Absurdos libros de texto en Ikastolas

prd4.JPG Jesús Salamanca Alonso

          ¡Menudo caos mental tendrá el alumnado vasco cuando finalice la enseñanza primaria! He tenido ocasión de estudiar con detenimiento cuatro libros de primaria y tengo la sensación de no entender nada, por no decir que la falsedad se ha apoderado del contenido en algunos libros de texto. Lo mismo da que uno se detenga en mapas, en contenidos o en reflexiones puntuales: Euskal Herria es el ombligo del mundo. No hay duda de que el nacionalismo ha encontrado el germen desde el que configurar un pensamiento, un sentimiento y una actitud. Una vez más, la escuela es utilizada para provecho propio; esa utilización es una vergüenza y un abuso de competencias. Se suele decir que cuando la política entra en la escuela, la educación salta por la ventana. Y antes o después se paga esa mala conciencia.

          Hace años, en 1985, si la memoria no me falla, se creó la Alta Inspección como órgano encargado de que las comunidades autónomas con competencias educativas (hoy las tienen todas) se ciñeran en su normativa al marco de referencia estatal. Pero ni en el País Vasco, ni en Cataluña ha dado resultado. Sí en el resto de comunidades autónomas donde, si exceptuamos pequeños roces, todas adaptan sus desarrollos normativos. Es, precisamente, la Alta Inspección de cada comunidad, la encargada de frenar los usos y abusos tanto de contenidos inconstitucionales, como de falsedades y manipulaciones. Actualmente, la figura titular de la Alta Inspección en el País Vasco, así como el delegado del Gobierno, deberían explicar qué sucede en su jurisdicción. No olvidemos que el Alto inspector depende de la figura del citado delegado. Ambos deberían dimitir, pero como la vergüenza es pasajera, al final pasarán a la Historia como meros incompetentes, ‘memos’ puntuales o paranoicos situacionales.

          Todo el mundo tiene derecho a soñar, pero a algunas editoriales les han vendido la “burra coja y soltera”. No vale decir que miran por sus intereses económicos solamente. Hasta algunos partidos políticos han llevado a cabo informes completos sobre el tema y la lectura de ellos constata que el único marco sociopolítico para el alumnado y el profesorado de esa comunidad es Euskal Herria. España no es un país, una nación o un Estado. Haciendo “parapente” doctrinal nos encontramos en los libros de texto que en la Península Ibérica hay cinco pueblos culturales: Euskal Herria, Portugal, Galicia, Países Catalanes y Países Españoles. ¡Toma castaña! Han pasado del “parapente” doctrinal y patológico al absurdo más ridículo y enfermizo. ¡Además de hipócritas, son torpes e interesados!

          Menos mal que tales atropellos solo se cometen en editoriales pro nacionalistas. Hay que levantar una bandera por otras como Santillana, Anaya y Edebé, quienes sí saben escribir ESPAÑA en los libros de texto vascos y distinguen perfectamente entre Euskadi y Navarra. En el caso que nos ocupa, y preocupa, el pagano final será el alumnado y el responsable único el trasnochado nacionalismo excluyente.

 

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