Archivo mensual: enero 2007

ETA mata, nunca pregunta

prd4.JPG Jesús Salamanca Alonso

No sé en qué estaría pensando Arnaldo Otegi al afirmar que las amenazas de ETA “restan credibilidad” al alto el fuego. ¿Será que su paranoia le hace pensar que está aún dentro del esperpéntico ‘proceso’? Empieza a estar asustado ante sus cercanas comparecencias judiciales, como así lo ha manifestado a su entorno.

Hay que reconocerle sus intentos por conseguir que ETA mantuviera el alto el fuego; aunque lo haya hecho por puro y simple egoísmo. Pero que nadie se llame a engaño: bajo ningún concepto era el “príncipe de la paz”, como parecía pensar el presidente Rodríguez Zapatero. En su eterna morada, don Manuel de Godoy y Álvarez de Faria, seguirá siendo el titular de tal reconocimiento, pero con mayúsculas.

Otegi está perdiendo el sitio, mientras que la sombra de Barrena es cada vez más amplia y alargada. ETA no está acostumbrada a que Batasuna malinterprete, rechace, confunda o discrepe de sus mensajes. Por eso las rectificaciones de Pernando Barrena ponen a su camarada, Arnaldo Otegi, en una difícil tesitura y éste no debería olvidar que ETA se ha rearmado por ‘obra y gracia’ del presidente del Gobierno de España, así como ha captado nuevos mercenarios.

Siempre se ha dicho que quien tiene las armas en la organización asesina, goza del mando y del poder. La disidencia en el mundillo abertzale se paga cara y cercana en el tiempo. La historia de ETA demuestra que, tras un acto de disidencia, unos han sido apartados, vejados y olvidados en el mejor de los casos. Otros, por el contrario, dejaron de hacer guardia a los luceros y de alumbrar vericuetos de la banda; simple y llanamente ‘crían malvas’. ¿Alguien en ETA o en el mundo abertzale se acuerda hoy de Dolores Zataraín, salvo para ser denostada?

Otegi ha jugado con fuego, al igual que lo ha hecho Jesús Eguiguren. Ambos pueden haber jugado y perdido su última baza política. Nadie como Otegi sabe a qué se arriesga; peor aún si llega a encabezar el alejamiento del sector más moderado de la ilegalizada formación.

ETA está dividida, muy dividida. Y en eso se basaban muchos de los temores del Gobierno central. Tanto en la calle, como entre quienes cumplen condena penitenciaria, muchas esperanzas se han frustrado. Los presos de la banda seguirán siendo iconos, pero solo mientras estén en la cárcel.

Confusión y escisión son dos conceptos que acompañan al mundillo de Batasuna y Alkartasuna. Lo niegan en público y lo sufren en privado. Arnaldo Otegi pierde. Gana Pernando Barrena. Y Joseba Permach, disimula lo que para él no es indiferente. En medio de esa ceremonia, se asume que ETA mata y no pregunta.

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Gobierno a piñón fijo

perio2.JPG Jesús Salamanca Alonso

Durante varios meses el Gobierno socialista ha hecho la vista gorda ante muchas actuaciones del entorno abertzale. Según el presidente Zapatero, los actos violentos eran bromas sin importancia de los ‘chicos de la gasolina’; el aparato de extorsión de ETA no existía y, por tanto, no recibía chivatazos; los ataques a la propiedad privada se los inventaba el PP; en los zulos no se guardaban explosivos, ni en Francia se robaban pistolas o se secuestraba la libertad de ciudadanos; la COPE y los curas se inventaban las desgracias del día a día y su santurrón, Jiménez Losantos, se encargaba de divulgarlas… Todo lo exageraba el PP. Eran palos y más palos en las ruedas. Zapatero había bendecido el proceso y quien no lo viera así era un facha y un intransigente.

Tras el ‘entierro’ de Zapatero, bajo los escombros de la T-4, el Gobierno, el partido y sus voceros mediáticos van a piñón fijo: requerimiento judicial al otrora ‘príncipe de la paz’, Arnaldo Otegi; encarcelamiento del periodista francés que elaboraba “Zutabe”; detención de Etxebarría y Larrinaga mediante una euro-orden; resolución en breve sobre si tres entidades pro-etarras forman parte del entramado de ETA (lo sabe y lo confirma media España, pero lo duda el Gobierno español); aparición de zulos con abundantes explosivos;…

Da la impresión que todo se conocía; pero no era el momento de actuar. Esos inocentes muchachotes — mensajeros de la paz — debían conocer las bondades zapateriles y los muchos regalos que podían encontrar. Todo ello amenizado por un dudoso mediador, condenado por maltrato, que hoy se esconde avergonzado en algún lugar de las vascongadas. Vamos que, realizado un detenido análisis de situación, uno se acuerda del Conde de Romanones: “¡Joder, qué tropa!”.

La torpeza, inoperancia y sordera del presidente se pretende tapar con demasiadas y atropelladas urgencias: ‘manifa’ orquestada con dudosa perspectiva; búsqueda de chapuceras culpabilidades; huida hacia adelante cual simples filisteos; voceros mediáticos en jauría; nauseabunda intoxicación de culiparlantes incontrolados; saltimbanquis viperinos impregnados de mala fe;… Han sido descubiertos en plena faena: sin información, sin hacer los deberes y vanagloriándose de humo en cesta. De momento, Zapatero atraviesa por un respiro puntual; pero no debe olvidarse de coger suficiente aire, antes de que GARA hable de nuevo y Arnaldo Otegi azuce con las reuniones, los compromisos y la sonrisa.

El aparato mediático socialista tiene encomendado tapar la voz de la libertad. Hay que salvar el barco a toda costa. A estas alturas del “proceso de paz” nadie se extraña que el Gobierno español arreste a la piedra, en vez de a quien la arroja. Los medios abertzales (Txalaparta Irradia y Radio Pays) tachan de torpe e inútil al Gobierno español. En el próximo “Zutabe”, el Ejecutivo encontrará claves, culpas y pruebas. Sebastián Bedouret ya no es imprescindible. Cuestión de días. ¿Y Zapatero aún con esos pelos?

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Arnaldo Otegi: 'Mosca cojonera'

prd4.JPG Jesús Salamanca Alonso

“Lo verdadero es demasiado sencillo – en palabras de George Sand — pero siempre se llega a ello por lo más complicado”. Y es que a estas alturas de la película, Batasuna sigue sin condenar el acto terrorista; aunque a su vocero oficial le faltó tiempo, en la rueda de prensa posterior al atentado, para pedir serenidad y responsabilidad. Eso sí, dejó constancia de la solidaridad de Batasuna “con las personas afectadas en el atentado”. Si alguien no alcanza a entender qué es la hipocresía, ahí hay un claro ejemplo.

Según Arnaldo Otegi, la izquierda abertzale quiere “compartir la preocupación con los ciudadanos de Euskal Herria y del Estado español”. Ahí es nada, profesionales de la algarada y del desorden repartiendo palomas de la paz al prójimo, como si estos últimos cuarenta años hubieran supuesto un altar de gozo, armonía y tranquilidad. Compartir la preocupación de los ciudadanos supone abandonar la violencia, la extorsión, el tiro en la nuca, la bomba-lapa… ¡Así de sencillo! Lo demás son ganas de incordiar y adornar el crimen a traición.

Nunca entenderé lo que Otegi llama “alcance político”. Según él la ‘siniestra’ abertzale llevaba meses insistiendo en que “la oportunidad de soluciones al conflicto pasaba por el no bloqueo institucional”. En un Estado de Derecho tales afirmaciones alcanzan el esperpento; como si el Estado tuviera la obligación de ponerse a los pies de los violentos y arrinconar las herramientas de la democracia y la Justicia.

Sus reflexiones políticas son de chiste sin recorrido: Harto de hablar de ‘bloqueo’, resulta que para la siniestra abertzale “el proceso no estaba roto” tras el atentado. Una explosión de envergadura, dos trabajadores muertos y nos sale con que el proceso sigue adelante. Pocas veces la ignorancia alcanzó tal grado de estupidez. La misma que el presidente ha demostrado con reiteración durante su denostado ‘proceso de paz’. De ahí que, como presidente y político, se haya coronado con la aureola de la sospecha, la mentira y la ingratitud. “Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti”.

Para Arnaldo Otegi solo hay un responsable de todo: el Gobierno español. Pero tendrá que pasar mucho tiempo para que haya un intento de esperpento como el acontecido. Hasta ‘Pepiño’ descarta que el Gobierno lo intente a corto y medio plazo. Lo que sí debe preocuparnos son planteamientos como el de ERC respecto a que se volverán a dar las condiciones para intentar un fin dialogado de la violencia; el convencimiento de la presidenta del Parlamento vasco, Izaskun Bilbao, respecto a la continuidad del trabajo de Ahotsak; además del deseo de ETA-Batasuna, según Otegi, de “no romper puentes de diálogo político”.

El Gobierno sigue con las posaderas al aire. Las revelaciones de ETA-Batasuna están en fase inicial. Otegi seguirá ‘tirando de la manta’. En términos vulgares su consigna es convertirse en ‘mosca cojonera’ del Gobierno y no callarse ni debajo del agua. De momento, una perla: “…hay que recordar que la oportunidad que se abrió con el alto el fuego se debió a que durante años hubo un puente abierto, (…), entre el Partido Socialista y la izquierda abertzale».

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Presos etarras

prd4.JPG Jesús Salamanca Alonso

        El chantaje de los violentos, utilizando la violencia callejera, no ha dado resultado. A más violencia etarra, más desprecio social. Ha quedado claro que el Gobierno no debe desbloquear nada, ni siquiera iniciar otra vez actuaciones de las que deba arrepentirse después. No hay nada que tratar con la banda, excepto la rendición y la entrega de las armas. Con asesinos y extorsionadores no se pacta, ni se negocia. Dialogar, sí, y mucho, pero para fijar día, hora y lugar para la entrega de las armas y pedir perdón a la sociedad.

        La situación de los presos es la que es. Nada va a variar. Los presos son innegociables, como innegociable es la rendición del Estado de Derecho. Hay que hablar claro de una vez: la banda y su entorno no quiere tener cerca a los presos, ya que son una rémora para el futuro de su proyecto. Digamos que son terroristas “burn out”. Es urgente una nueva Ley Penitenciaria que plantee una nueva forma de dispersión. ETA seguirá acorralada, se ponga como se ponga el incoherente y perverso Rodríguez Zapatero. España no se merece un Gobierno que intente “nadar entre dos aguas” y cuya lealtad se ha puesto en duda en estos últimos meses. “Por la boca muere el pez” y eso es lo que Rodríguez Zapatero está pagando: “Se muestra nervioso y atenazado, sabe que varios de sus ministros le han vendido en varias ocasiones y está con las posaderas al aire”, comentaba ayer uno de sus allegados. Hasta los suyos han dejado de creer en él.

        No podemos entender que la propia Askatasuna lleve su hipocresía a extremos inexplicables. Repiten entre bambalinas que el tema de los presos no está entre sus prioridades. Pero las bases,…a las bases hay que contentarlas. Cada vez está más claro que la “Agenda” se puede cerrar tranquilamente. Aquí se acaba el mal llamado “proceso de paz”. ¿Y ahora qué va a hacer el PNV sin protagonismo? ¿Qué va a explicar el PSOE sobre los presuntos contactos que llevó a cabo hace tres años?

        Sería muy duro para la sociedad española que existiera una maniobra conjunta entre la banda y los tres miembros del PSOE; ni siquiera buena parte de sus bases lo aceptaría. No se puede caer en los desatinos de los clanes y las mafias, porque el barco de la democracia acabaría encallado. Hay que saber reaccionar y la mejor forma es utilizar los instrumentos de los que dispone el Estado de Derecho. En este momento hay tres facciones de ETA diferentes y los “Borrokas” hace tiempo que están divididos. ¿Alguien sabrá llevar hasta el final el “Divide et impera” y negociar la rendición incondicional de la banda? A ello habrá que destinar todos los esfuerzos.

Acuerdo entre 'bandas'

img_00010.JPG Jesús Salamanca Alonso

Hace unos días me comentaba un buen amigo, periodista de investigación de un importante diario, que en los próximos días mucha gente “caerá del burro” con la información que va a salir en prensa. Te recuerdo — continuaba diciendo — que estás en lo cierto cuando afirmas sobre los presos de ETA que “los propios violentos consideran que están muertos para la causa”. No te quepa la menor duda, insistía, que es cierto el discurso del entorno más radical: “No quieren oír hablar de los presos”. La violencia callejera, con su actuación, pone ‘chinitas’ para el acercamiento y la negociación.

En los recientes juicios contra presos etarras, el arrepentimiento no se encuentra en su diccionario de uso. Este es el punto de la hipocresía al que me he referido en numerosas ocasiones, en el que se incluye la internacionalización del conflicto, con el apoyo pactado del ejecutivo español. La terminología utilizada por ETA, Batasuna y el entorno de Rodríguez Zapatero, más parece una negociación entre bandas que entre bandos, donde la injusticia se extiende desde la negación de reuniones que sí han existido entre ETA y el PSOE, traicionando e incumpliendo la Ley de Partidos, hasta la presunta intención de obligar a la vicepresidenta a aceptar la candidatura a la alcaldía de Madrid, para evitar su resistencia a la futura negociación. María Teresa no está dispuesta a poner el Estado en venta: “El Estado de Derecho no se negocia”, ha repetido con insistencia.

A los presos se les ha puesto la “miel en los labios”, pero ETA sigue dando largas, a pesar del requerimiento escrito remitido a la organización por parte de los asesinos encausados. Las mesas no se van a constituir. Zapatero lo sabe y está asustado por ello. Ha depositado demasiadas esperanzas en Jesús Eguiguren, sin saber con quien se “gasta los cuartos”. El presunto líder vasco es un buen conversador en la mesa gastronómica, pero con la banda solo hará el ridículo.

El asunto de las mesas es una medida de muy mal gusto, aunque el nacionalismo vasco no está dispuesto a perder protagonismo, ni a admitir que el Estado le niegue “salir en los papeles o ver su firma en página destacada”. Los ‘cauces entre bandas’ están abiertos, pero hay miedo a dar el primer paso; tras ese avance no hay vuelta atrás. Tanto Rodríguez Zapatero, como quienes apoyan la negociación entre ‘bandas’, no ocultan su temor ante un desenlace apresurado. Es muy difícil adoptar una decisión; solo la ignorancia y la demostrada estupidez de nuestro presidente, así como el deficiente asesoramiento recibido, pueden iniciar un camino cuyo final desconocen por imprevisión, ignorancia, falta de astucia y engreimiento.

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Miserable negociación

perio2.JPG Jesús Salamanca Alonso

Tras el presunto robo, por parte de la banda terrorista, de más de 300 armas en Francia, el mal llamado ‘proceso de paz’ pasa por un momento delicado e impreciso. Lo curioso del caso es que el presidente Rodríguez Zapatero no ha sabido reaccionar, está atenazado y apenas se ha limitado a decir inconcreciones, puesto que según él “no prevé cambios en los próximos días”. Muchos españoles seguimos sin entender cuál es el motivo de las continuas provocaciones de ETA y queremos explicaciones; es más, exigimos explicaciones. Los españoles no nos merecemos un Gobierno que mienta, ni debemos permitir que se juegue con el Estado de Derecho.

El presidente debe hacer saber a ETA que solo procede su rendición incondicional y el cumplimiento íntegro de las penas. ETA jamás conseguirá formar un Estado. Estamos ante una banda con estilo chulesco, miserable provocación e instinto asesino. Por eso no se entiende el balón de oxígeno que el Gobierno ha dado a la banda y menos aún al comprobar que ésta ha iniciado un proceso permanente de rearme.

Las cuentas no le salen al presidente. El enfoque ha fallado. Desde el principio debió tener claro que el diálogo siempre es necesario, pero nunca la negociación con una banda terrorista. También la Eurocámara se ha ‘columpiado’ y difícilmente volverá a tener crédito para muchos españoles. Ha actuado como un falso mediador queriendo rememorar la heroicidad que practicó con el IRA y le ha salido el ‘tiro por la culata’. Hasta GARA se ha mofado de los euro-representantes llamándoles ‘botijillos andantes’.

Apoyar la negociación es hincar la rodilla en tierra. Solo se negocia la rendición, ya que de otro modo se hubiera cedido hace cuarenta años y hubiésemos evitado cientos de muertes inocentes. Me cuesta creer que pueda pasar el Gobierno de regenerado a degenerado; la negociación lleva a eso y solo a eso, si se utiliza el Estado de Derecho como parapeto.

La situación actual hace que debamos replantearnos muchas cosas, entre ellas el tipo de partidos existentes. Lo que está claro es que ‘con estos bueyes es complicado arar’. PP y PSOE parecen haberse consumido y dejado de servir a los intereses de la ciudadanía. La regeneración no puede esperar. España precisa de partidos nuevos, alejados de las sospechas y de la corrupción. Si el PSOE fue la ‘punta de lanza’ de la corrupción en los años ochenta y parte de los noventa, en el PP le han salido imitadores en muchas comunidades autónomas.

La corrupción es deplorable. La negociación con ETA es corrupción política contra las libertades y el Estado de Derecho. Me cuesta creer que el Gobierno socialista acabe dando la razón a Balzac: “El socialismo que se cree nuevo, es un viejo parricida. Ha matado siempre la república, su madre, y la libertad, su hermana”.

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Europa 'reprende' a Caldera por su incompetencia

perio2.JPG Jesús Salamanca Alonso

El proceso de regulación de inmigrantes ha sido muy criticado en España y fuera de ella. Tampere (Finlandia) sirvió de escenario urgente para conocer la opinión de los representantes europeos y para configurar la solidaridad europea, de forma que se afronte la inmigración como un asunto global. Alemania, Holanda y Austria, entre otros, no se han cortado lo más mínimo: han coincidido en que la solución no es legalizar a los inmigrantes “como desgraciadamente hemos visto en los últimos tiempos”.

Es positiva la actitud del Gobierno respecto a no parar hasta encontrar una clara respuesta en la Unión Europea. Después de haber “tirado por la calle del medio” y no haber escuchado las recomendaciones europeas, buscan una fórmula que permita salir al Gobierno español del atolladero. A ello se une que los miembros del ejecutivo siguen sin “dar el brazo a torcer” y están plantados en su pueril cantinela; no querían oír hablar del “efecto llamada”, pero la Unión Europea se lo ha vuelto a recordar.

Menos mal que no han dejado hablar a Jesús Caldera, ministro de la cosa, responsable de la puesta en escena, creador del problema y ‘gafe controlado’ del Gobierno. La incompetencia del bejarano ha encendido todas las alarmas del ejecutivo español y la irascibilidad de la Unión Europea, hasta el punto de haberle señalado con el dedo y hacer que se ruborice. Socialistas cercanos a Zapatero han confirmado que ya se lo ha comunicado: prescindirá de él y de Consuelo Rumí, aunque esperará al momento oportuno.

El Gobierno español debe estudiar con detenimiento la propuesta de la Presidencia de la Unión Europea. Al ser España puente con África, la mayor parte de los inmigrantes recalarán aquí. Eso quiere decir que, si bien recibirá financiación, también deberá responsabilizarse del inmigrante, no solo durante el desarrollo del proceso, sino en el futuro, debiendo readmitirle en caso de expulsión de otro país. Está claro que hay que empezar por establecer normas comunes a la Unión Europea, sin más dilación.

Hasta el momento, el más razonable ha sido el presidente de Coalición Canaria. Rivero tiene muy claro que carece de sentido crear más centros de retención de inmigrantes. Por otra parte, la ciudadanía advierte descontrol, descoordinación y contradicción en el Gobierno de Zapatero. Según todas las encuestas, la inmigración es la primera preocupación de los ciudadanos, por lo tanto no existe motivo para no afrontarlo con rigurosidad. De esa rigurosidad es fiel reflejo el planteamiento efectuado por Rubalcaba, respecto a la repatriación urgente e inmediata de los inmigrantes. Muchos lo hemos planteado hace tiempo en diferentes medios, pero desde instancias socialistas siempre se ha rechazado, al entender que era pura demagogia. Empieza a pasar lo que con el felipismo: se acierta cuando se rectifica.

Formación Profesional: futuro despejado

prd4.JPG Jesús Salamanca Alonso

La aspiración moderna de lo que hoy es la Formación Profesional, en lo que a proyectos de futuro se refiere, estaba contenida con suma claridad en el Tratado de Maastrich. Ese acuerdo, firmado el 7 de febrero de 1991, en su capítulo dedicado a » Educación, formación profesional y juventud» establecía entre sus prioridades la potenciación de la educación a distancia, el fomento del aprendizaje de idiomas y la atención a la formación profesional.

Para afrontar los desafíos existentes, la atención a la formación continua es esencial. Hoy, ante la incorporación de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación, la modalidad de educación a distancia presenta una ventaja digna de tener en cuenta como es el hecho de posibilitar la formación profesional continua a los demandantes que, por diversos motivos, se sienten imposibilitados para asistir con regularidad a un centro educativo.

La formación profesional hoy está condicionada por múltiples cambios y diferentes riesgos. Entre los primeros no podemos omitir la necesidad urgente de variar las estrategias para racionalizar el ámbito industrial, así como el mayor alcance que están obteniendo la información y la comunicación, además de las variantes demográficas. En cuanto a los riesgos, es un hecho la polarización del crecimiento económico. Sin una expansión de la formación profesional — recursos humanos, materiales, formación programada,… — estaremos ante el afianzamiento del desequilibrio entre los países y el abuso en los mercados transnacionales.

Plantearnos cómo va a evolucionar la formación profesional en los países miembros de la Unión Europea supone contestar teniendo presentes factores como: empleo, formación continua, aspiraciones juveniles, impulso de nuevas tecnologías y potencia¬ción de la educación a distancia.

La formación continua debe tender a eliminar barreras y despejar la resistencia de las empresas. Para ello se requieren políticas alternativas que conduzcan a esas a invertir en programas de alternancia, bien sea a cambio de reduccio¬nes/exenciones fiscales, bien mediante otros incentivos que contribuyan a hacer realista la adaptación a los modelos y a las nuevas tecnologías para no quedar ‘descolgados’ de los ‘tirones’ mercantiles del mundo productivo.

La atención a la población joven, en un intento de extender la formación profesional a los mismos, supone una garantía de futuro y una adaptación a los nuevos retos. Eso sí, sin olvidar la recualificación de los menos jóvenes. Las nuevas tecnologías deberán estar presentes en múltiples perfiles profesiona¬les, haciendo uso de la transversalidad; de ahí que buena parte de los saberes profesionales deban abarcar una interacción entre la informática, la electrónica y las técnicas de comunicación…

Hoy el empleo creativo es un reto. El autoempleo se ha convertido en una aspiración fundamental ante la dificultad empresarial para garantizar empleo estable. A ello se une la persistencia de estructuras caducas en el sindicalismo de clase y un afán burlescamente controlador sin visión macroeconómica, ni perspectiva empresarial, ni futuro clarificador.

fp.JPG Alumnado de formación profesional

Educación sin estabilidad

perio2.JPG Jesús Salamanca Alonso

       Socialistas y nacionalistas han apoyado la LOE en el parlamento. Ninguna otra formación política. Se ha renunciado a la estabilidad del sistema educativo. Ha primado la superación de la simple aritmética parlamentaria sobre el énfasis en la calidad y en la equidad de la ley que acaba de pasar al Senado. No resolverá los problemas de la educación, el fracaso escolar continuará como hasta ahora, no se apuesta por la escuela pública y olvida los valores del esfuerzo y estudio. Por si no era suficiente, carece del respaldo de la comunidad educativa.

       Sigue siendo una ley denostada desde que era anteproyecto: padres, alumnos, profesores y asociaciones de índole diversa están clamando contra la imposición de esta ley, cuya negociación se ha llevado a cabo sin transparencia, en círculos reducidos y entre los sectores más escorados hacia posiciones más radicales y menos representativas del sistema educativo. De salir así del Senado, se garantiza una nueva reforma educativa tan pronto como haya un cambio de Gobierno, una vez que el actual viene demostrando que la educación no cuenta como prioridad en su programa.

       El huraño y dicharachero Rubalcaba ha tenido que “saltar al ruedo” para recoger los trastos que la ministra San Segundo había arrojado por impotencia. Se ha visto superada por la conjunción de varios acontecimientos que rodeaban a la aprobación de la LOE, como la negociación con el arco parlamentario, el afán de conocer por parte de los medios de comunicación y la fuerte presión social. La ministra se ha rendido ante el reto de mejorar la formación de la juventud.

       Podemos constatar que el diálogo entre las comunidades autónomas y el MEC ha sido nulo desde hace dos años. Pero el Ministerio de Educación ha ido más allá, llegando al desprecio hacia las comunidades gobernadas por los populares, como sucedió en la Conferencia Sectorial de Educación, cuando se presentó el anteproyecto de Ley Orgánica de Educación. Se ha hablado de insumisión desde el Ministerio, sin que ésta sea tal. Pocas veces ha habido tanta unidad entre las Consejerías de Educación de las comunidades gobernadas por el Partido Popular. La unión es clave en decisiones de calado como ésta; incluso hay tres comunidades socialistas que ven con cierta preocupación la demostrada capacidad de maniobra del partido de la oposición y no se descartan movimientos de acercamiento. La actitud de Pérez Rubalcaba empieza a molestar a varias comunidades socialistas que ven esa figura como la encargada de probar todas las salsas, licenciado en meter cuchara allí donde sea preciso. Eso ha llevado a una rebeldía confesada, contrastada y extendida entre los sectores socialistas más demócratas.

       La actitud del Partido Popular de configurar un modelo dentro de la propia ley desconcertó inicialmente al Gobierno. Superada la fase de elaborar un modelo educativo propio hay que decir que la gravedad no es tanta como se hizo creer desde las filas socialistas. Pero llama la atención que el partido de la oposición pretenda hacer lo que no supo conformar durante ocho años en el Gobierno; tan solo consiguió sacar adelante la LOCE, pero con los tiempos mal calculados y peor definidos.

       Ahora las comunidades autónomas del Partido Popular pretenden reforzar sus presupuestos para impulsar la escuela pública, planificar una carrera docente para el profesorado, apoyar a los equipos directivos, programar la integración del alumnado, efectuar evaluaciones externas del sistema, potenciar los programas de calidad, reforzar los Programas de Iniciación Profesional y pasarelas en la formación profesional, revisar los decretos de derechos y deberes, además de ampliar los planes de convivencia y prevención de la violencia. A pesar de sus pretensiones, sigue olvidando los programas de desarrollo y empleo rural, la educación de personas adultas y la modalidad de educación a distancia, con lo que vuelve a incurrir en lamentables omisiones y desmedidos abusos.

       A la vista de lo que sucede en esta España nuestra, el profesorado mira con obligada distancia la estructuración y funcionamiento del sistema educativo finlandés, donde la figura del maestro goza de reconocido prestigio en la sociedad, a lo que se une la alta motivación del alumnado y la alta consideración de la cultura, factores que explican el éxito de aquel sistema educativo. A ello hay que añadir la evaluación, externa e interna del profesor y del sistema, la selección directiva, el nulo fracaso escolar, la casi totalidad de bachilleres, la pasión por la cultura y la lectura, además de la positiva actitud de las familias ante la formación del niño y del joven.

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Crucifijo en las aulas

img_00010.JPG Jesús Salamanca Alonso

       El cardenal arzobispo de Toledo, monseñor Antonio Cañizares, en su homilía con motivo de la festividad de la Virgen del Sagrario, propuso “que Dios esté presente, por ejemplo, mediante la cruz en los edificios públicos…”. En una palabra: que se vuelvan a colgar los crucifijos. Aun entendiendo el planteamiento del cardenal, hay que reconocer que “no está el horno para bollos”. En algunas provincias se viene debatiendo este tema desde hace algún tiempo, mientras que las Consejerías de Educación correspondientes –asustadas por la opinión pública y publicada — lo dejan en manos de los Consejos Escolares de cada centro de enseñanza, “echando balones fuera” siempre que pueden.

       Es un tema en el que se impone el respeto a las partes, sin olvidar el precepto constitucional. Durante el año 2006 se cumplen setenta y cuatro años de un amplio debate en la prensa nacional: el tema religioso. Los diarios iniciaron el año 1932 con titulares sobre los sucesos políticos más llamativos del momento. Algunos periódicos, además, dedicaron un amplio espacio a la Carta Pastoral Colectiva que el Episcopado español dirigió a los fieles, consignando las normas que debían regular la conducta de los mismos respecto al nuevo Estado laico.

       Los gobernantes entendían que debía aplicarse, sin dilación, el contenido de los programas. En algunos consistorios se propusieron mociones consistentes en enviar un escrito al Presidente del Gobierno para que no se demorase más el cumplimiento de la Constitución y de las leyes votadas en el Parlamento. Las soluciones que la República pretendía dar al tema religioso tenían claras repercusiones educativas. La polémica que subyacía albergaba una doble vertiente: la de quienes defendían una enseñanza laica y la de quienes pretendían continuar con una enseñanza confesional.

       Sin duda, la enseñanza era un importante «caballo de batalla». Más de un diario se hizo eco de las manifestaciones de Manuel Azaña en el teatro Pereda de Santander, respecto a la Ley de Confesiones y Congregaciones religiosas que se aprobaría en junio de 1933: «Ya sé que promoverá ruido y que se dirá de ella que es un ataque a la convivencia religiosa, pero el artículo veintiséis de la Constitución nos habla de la República laica…».

       Manuel Azaña no estaba dispuesto a ceder un ápice en el cumplimiento de la constitución. La misma decisión mostró Rodolfo Llopis, desde la Dirección General de Primera enseñanza, al incidir en que la escuela – por imperativo constitucional – debía de ser laica y «…por tanto, no ostentará signo alguno que implique confesionalidad». Los gobernadores civiles ratificaron ese mismo pensamiento, a la vez que recomendaban a todos los alcaldes que se abstuvieran de dirigir requerimientos a los maestros públicos para que en sus escuelas pusieran signo religioso de cualquier clase.

       Consecuencia de ello fue la retirada del crucifijo de las aulas. Muchas localidades fueron testigos de numerosas alteraciones en demanda de la reposición del crucifijo y de la enseñanza religiosa en las escuelas nacionales, tanto en la capital como en los pueblos de la provincia.

       En mi abundante correspondencia personal con un maestro nacional, que permaneció oculto durante veintidós años tras los sucesos de 1936, consta que los maestros, unos y otros, tanto los de izquierdas como los de derechas, no podían negarse a cumplir las órdenes que recibían del Ministerio. Es más, la mayoría de los maestros conocían perfectamente los pueblos cuyas escuelas regentaban y, a pesar de verse muchas veces «entre la espada y la pared», supieron conducirse con mucha cautela y los máximos respetos para evitar situaciones desagradables con el vecindario. Sin embargo, no faltaron situaciones llamativas. En muchos pueblos, mientras nadie osara tocar el crucifijo todo marchaba bien: en cada escuela un crucifijo, una paz sin hendiduras y todos tan conformes; pero si el mismo era retirado, al día siguiente irrumpían en la escuela cuarenta, cincuenta, sesenta crucifijos,… tantos como niños asistieran a las clases.

       Siempre será una incógnita conocer lo acontecido si la Dirección General de Primera enseñanza, en vez de ordenar la supresión de los símbolos religiosos de la escuela, lo hubiera dejado a criterio del pueblo y retirarlos allí donde lo solicitaran. Seguramente se hubiera respetado la voluntad popular y, a la vez, evitado enconadas protestas. Pero ello no era posible: la supresión del crucifijo únicamente era el signo externo de una actuación, una filosofía y un pensamiento que ya recogía la Constitución.

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