El Gobierno de Zapatero ha iniciado una nueva forma de afrontar el tema del terrorismo, que no “proceso de paz”, dado que no hay declaración de guerra. Mientras eso sucede, ETA sigue sin renunciar a la violencia y continúa aprovisionándose, rearmándose y día tras día constatamos que no tiene intención de abandonar la lucha armada, aunque la banda no deja de comprobar que ese tipo de actuación está fuera de lugar en pleno siglo XXI. Por si no era suficiente, Ignacio de Juana Chaos hace la ‘guerrilla’ por su cuenta, no sin egoísmo y odio hacia la errónea forma de llevar el tema por parte de la banda que, de momento, sigue dándole cobijo.
En este momento a los ciudadanos siguen preocupándoles dos cuestiones claves: Por una parte, apenas se observan diferencias entre el PNV y Batasuna, salvo la ilegalidad de la segunda. El camino lo inició Arzalluz y hoy existe un alto grado de simbiosis más que sospechosa entre esas dos formaciones, por lo que es difícil de entender la indigna postura del PSE. Por otra parte, comprobamos un intento de presionar al Gobierno con la huelga de hambre iniciada por De Juana Chaos, aunque, después del engaño anterior, nadie se lo cree… ¡Ni siquiera él! Difícilmente la cobardía es compañera de una decisión responsable. Y en el caso de Chaos se da una alta dosis de la primera. Le falta todo el valor del mundo para llegar hasta el final; un final que, sin duda, muchos celebrarían en el País Vasco, empezando por la propia Askatasuna, por el lastre que representa De Juana Chaos.
Respecto a la referida huelga, hay suficientes indicios para que otros presos etarras inicien semejantes actos, con el objetivo de ‘agobiar’ al ejecutivo, envalentonar al entorno etarra y evitar una dolorosa humillación para la banda y los ‘chicos de la gasolina’. No es ético que Instituciones Penitenciarias haya solicitado intervenir en la huelga de hambre de un ‘asesino multifuncional’ como es De Juana Chaos; si la elección ha sido individual y no inducida, Instituciones Penitenciarias debería abstenerse. Desde un punto de vista psicológico, Ignacio De Juana no está preparado para llegar hasta el final: las ‘alimañas’ gozan de un instinto de conservación fuera de lo común. Él no quiere que nadie interfiera en sus iniciativas, para que no controlen lo que come durante la huelga. Una treta más. Otra vez nos ha vuelto a engañar.
Si el etarra De Juana Chaos aún es beneficiario de derechos humanos ¿Por qué no se le respeta su decisión cuando decida hacerlo en firme? Ésta también es un derecho para Chaos y un deber para el Estado. Y es que un Estado de Derecho no puede permitirse el lujo de presionar a un ciudadano,… preso,… pero ciudadano al fin y al cabo. No hagas a los demás lo que no desearías hacerte a ti mismo.