Archivo mensual: enero 2007

Laicismo contra respeto

Jesús Salamanca Alonso perio2.JPG

        Los socialistas que han apoyado el manifiesto sobre el laicismo confunden el culo con las témporas. Quien tiene hambre con pan sueña, dice el refrán castellano. Antes de efectuar algunas afirmaciones deberían haber matizado la pretensión real que se esconde tras el manifiesto. Hacen referencia al Estado laico sin profundizar en el concepto de respeto al ciudadano. Es un atropello y una vulgaridad querer defender a la vez multiculturalismo y laicismo; sencillamente estamos ante una contradicción de gran calibre.

        En un Estado moderno, como España, el Gobierno ha caído en una confusión interesada. No es lo mismo un Estado laico que uno aconfesional. Y el nuestro es aconfesional; jurídicamente los poderes públicos están obligados a tener presentes las creencias religiosas de la sociedad española. La Constitución no se anda con rodeos y esos mismos poderes públicos están obligados a cooperar con la Iglesia Católica y las demás confesiones. La libertad religiosa, ideológica y de culto está garantizada, tanto para los individuos como para las comunidades.

        Ni nuestra escuela es laica, ni lo es su enseñanza. Y si lo fuera, ahora mismo existiría un conflicto constitucional, porque nos echaríamos por montera el articulo dieciséis de nuestra Carta Magna. La religión es de oferta obligatoria para los centros y tiene un carácter voluntario para el alumnado. Lo dice la ley orgánica de educación (LOE), lo decía la ley orgánica de calidad de la educación (LOCE) y ésta lo copió a su vez de la ley de ordenación general del sistema educativo (LOGSE).

       Una cosa es la corriente laicista y otra bien distinta es lo aconfesional. La escuela o enseñanza laica es la que prescinde de la instrucción religiosa. Y ese no es el caso de la escuela española. La vigente LOE, en una de sus adicionales, indica que la enseñanza de la religión católica debe atenerse a cuanto se establece en el Acuerdo sobre Enseñanza y Asuntos Culturales suscrito entre la Santa Sede y el Estado español. Es por ello por lo que la enseñanza de la religión se incluye como materia en determinados niveles.

       Pero esa aconfesionalidad hace que también exista respeto y atención hacia otras confesiones. Tal atención ha de ajustarse a cuanto se reseñe en los Acuerdos de Cooperación celebrados por el Estado español con la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España, la Federación de Comunidades Israelitas de España, la Comisión Islámica de España y a cuantos acuerdos se suscriban en el futuro.

       Cada vez somos más los que no nos sentimos ofendidos por los símbolos y los signos religiosos de cuantos nos rodean. Lo vivimos con tranquilidad y sin sobresaltos. La convivencia enseña que la bandera ciudadana debe ser el respeto al otro, a su credo, cultura y tradiciones. Justo lo que no se ha hecho en Valladolid respecto a la pretensión de retirar los símbolos religiosos en algunos centros educativos, ni en un colegio de Zaragoza al impedir celebrar la Navidad al alumnado para no ofender a quienes profesan otro credo, ni la actitud talibán, denigrante, humillante, anticonstitucional y llena de odio de la directora de un instituto de Mijas.

       Al margen de esas ovejas negras que pacen en algunos centros docentes y que tanto daño hacen al sistema educativo, son más los que procuran la convivencia y la educación de las generaciones jóvenes, resaltando el respeto por encima de vulgaridades y atropellos de quienes pretenden desestabilizar el sistema educativo con la agresión, el odio, la envidia y la sinrazón.

Aquellos polvos, estos lodos

prd4.JPG Jesús Salamanca Alonso

Con las declaraciones del 29 de diciembre, Zapatero ha atraído a los viejos fantasmas. Solo le faltó decir: “¡Ahí queda eso!”. No es sorprendente ver cómo ‘las cañas se vuelven lanzas’ cuando alguien abusa de la chulería burlesca o se vanagloria sin mérito y razón. En cierto modo me recordó el paseíllo del ex presidente Aznar, en su última sesión en el Congreso de los Diputados, mirando al tendido, cual espada que acabara de redondear faena.

Preocupado y no menos asustado ha anunciado públicamente “que ha ordenado suspender todas las iniciativas encaminadas a establecer un diálogo con ETA”. A buenas horas, mangas verdes, que diría un castizo. Podíamos habernos evitado estos caminos vacíos por los que hemos transitado junto al presidente, mal asesorado y peor informado sobre la banda y sus últimos pasos. Da la impresión que el presidente vive en otra galaxia: ¿Cómo puede ver bondad en ETA, mientras los demás no vemos más que muerte, dolor, violencia, angustia y odio? Mayor ridículo será difícil que lo vuelva a hacer; por tanto, todo de una vez.

Este cariñoso ‘Bambi’ no ve los peligros que le vienen acechando desde hace tiempo; incluso se permite decir en voz alta que “los asesinatos terroristas son accidentes mortales”. Ahí es nada. Y no es la primera vez que lo dice en público. Hasta sus asesores se han llevado las manos a la cabeza: ¡Pobre Moraleda, con lo bien que estaba en Palencia contando chistes en la Calle Mayor! Algunos ya empiezan como en los años del GAL, época ominosa del ‘tardofelipismo’.

Rodríguez Zapatero ha puestos excesivas esperanzas en ETA. Le van a amargar la legislatura, por incauto. Enero será un calvario para el Gobierno por la violencia callejera, la incitación a recomponer la ‘amistad’ con ETA y las extrañas ‘manifas’ que programan. Zapatero parece no ser consciente que si ETA quiere matar, mata. La ruleta de la banda está loca en este momento. No hay control. Pero, tal vez, lo principal es intentar adivinar si estamos en un proceso de escalada violenta y de atentados escalonados. ¿Lo peor puede estar por llegar? El Gobierno debe ‘aprender a aprender’ de nuevo.

Todo apunta a que el Gobierno carece ahora mismo de confidentes en la banda. Los últimos cometieron estrepitosos errores, hasta el punto que si les contaban el cuento de ‘caperucita’, iban y se lo contaban a los Servicios de Inteligencia del Estado (sobre ese tipo de inteligencia habría mucho que debatir, aunque hoy lo dejamos así); pero lo hacían como si fuese original y de primera mano. ¡Cuánto echan de menos el entusiasmo y la habilidad de gente como Mikel Lejarza Eguía y su ‘loba’, Edurne!

Lo que para Zapatero era un apacible teatro de sueños, se ha convertido en un despertar brusco, peligroso y vengativo. Pero él solito ha llegado hasta ahí; todo su mérito se basa en la torpeza, la sordera, la presunción y, que nadie lo dude, unas malas, muy malas compañías de aduladores. Los resultados a la vista están, a pesar de las negras efigies especializadas en el insulto, el odio, la ignorancia y el improperio incontrolado.

zapatero.JPG

Ejemplo francés

prd4.JPG Jesús Salamanca Alonso

Ejemplo francés

El zulo de las mentiras

prd4.JPG

No hay duda. El zulo descubierto por la Ertzaintza en Amorebieta (Vizcaya) contenía material de uso habitual por ETA para hacer explosivos y, además, queda demostrado que era reciente. Estamos, pues, ante evidencias que Juan Mesquida ha pretendido ocultar. Una cosa es que sea fiel y leal a quien le nombró director general de la Policía y de la Guardia Civil y otra cosa es que despache el interés ciudadano con una ‘larga cambiada’.

Por una parte, dice que “no hay datos que hagan pensar ahora mismo que ETA se está rearmando”. Tal afirmación es una evidente tomadura de pelo y un brutal ataque al sentido común. Juan Mesquida no ha debido de oír hablar del probado robo de armamento por parte de ETA en Francia, o tal vez ha pensado que eran trescientas cincuenta pistolas de agua para jugar en la Semana Grande de Bilbao y en los Sanfermines navarros. El director general debería ser más sensato en sus declaraciones, ya que con afirmaciones como la expuesta se convierte en centro de desconfianza ciudadana y en fácil estafermo. Nos ha salido otro ‘Pepiño’. ¡Cuánto echa de menos la Guardia Civil a Santiago López Valdivieso!

Por otra parte, algunos montan una mentira sobre un deseo ciudadano; aunque para ellos se convierta en una verdad a medias y, ya se sabe, una verdad a medias es una mentira. Dice el director general que el zulo encontrado en Vizcaya es una prueba de que “las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado no han bajado un milímetro la lucha contra el terrorismo”. En un Estado democrático tal afirmación debería ser cierta y queremos creer que lo sea, pero llueve sobre mojado y lo del ‘milímetro’ es difícil de creer desde el chivatazo policial a los encargados de recaudar el impuesto revolucionario.

Independientemente del juego que se traen Mesquida y su entorno, el descubrimiento del zulo en Amorebieta preocupa considerablemente a los servicios de información de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado; máxime si ese hallazgo puede suponer que la banda terrorista esté trasladando a España material presuntamente robado en Francia. Esto es una prueba, frente a las afirmaciones de Mesquida. Y es que ETA se está rearmando en el interior de España y su actividad de aprovisionamiento no se limita a Francia, como hasta ahora creían algunos.

Mucho más precisa y acertada ha sido la admirada Maite Pagazaurtundua, al incidir en que el zulo de referencia muestra algo «que mucha gente no ha querido ver, y es que el mundo de ETA-Batasuna siempre actúa con varias barajas».

Una vez más se demuestra que ETA desoye al Gobierno; el ejecutivo no ha sido capaz de verificar las verdaderas intenciones de la banda sobre el cese de actividad terrorista; se muestra incapaz de controlar la violencia callejera de los ‘borrokas’; no puede impedir que ETA siga colocando artefactos explosivos; los violentos se mofan de la ciudadanía y siguen utilizando el amedrentamiento y el sabotaje como presión gubernamental.

Terrorismo: Vieja preocupación

prd4.JPG

La nula transparencia y el afán ocultista del Ejecutivo de Rodríguez Zapatero no favorecen precisamente la recuperación de la confianza ciudadana. Hubo una época en la España democrática que el oscurantismo derivó en inexplicables crímenes de Estado, sin que nadie quisiera saber nada de las responsabilidades contraídas. Es más, no faltaron responsables políticos que declararon haberse enterado por la prensa, como si de la subida de la bolsa o de un acontecimiento diario más se tratara.

La calle suele ser sincera, excepto para decir a quién vota. Y cada vez se escucha en más tertulias políticas que estamos ante un Gobierno débil y de muy poco crédito, desde el momento que pro-etarras y batasunos campan a sus anchas en cada acto y mitin que organiza el brazo violento y negociador de la banda asesina. Tal actitud es un claro desprecio a la ciudadanía, a la democracia y al Estado de Derecho, por eso el terrorismo se ha convertido de nuevo en una preocupación ciudadana, por delante de la vivienda, la inseguridad, la educación y las drogas.

No hay más que recorrer las calles de Bilbao y San Sebastián, sobre todo, para comprobar que la ciudadanía vasca ha incrementado su desprecio durante estos últimos años hacia los protagonistas de la violencia callejera; detesta oír hablar de los presos etarras, a la vez que entre bambalinas y en ambientes de confianza pide el cumplimiento íntegro de sus penas; ha pasado de ver próxima y muy cercana la desaparición de la banda, a comprobar cómo desde el ámbito gubernamental de Rodríguez Zapatero – por miedo, compromiso o sumisión — se ha reanimado a la misma, insuflado inexplicable valentía y, en muchas ocasiones, amparado mediante fórmulas diversas.

Los comentarios que se escuchan a diario en las provincias vascongadas, hacen pensar que la angustia ha vuelto a atenazar al ciudadano y a dominar el enrarecido ambiente en buena parte del País Vasco. No muy diferente es la sensación que albergan muchos ciudadanos de otras provincias españolas, aunque en ellas no se llegue a mirar de reojo y con desconfianza al vecino, por si fuese un confidente, simpatizante o militante. Cada vez empieza a ser más evidente que el ‘cayuco’ del Gobierno que preside José Luís Rodríguez Zapatero navega con un extraño rumbo, donde la desorientación actual es su bandera y, el enfrentamiento ciudadano y el caos, las playas donde puede quedar varado.

Ese sentir ciudadano, que cada vez parece más extendido, se ha podido ver reflejado recientemente en la línea editorial de un diario de tirada nacional. Se puede decir más alto, pero difícilmente más claro. Y es que el buen entendedor no precisa de largos preámbulos: “Que las baladronadas de Batasuna queden sin respuesta; que el director general de la Guardia Civil y de la Policía diga que no tiene constancia del rearme de ETA; o que el jefe de la oposición, (…), salga de la Moncloa sin obtener confirmación o desmentido respecto a las reuniones del Gobierno con ETA, siembran la preocupación en una ciudadanía que confiaba, meses atrás, en haber pasado definitivamente página respecto al terrorismo independentista”.

Optimismo de Rodríguez Zapatero

prd4.JPG

El mal llamado “proceso de paz” mantiene el ánimo optimista en el presidente Rodríguez Zapatero. Parece que en este momento es de los pocos optimistas en este asunto, aunque cada día que pasa hace dudar más a todos sobre si estará correctamente asesorado e informado de lo que realmente está sucediendo.

Los últimos acontecimientos acaecidos incrementan esas dudas, y no menos preocupaciones ciudadanas, hasta el punto de pensar si el presidente sabe hacia dónde se dirige. El robo de las pistolas en vísperas de la puesta de largo etarra en Europa, el descubrimiento reciente de los zulos, la colocación de artefactos explosivos en Navarra, el robo de vehículos en Francia y las amenazas armadas a ciudadanos en el país vecino ponen en entredicho las pretensiones gubernamentales. Muchas veces, un optimista como Zapatero es un pesimista rodeado de aduladores; aunque el refrán verdadero reza que “un pesimista es un optimista bien informado”. De estos últimos cada vez hay más. De los otros, cada vez van siendo menos.

Si el terrorismo es la tercera preocupación de la ciudadanía, según revela el CIS, estamos ante una desvirtuación del optimismo presidencial. Respecto al citado optimismo es frecuente oír que el mismo es solo de Rodríguez Zapatero y no de todos los miembros de su Gobierno; aunque den la imagen que se les exige. Ni don Alfredo, ni López Aguilar, ni Alonso, ni la vicepresidenta — los cuatro elementos de más peso en el actual Gobierno – creen en un desenlace feliz del falso y manoseado ‘proceso de paz’. Y semejante creencia existe en el PSOE, donde ni siquiera el bachiller ‘Pepiño’ ve salida del ‘lodazal’ en el que se ha metido su jefe. Al igual que destacados militantes del partido ponen en duda ese optimismo del presidente, sin saber por dónde saldrá al final y cómo salvará la cara.

En ámbitos que el presidente desconoce se tiene tanta o más información que Presidencia sobre el falso ‘proceso’; incluso, me atrevería a decir que más que los propios Servicios de Inteligencia del Estado. Es evidente que el bachiller ‘Pepiño’ no forma parte de dichos SIE, aunque por un momento llegó a desconcertar al personal y, posiblemente, a si mismo.

Desde el entorno etarra se le ha pedido al Gobierno que cierre la bodega, porque el último carral se ha agotado. Lo que no se entiende es el motivo por el que el Ejecutivo ha ocultado la información. ¿Será que no lo ha entendido correctamente? Sin mesas, sin Navarra, sin perspectivas de autodeterminación y sin amnistía de presos no hay partida. Pérez Rubalcaba y ‘el bachiller’ eran quienes más miedo tenían a un final así. Hay cañas que se vuelven lanzas y tortazos que se reciben de rebote.

ETA no quiere perder protagonismo y menos ante un Gobierno que considera débil y con poco peso en el exterior. Se han cerrado muchas puertas de golpe. En este momento hay dos acontecimientos que pueden alterar la situación: la evolución de Ignacio de Juana Chaos y la respuesta a la convocatoria de la Udalbiltza, suspendida en su día por Baltasar Garzón, para la asamblea que se celebrará en la primera quincena de enero, en San Juan de Luz. A la vuelta de la esquina espera el nuevo año y ambas partes saben que habrá sorpresas, si tras cada acción hay reacción en el otro lado. Al tiempo.

Catedrático de la estupidez

prd4.JPG

Volvemos al principio. Claro que sí. Pero al principio anterior al 24 de marzo. Hay que recomponer el Pacto Antiterrorista. En este momento, lo que debe preocupar al ciudadano es lo que están tramando Batasuna, Askatasuna y Etxerat para la primera quincena de enero. ¿Es que alguien duda que Garikoitz Azpiazu haya brindado tras los sucesos de Barajas? Los enemigos de Azpiazu (‘Txeroki’) son el españolismo y el Gobierno de España, una vez que ha comprobado la dependencia que tiene Rodríguez Zapatero del ‘proceso’. Ese proceso al que los ‘colmillos retorcidos’ más afines al ‘zapaterismo’ y al ‘amarillismo mediático’ vienen calificando de ‘paz’.

El tiempo acaba poniendo a cada uno en su sitio. Rodríguez Zapatero ha demostrado que no tiene visión de Estado; que gobernar se lo ha tomado como un juego; que su torpeza ya no es disimulable y que sus asesores son una ‘peña’, por no decir una banda, para que no haya confusiones con la otra: la que miente, extorsiona y mata. El presidente ha hecho perder a la ciudadanía demasiado tiempo fuera del Pacto Antiterrorista. Un presidente así no puede ser desaprovechado por Paco Ibáñez en las historietas de Mortadelo y Filemón.

La actuación del presidente en temas de terrorismo, durante estos tres últimos años, ha sido para ‘enmarcar’, pero en el trastero. Y no menos despreciables son los planteamientos de Otegi en su rueda de prensa. No tienen desperdicio: ¿Qué es eso de que Batasuna mantiene abiertos los canales de comunicación? ¿Otra vez está llamando a Zapatero para jugar al pacto? A Otegi le interesa sortear sus procesos pendientes con la Justicia, para que no le olviden como a los presos etarras, principales destinatarios de la ‘peineta’ por parte de la ciudadanía vasca y española.

Es una pena tener que ‘arar con estos bueyes’. La culpa del atentado y de las muertes solo es de ETA; pero con un presidente así, el alfarero más tonto acaba haciendo ingeniosos pucheros. Catedrático de la estupidez, saltimbanqui de la insolidaridad, dinamitero del sentido común, arquitecto de la ignorancia, tozudo, asustado, chulo, vanidoso,… y, en este caso, tonto también. Al pobre Zapatero le han engañado como a un pulgarcito. Lo más grave: no sabe la que se le viene encima tras la reunión de toda la siniestra abertzale el 6 de enero. Al fin y al cabo también son marxistas,…. ¡primos carnales!

Querido presidente: La ciudadanía no te puede perdonar que hayas resucitado al monstruo. Desde muchas instancias ya se reclama que pidas perdón, hagas las maletas y consideres agotada la legislatura; aunque muchos pensemos que hay otras soluciones. Es más, en tu terruño vallisoletano y leonés, se suele decir que “cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto”. Podrás comprobar que no es preciso esperar demasiado. Al tiempo.

zapa3.JPG

¡Mienten otra vez!

prd4.JPG

Se ha apuntado que a Pérez Rubalcaba, presunto incrédulo y ministro del Interior, le ha tocado bailar con la más fea. Con la cara de poema que tenía en la rueda de prensa, dudo que se le acercaran las guapas. En algún momento debió invadirle el recuerdo de otros ominosos hechos del ‘tardofelipismo’ o de momentos más recientes. Muchos proyectos se le han ido de las manos, después de lo que ha luchado para que Zapatero se acordara de él tras el 14-M.

Cuando se miente hay partes del cuerpo que no reaccionan con naturalidad. A unos les invaden los sudores, en otros aparecen ‘tics’ y, en los más, la cara se alarga, mostrándose blanquecina y alargada ante la audiencia. Hace poco decíamos que a Felipe González le traicionaba la mirada cruzada cuando mentía; a Zapatero los movimientos descoordinados de manos y cabeza, mientras que a Rubalcaba es la cara; sí, un rostro ‘cariacontecido’ que habla sin que se le pregunte. Que nadie lo dude: Rubalcaba volvió a mentir; aunque esta vez nadie haya dado la orden del “¡Pásalo!”, lo que demuestra un equilibrado sentido de Estado por parte de Rajoy.

Decir que el ministro del Interior no intuía, ni sospechaba, lo que podía pasar antes del diez de enero es rizar el rizo sin necesidad. Si es cierta esa afirmación, alguien debe explicar el motivo por el que dio la orden de reforzar Madrid en numerosos puntos, acudiendo, incluso, a miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de otras provincias. No nos creemos que se haya dicho toda la verdad. Faltan datos que en la oposición no se sospechan, ni se concretan. El presidente no puede seguir más tiempo escondiendo sus temores, como desde Interior no se puede trabajar con tanta parsimonia pasadas más de veinticuatro horas del atentado, ni Joan Mesquida puede seguir jugando con el avestruz.

De momento, Zapatero ha perdido todo el margen de maniobra, pero la tozudez y torpeza del presidente le han llevado a mantener abiertas algunas puertas. Los miedos son los miedos y sabe lo que se juega. Como sabe que muchos que viven alrededor del poder le están llamando estos días de todo menos guapo, porque son conscientes de la que se les viene encima. No es fácil subsistir a la intemperie del poder.

Hay torpezas que nunca se justifican ni disculpan, y mucho menos cuando todos tiran hacia un lado y uno solo con sus afines lo hacen hacia otro. El presidente ha sido la primera víctima del atentado; su defunción política es un hecho que solo se alargará durante las vacaciones navideñas. No solo deberá pedir perdón por su torpeza, sino que aún debe aclarar qué es esa fantasmada de la ‘suspensión’. ¿Es que aún piensa seguir en el poder para reintentarlo? Puede encontrarse con que la ciudadanía se plante en el “¡No pasarán!”. Es cuestión de tiempo, de muy poco tiempo.

rubalcaba2.JPG

Presos etarras

prd4.JPG El chantaje de los violentos, utilizando la violencia callejera, no ha dado resultado. A más violencia etarra, más desprecio social. Ha quedado claro que el Gobierno no debe desbloquear nada, ni siquiera iniciar actuaciones de las que deba arrepentirse después. No hay nada que tratar con la banda, excepto la rendición y la entrega de las armas. Con asesinos y extorsionadores no se pacta, ni se negocia. Dialogar, sí, y mucho, pero para fijar día, hora y lugar para la entrega de las armas y pedir perdón a la sociedad española.

Sigue leyendo

Rodríguez Zapatero: el fantasma de Moncloa

prd4.JPG Jesús Salamanca Alonso

El fantasma de la Moncloa se ha apoderado de la fragilidad de Zapatero. Sigue lanzando al viento ideas vacías. Ha dudado al afrontar su primera salida. Nunca imaginó que pudiera ser tan tranquila. Su otro problema es que ha perdido toda su credibilidad, después de demostrar que había equivocado el rumbo, caído en la desorientación posterior y utilizado el mecanismo de compensación que esconde un claro complejo no confesado. Hablamos de la frustración del inseguro cuando ha visto rotos todos sus esquemas y aspiraciones en un abrir y cerrar de ojos.

Parece que su “determinación para la paz es aún hoy mayor”. ¿A qué paz se refiere? ¿Dónde estamos en guerra? ¿Pero de qué habla este insensato? Acostumbrado a ser ‘niño bien’ resulta ser antojadizo. Sigue con la misma cantinela y le va a costar ‘hacer una nueva versión”. También tiene la creencia del músico inexperto. De forma burlesca, al presidente le han atribuido su afán por conseguir el Nobel de la Paz y ahora tenemos con él otro problema: no distingue las segundas intenciones (la ‘coña marinera’, que diría el castizo), al igual que ha demostrado no distinguir la realidad de la ficción.

Hay claros problemas que se detectan en el inseguro Zapatero. Va en caída libre y con pocos apoyos. Pero existe otro muy preocupante a su alrededor, como es la situación de Batasuna. Nunca es tarde para que sus dirigentes acaben donde deben: en el trullo. Ya está bien de ‘paños calientes’. Se les ha consentido lo que no se consiente a un ciudadano de buena fe. ¡Y eso que estaban ilegalizados! Tanto el fiscal general del Estado, como el director general de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, deben explicar su actitud blandengue, caprichosa y sospechosa tras cada rueda de prensa de Otegi, Permach y demás apéndices del monstruo.

Batasuna está fuera de control. Ahora será intermitente. Ya se sabe, como la definición del alto el fuego dada recientemente por el presidente Ibarra. Por cierto, llegados a este punto, alguien debió hacerle caso hace unos años cuando, ante la candidatura de Rodríguez Zapatero en el Congreso socialista, apuntó que no haría sombra a José Bono, ya que se trataba de “un ciclista que ni siquiera había ganado la vuelta a su pueblo”. ¡Cuánto beneficio para el país si el trapicheo de votos no se hubiera sustentado en el rencor y la envidia entre clanes del partido socialista!

De ese desprecio y falta de respeto inicial de Juan Carlos Rodríguez Ibarra a Rodríguez Zapatero, llegamos hoy a la falta de respeto de cuantos socialistas han tenido que rectificar al presidente estos últimos días. De ese “suspender” inicial se ha pasado a la rectificación de sus lugartenientes “dando por roto el proceso”. Sus validos han tomado posiciones. El descrédito presidencial es un hecho extendido y entendido. En el partido hay decepción y revuelo contenido, mientras que en el Gobierno hay división; tanta como para aguantar pocos telediarios.