ETA y otros miserables 'aprietan' el gatillo

ETA ha dado muestras de su maldad en Calahorra. Es lo que sabe hacer: destruir, matar y extorsionar. Pero ante semejante barbarie, la ciudadanía ha sabido responder con tranquilidad y entereza; es la diferencia entre los asesinos y los ciudadanos que creen en el Estado de Derecho y en la democracia.

Nadie duda que el coche-bomba dirigido contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Calahorra tenía una clara intención: matar. El alto grado de serenidad que han mostrado los calagurritanos, en las horas posteriores al brutal atentado, dice mucho y muy positivo de ellos. Su alcalde lo ha definido perfectamente al incidir en que han demostrado «gran serenidad en un momento tan duro y complicado como éste que nos ha tocado vivir. Hemos visto un comportamiento magnífico por parte de todos los ciudadanos».

La banda asesina pretende extender por toda España la represión que existe en el infierno nacionalista vasco. Unos aprietan el gatillo y otros hacen el agosto con el miedo, la represión y la expulsión. ETA mata y el PNV hace lo demás, a veces con la mediocre colaboración de algunos miembros del PSE.

No hace mucho, con motivo del asesinato del socialista, Isaías Carrasco, demostrábamos que el gatillo se puede apretar de muchas maneras. ETA lo aprieta para matar; pero que nadie olvide que se puede matar de muchas formas. Yo lo tengo muy claro: los antojos y atajos negociadores de Patxi López, Eguiguren y Moscoso y otros son más formas de ‘apretar el gatillo’. El cuerpo muere una sola vez, pero los sentimientos pueden estar muriendo toda una vida. Mi duda está en si los once millones de apoyos al PSOE refrendan la forma de actuar de López, Eguiguren, Moscoso y Rodríguez en lo que a la negociación se refiere.

Nadie puede dudar de la cantidad de medios que reclaman tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional. Se pasan la vida pidiendo medios humanos y materiales, sin que Mesquida se acuerde de ellos, hasta que explota un coche-bomba o se produce una víctima mortal; es el momento de hacerse la foto y ahí sí que acude raudo y veloz, con preparadas declaraciones en el bolsillo.

Es muy doloroso oír a algunos amigos – eso sí, en voz baja para que no transcienda a las altas esferas del Cuerpo – que a veces carecen hasta de gasolina para los vehículos oficiales, con lo que hacen los servicios a medias o sencillamente no los hacen. A pesar de ello, ahí están, siempre en su sitio y alertas a lo que pueda pasar. La Guardia Civil es anónima, pero siempre presente. Otra cosa bien distinta son sus dirigentes políticos, solo presentes cuando hay televisión, prensa y ciudadanos dispuestos a escuchar siempre lo mismo desde hace años. Desde hace muchos años.

Cada vez que escribo sobre ETA, me acuerdo de las tonterías y barbaridades que decía Joan Mesquida en la víspera de las desafortunadas declaraciones del presidente Rodríguez, en diciembre de 2006. Llegó a afirmar que no existía constancia de que ETA se estuviera rearmando y, mucho menos, reorganizando. En teoría, lo sabíamos todos menos él. Pero estoy seguro que el ínclito, Joan Mesquida, pretendía salvaguardar la tregua-trampa. El tiempo habla a poco que lo sometamos a reflexión. Y Mesquida ya no puede quedar en buen lugar.

Insisto en que hay muchas formas de apretar el gatillo. Como insisto en que parte del PNV y del PSE lo han apretado, conscientes de lo que hacían. Ahí están las pruebas. ¡Ah, no me vengan con estadísticas de muertos, como si ahí estuviera la esencia de la tregua! Esas estadísticas llevaron a Múgica a mandar a freír espárragos al PSOE, como lo han hecho muchos otros.

Precisamente, por ese tipo de atrocidades, Rosa Díez se ha convertido en la gran esperanza parlamentaria. Ella sola puede desmerecer a las huestes de Rajoy, hoy enfrentadas en provincias y listas para la ‘Noche de cuchillos largos’ en cualquier momento. No obstante, y seguro de ese desmerecimiento, por claridad, conocimiento y merecimiento, debe ser la base del entendimiento – junto con otras fuerzas parlamentarias – para volver al Pacto por las Libertades y Contra el Terrorismo, que el socialismo de Rodríguez se pasó por el ‘arco pernil’.

Si Napoleón decía que “imponer condiciones excesivamente duras es dispensar de su cumplimiento”, estamos convencidos que no va a ser éste el caso de quienes creen que se puede acabar con ETA. Existen varias fórmulas dentro del Estado de Derecho, pero tengo mis dudas respecto a si todos quieren que ETA desaparezca. ¿Qué sería del PNV sin ETA? ¿Y del PSE? ¿Qué harían sin ETA gentes como Patxi López, Ibarretxe, Eguiguren, las Nekanes, Barrena, Otegi, Permach, Arzalluz…? En fin, la reflexión y la conclusión son libres. ¿Alguien cree que el protagonismo del PNV sería como con la existencia de ETA? ¿O se convertiría el PNV en uno de tantos partidos minoritarios de España?

El daño que personajes como los citados han hecho a la sociedad vasca, deberían llevarlos a reflexionar sobre una máxima que siempre debe imperar en la mente de un ciudadano o ciudadana dignos: “Jamás hubo una guerra buena o una mala paz”. Alguien dijo, y siento no recordar quién, que interesarse por los intereses de todos, es propio de un gobierno ordinario; preverlos es digno de un gran gobierno.

 

Be Sociable, Share!

Una respuesta a “ETA y otros miserables 'aprietan' el gatillo

  1. Lo que has escrito coincide plenamente con algunas ideas que tengo acerca del mal llamado «problema vasco»: el PNV es parte del problema, no de la solución. Recuerda que cuando estaba vigente el Pacto Antiterrorista, el PNV se iba ahogando lentamente por falta de alguien que le moviese el nogal.

    Respecto de los demás que citas, son los tontos útiles que ETA necesita para salir adelante en sus reivindicaciones. Tontos que creen que pueden intentar que ETA les sirva a ellos y no al revés. Por eso el PSE ha expulsado a Gotzone Mora, que se une a los disidentes Rosa Díez, Fernando Múgica, Redondo Terreros, Maite Pagaza… miembros todos ellos del capital-prestigio del PS(E).

    Entre tanto, la sociedad vasca sigue tan jodida como hace 30 años, a la espera de que la dejen respirar de una vez.

    Saludos,
    Aguador