***
Las miradas se vuelven a Alberto Ruiz-Gallardón. Además de ser quien menos responsabilidad tiene, sí es quien cuenta con más adhesiones. La derechona se desmorona. Años pasarán hasta que las aguas vuelvan a su cauce.
Solo la esperanza en Alberto deja ver un punto de luz en el futuro. El PP debe desembarazarse de sus ‘vacas sagradas’ y, a partir de ahí, rehabilitar el edificio de la ilusión con cimientos firmes; esos cimientos que han fallado estos últimos años por ignorancia de su líder, estupidez de sus asesores y venganza de las termitas que pululan en los aledaños del partido.
La caza de brujas ya es un hecho, desde el momento en que Mariano ha confesado su decepción a los más íntimos. No por esperado parece menos sorprendente. Esa actitud, entre generosa e imprevista, ha desatado en Génova las sombras de lo que puede ser un movimiento excesivamente convulso. Y no me pregunten quién debe liderar al PP. Para mi no hay duda: Alberto Ruiz-Gallardón ¿Quién mejor?
Lo que no entiendo es cómo se ha ‘rajado‘ Mariano en el último momento. Para la derecha debe ser la apuesta de futuro. No se puede perder más tiempo. Una vez que estén fuera los mediocres asesores, como Arriola, y los ‘compañeros de fatigas’, Alberto debe poner orden y esperar a ser refrendado por un congreso. Miles de miradas se vuelven hacia él.
Ferraz es una fiesta desde hace unos días. Mariano Rajoy llegó de regalo y se puede ir gratis. Quien más pierde es el Partido Popular por su ausencia de cuadros en este momento. Solía decir Lowell que la democracia otorga a cada uno de los hombres el derecho a ser el opresor de si mismo.
Amigo Jesús Salamanca:
Estamos de acuerdo en que Ángel Acebes tiene que salir pitando de la directiva nacional del PP. Después de su gestión del 11-M (y en su descargo hay que añadir el tsunami mediático que se le vino encima), yo no le hubiera dado ni la escoba para barrer el portal de Génova, 13.
Estamos también de acuerdo en que el neocastrista Fragasaurus tiene que retirarse a descansar definitivamente de la cosa política y no interferir con su «auctoritas» la marcha del partido.
Incluso estamos de acuerdo en que «sorayos», «arriolines» y «elgorriagas» deberían buscarse un lugar en el sol, lejos del PP.
Pero dicho esto, lamento que una persona capaz como Eduardo Zaplana diga que quiere ser «diputado de a pie». Y me cuesta creer que entre los cuadros medios del PP no haya gente con valía, nuevas ideas y sin complejos frente a un P(SOE) crecido y que, a lo que parece, nos va a dar 4 años de «más de lo mismo».
En cuanto a la «opción Gallardón», que es la que tú contemplas, permíteme discrepar. No me parece muy adecuada esa opción por cuanto Gallardón siempre fue un ambicioso en demasía. Aspiró a suceder a Aznar, que le recluyó en la Alcaldía de Madrid. Aspiró a suceder a Rajoy, que le quitó de la lista de diputados nacionales. Peleó con Esperanza Aguirre por el control del PP madrileño y perdió. Sus «amistades peligrosas» son conocidas y eso le puede perder: creerá que en otros prados podrá satisfacer su ambición. Pero Roma, como otros caladeros prisaicos, «no paga traidores» que pidan algo a cambio de su traición.