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En este momento no hay futuro inmediato para la derechona que abanderan Esperanza Aguirre y Marianico Rajoy. Zapatero ha pasado sobre Rajoy como una apisonadora y sin contemplaciones. Como dicen los jóvenes, y como me aseguraba hace dos días un importante dirigente del PP de Valladolid, Zapatero le ha meado la oreja a Mariano; pero lo que es peor, la gente llora de decepción y de rabia. No faltan quienes piden a gritos: “¡Mariano, vete ya. No nos hagas mas daño y deja las manos libres al partido!”.
En apenas dos horas se han desmoronado las pocas ilusiones que quedaban en la derecha cavernícola y ultraconservadora. Ni Mariano era el líder ideal (lo llevábamos diciendo dos años), ni sus cercanos estaban preparados para hacer oposición. Ahí está la prueba con el gimnasta Zaplana o el insulso, Angelito Acebes. ¿Adónde pretendía llegar Marianico con semejante elenco de zapatones?
Ni es ético ni es justo que Rajoy haya dilapidado la herencia de la derecha. La ha convertido en derechona. Y eso ha sido su perdición; en vez de trabajar por el progreso con Alberto Ruiz-Gallardón, ha trabajado para acercar el pasado y la caverna, representados en Esperanza Aguirre. Hasta los afiliados se lo están reprochando. Ni ha sabido advertir el futuro, ni ha logrado reconvertir el pasado. Los errores en política se pagan y Mariano debe hacerlo abandonando las filas del Partido Popular, antes de que se encuentre con la sedición del partido.
Mariano Rajoy se ha conformado con sacar a relucir las propuestas que le hemos enviado a uno de sus senadores durante estos tres últimos años. El PP carece de innovación. Y la prueba es que las ideas de los demás, las ha querido plantear y mostrar como suyas, pero sin saber plantearlas, ni desarrollarlas.
La derecha está enterrada. Se impone el paso del desierto, el abandono de Mariano Rajoy y la necesidad de dejar trabajar a Alberto Ruiz-Gallardón. El tiempo es el médico de las fatigas. Los ciclos se abren y se cierran. El ciclo de Mariano se ha cerrado anteayer. Políticamente, Mariano Rajoy ha muerto. ¡Viva Mariano Rajoy, pero fuera de la política y de la derechona que alumbró los desastres de Irak y la herencia de 600.000 muertos!