Hace apenas unos días hablábamos del ‘bandarra’ Permach y de las insensateces que expone habitualmente. Ahora parece haber aprendido a decir a los demás lo que deben hacer. Como representante de Batasuna tiene tanta o menos credibilidad que un concejal en campaña electoral. Habla del concepto ‘país’ sin conocer su significado y lo aplica, ignorantemente, a cuanto le place.
Joseba Permach aún no se ha dado cuenta, o no quiere verlo, que todas las puertas se están cerrando para la banda asesina y para sus elementos articulados. Muchos europarlamentarios socialistas han empezado a reconocer entre bambalinas, no sin temor a que se escuchen sus voces, el gran error de recibir a representantes de la banda en el Parlamento Europeo.
Actualmente hay un cambio de estrategia etarra. La propia ETA, dividida y ‘herida’, no quiere interlocutores que ‘mareen la perdiz’, como es el caso de Permach y Otegi. Está dispuesta a seguir amenazando al Estado de Derecho y no tardarán en hacer acto de presencia los encapuchados de turno. Los mensajes de GARA entre el martes y el viernes, van a ser claves; aunque se esperan fuertes reacciones de la ‘Kale borroka’ durante el fin de semana. En este momento, ETA se encuentra en una encrucijada y hace uso del recurso del resentido, volcando todo su odio en sus presuntos interlocutores: el PSOE y PNV. La banda ha agotado todos sus recursos, no ha sabido jugar la pelota y está dispuesta a ‘volver a las andadas’ para enjuagar su humillación. El temor y las alertas están ‘disparadas’ en las tres provincias vascongadas y en Navarra.
Mientras esa situación ha tomado cuerpo, el batasuno Permach sigue hablando del ‘proceso’. ¿A qué proceso se refiere este impresentable? ¿Acaso a lo que la banda y el Gobierno han convenido en llamar ‘proceso de paz’?. El atrevimiento de la ignorancia lleva a Joseba Permach a hablar como Jefe de Estado cuando se refiere a los Gobiernos francés y español. Precisamente sus ‘consejos’ a ambos Estados es lo que le convierten en más ridículo. Aprendió la cantinela el verano pasado y siempre dice lo mismo. Por cierto, de fuentes solventes sabemos que cada vez se le escucha menos en las provincias vascongadas y en su ilegalizado partido. Hasta ETA le ha pedido que no abandere opiniones que no comparte, ni respalda.
Oírle hablar de lo que dice “debe ser un proceso político”, causa inevitable risa. El entorno etarra no quiere entender que solo procede la entrega de las armas y la rendición. Y Permach sigue sordo y ciego ante la realidad. Parece, por otra parte, que el Gobierno acerca su postura a la Ley de Partidos, una vez que ha comprobado lo que siempre fue evidente: ETA nunca ha tenido intención de rendirse y de entregar las armas. Seguirá matando.