo colgado por la web oficialista cubana Cuba Debate (www.cubadebate.cu), algo no encaja. Hacia los 22 segundos de vídeo (0.22) aparece la imagen superior, con el parachoques trasero medio arrancado, pero casi intacto. Sin embargo, si paramos el vídeo hacia los 5 minutos y 3 segundos (5.03), vemos el mismo parachoques claramente abollado en el lado derecho. Fíjense en esta fotografía:
Resulta, además, sospechoso, que la primera imagen, en la que aparece el parachoques sin apenas daños, sea una fotografía, no un vídeo, y así aparece en el vídeo de YouTube elaborado por Cuba Debate. Sin embargo, la segunda imagen corresponde a un vídeo, y aparece fugazmente (apenas un segundo o dos). Modificar una imagen fija está al alcance de cualquier usuario que disponga de PhotoShop o de un programa similar. Modificar un vídeo, no tanto. ¿Se habrán olvidado de aplicar el PhotoShop al parachoques los propagandistas del régimen cubano?
Para que cada uno pueda juzgar como quiera, este es el enlace al vídeo de Cuba Debate, de menos de seis minutos de duración:
Resulta también significativo que en el minuto 2.33 Carromero declare que ningún vehículo les embistió por la parte trasera. El exceso de celo de los funcionarios cubanos les ha hecho incurrir en un claro excusatio non petita, accusatio manifesta. ¿Alguien se imagina al Gobierno de España montando un vídeo cutre para explicar el accidente de, por ejemplo, José Ortega Cano?
Hay otros detalles del vídeo que despiertan el escepticismo de cualquier persona mínimamente inteligente. El sueco que viajaba con Carromero y las dos víctimas mortales apenas recuerda nada del accidente, ni de cuando lo metieron «en una especie de ambulancia». Raro caso de amnesia de alguien que no presenta lesión alguna en su cabeza, ni un rasguño.
Parece imposible que después de tantos testimonios e informes independientes sobre el nulo respeto del régimen cubano a los derechos humanos más elementales, todavía haya quien conceda credibilidad a la dictadura castrista. También ayuda el hecho de que se haya filtrado vergonzosamente el historial de tráfico de Ángel Carromero, que tal vez no sea un conductor ejemplar, pero la mayoría de sus infracciones son de aparcamiento, y no consta incidente alguno por conducción temeraria.
Y es que en Cuba también tienen PhotoShop, aunque el uso chapucero que han hecho de él parece más propio de los tiempos de Stalin, gran pionero del retoque fotográfico con fines propagandísticos.
1