Archivo diario: 14 enero, 2007

Europa 'reprende' a Caldera por su incompetencia

perio2.JPG Jesús Salamanca Alonso

El proceso de regulación de inmigrantes ha sido muy criticado en España y fuera de ella. Tampere (Finlandia) sirvió de escenario urgente para conocer la opinión de los representantes europeos y para configurar la solidaridad europea, de forma que se afronte la inmigración como un asunto global. Alemania, Holanda y Austria, entre otros, no se han cortado lo más mínimo: han coincidido en que la solución no es legalizar a los inmigrantes “como desgraciadamente hemos visto en los últimos tiempos”.

Es positiva la actitud del Gobierno respecto a no parar hasta encontrar una clara respuesta en la Unión Europea. Después de haber “tirado por la calle del medio” y no haber escuchado las recomendaciones europeas, buscan una fórmula que permita salir al Gobierno español del atolladero. A ello se une que los miembros del ejecutivo siguen sin “dar el brazo a torcer” y están plantados en su pueril cantinela; no querían oír hablar del “efecto llamada”, pero la Unión Europea se lo ha vuelto a recordar.

Menos mal que no han dejado hablar a Jesús Caldera, ministro de la cosa, responsable de la puesta en escena, creador del problema y ‘gafe controlado’ del Gobierno. La incompetencia del bejarano ha encendido todas las alarmas del ejecutivo español y la irascibilidad de la Unión Europea, hasta el punto de haberle señalado con el dedo y hacer que se ruborice. Socialistas cercanos a Zapatero han confirmado que ya se lo ha comunicado: prescindirá de él y de Consuelo Rumí, aunque esperará al momento oportuno.

El Gobierno español debe estudiar con detenimiento la propuesta de la Presidencia de la Unión Europea. Al ser España puente con África, la mayor parte de los inmigrantes recalarán aquí. Eso quiere decir que, si bien recibirá financiación, también deberá responsabilizarse del inmigrante, no solo durante el desarrollo del proceso, sino en el futuro, debiendo readmitirle en caso de expulsión de otro país. Está claro que hay que empezar por establecer normas comunes a la Unión Europea, sin más dilación.

Hasta el momento, el más razonable ha sido el presidente de Coalición Canaria. Rivero tiene muy claro que carece de sentido crear más centros de retención de inmigrantes. Por otra parte, la ciudadanía advierte descontrol, descoordinación y contradicción en el Gobierno de Zapatero. Según todas las encuestas, la inmigración es la primera preocupación de los ciudadanos, por lo tanto no existe motivo para no afrontarlo con rigurosidad. De esa rigurosidad es fiel reflejo el planteamiento efectuado por Rubalcaba, respecto a la repatriación urgente e inmediata de los inmigrantes. Muchos lo hemos planteado hace tiempo en diferentes medios, pero desde instancias socialistas siempre se ha rechazado, al entender que era pura demagogia. Empieza a pasar lo que con el felipismo: se acierta cuando se rectifica.

Formación Profesional: futuro despejado

prd4.JPG Jesús Salamanca Alonso

La aspiración moderna de lo que hoy es la Formación Profesional, en lo que a proyectos de futuro se refiere, estaba contenida con suma claridad en el Tratado de Maastrich. Ese acuerdo, firmado el 7 de febrero de 1991, en su capítulo dedicado a » Educación, formación profesional y juventud» establecía entre sus prioridades la potenciación de la educación a distancia, el fomento del aprendizaje de idiomas y la atención a la formación profesional.

Para afrontar los desafíos existentes, la atención a la formación continua es esencial. Hoy, ante la incorporación de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación, la modalidad de educación a distancia presenta una ventaja digna de tener en cuenta como es el hecho de posibilitar la formación profesional continua a los demandantes que, por diversos motivos, se sienten imposibilitados para asistir con regularidad a un centro educativo.

La formación profesional hoy está condicionada por múltiples cambios y diferentes riesgos. Entre los primeros no podemos omitir la necesidad urgente de variar las estrategias para racionalizar el ámbito industrial, así como el mayor alcance que están obteniendo la información y la comunicación, además de las variantes demográficas. En cuanto a los riesgos, es un hecho la polarización del crecimiento económico. Sin una expansión de la formación profesional — recursos humanos, materiales, formación programada,… — estaremos ante el afianzamiento del desequilibrio entre los países y el abuso en los mercados transnacionales.

Plantearnos cómo va a evolucionar la formación profesional en los países miembros de la Unión Europea supone contestar teniendo presentes factores como: empleo, formación continua, aspiraciones juveniles, impulso de nuevas tecnologías y potencia¬ción de la educación a distancia.

La formación continua debe tender a eliminar barreras y despejar la resistencia de las empresas. Para ello se requieren políticas alternativas que conduzcan a esas a invertir en programas de alternancia, bien sea a cambio de reduccio¬nes/exenciones fiscales, bien mediante otros incentivos que contribuyan a hacer realista la adaptación a los modelos y a las nuevas tecnologías para no quedar ‘descolgados’ de los ‘tirones’ mercantiles del mundo productivo.

La atención a la población joven, en un intento de extender la formación profesional a los mismos, supone una garantía de futuro y una adaptación a los nuevos retos. Eso sí, sin olvidar la recualificación de los menos jóvenes. Las nuevas tecnologías deberán estar presentes en múltiples perfiles profesiona¬les, haciendo uso de la transversalidad; de ahí que buena parte de los saberes profesionales deban abarcar una interacción entre la informática, la electrónica y las técnicas de comunicación…

Hoy el empleo creativo es un reto. El autoempleo se ha convertido en una aspiración fundamental ante la dificultad empresarial para garantizar empleo estable. A ello se une la persistencia de estructuras caducas en el sindicalismo de clase y un afán burlescamente controlador sin visión macroeconómica, ni perspectiva empresarial, ni futuro clarificador.

fp.JPG Alumnado de formación profesional

Educación sin estabilidad

perio2.JPG Jesús Salamanca Alonso

       Socialistas y nacionalistas han apoyado la LOE en el parlamento. Ninguna otra formación política. Se ha renunciado a la estabilidad del sistema educativo. Ha primado la superación de la simple aritmética parlamentaria sobre el énfasis en la calidad y en la equidad de la ley que acaba de pasar al Senado. No resolverá los problemas de la educación, el fracaso escolar continuará como hasta ahora, no se apuesta por la escuela pública y olvida los valores del esfuerzo y estudio. Por si no era suficiente, carece del respaldo de la comunidad educativa.

       Sigue siendo una ley denostada desde que era anteproyecto: padres, alumnos, profesores y asociaciones de índole diversa están clamando contra la imposición de esta ley, cuya negociación se ha llevado a cabo sin transparencia, en círculos reducidos y entre los sectores más escorados hacia posiciones más radicales y menos representativas del sistema educativo. De salir así del Senado, se garantiza una nueva reforma educativa tan pronto como haya un cambio de Gobierno, una vez que el actual viene demostrando que la educación no cuenta como prioridad en su programa.

       El huraño y dicharachero Rubalcaba ha tenido que “saltar al ruedo” para recoger los trastos que la ministra San Segundo había arrojado por impotencia. Se ha visto superada por la conjunción de varios acontecimientos que rodeaban a la aprobación de la LOE, como la negociación con el arco parlamentario, el afán de conocer por parte de los medios de comunicación y la fuerte presión social. La ministra se ha rendido ante el reto de mejorar la formación de la juventud.

       Podemos constatar que el diálogo entre las comunidades autónomas y el MEC ha sido nulo desde hace dos años. Pero el Ministerio de Educación ha ido más allá, llegando al desprecio hacia las comunidades gobernadas por los populares, como sucedió en la Conferencia Sectorial de Educación, cuando se presentó el anteproyecto de Ley Orgánica de Educación. Se ha hablado de insumisión desde el Ministerio, sin que ésta sea tal. Pocas veces ha habido tanta unidad entre las Consejerías de Educación de las comunidades gobernadas por el Partido Popular. La unión es clave en decisiones de calado como ésta; incluso hay tres comunidades socialistas que ven con cierta preocupación la demostrada capacidad de maniobra del partido de la oposición y no se descartan movimientos de acercamiento. La actitud de Pérez Rubalcaba empieza a molestar a varias comunidades socialistas que ven esa figura como la encargada de probar todas las salsas, licenciado en meter cuchara allí donde sea preciso. Eso ha llevado a una rebeldía confesada, contrastada y extendida entre los sectores socialistas más demócratas.

       La actitud del Partido Popular de configurar un modelo dentro de la propia ley desconcertó inicialmente al Gobierno. Superada la fase de elaborar un modelo educativo propio hay que decir que la gravedad no es tanta como se hizo creer desde las filas socialistas. Pero llama la atención que el partido de la oposición pretenda hacer lo que no supo conformar durante ocho años en el Gobierno; tan solo consiguió sacar adelante la LOCE, pero con los tiempos mal calculados y peor definidos.

       Ahora las comunidades autónomas del Partido Popular pretenden reforzar sus presupuestos para impulsar la escuela pública, planificar una carrera docente para el profesorado, apoyar a los equipos directivos, programar la integración del alumnado, efectuar evaluaciones externas del sistema, potenciar los programas de calidad, reforzar los Programas de Iniciación Profesional y pasarelas en la formación profesional, revisar los decretos de derechos y deberes, además de ampliar los planes de convivencia y prevención de la violencia. A pesar de sus pretensiones, sigue olvidando los programas de desarrollo y empleo rural, la educación de personas adultas y la modalidad de educación a distancia, con lo que vuelve a incurrir en lamentables omisiones y desmedidos abusos.

       A la vista de lo que sucede en esta España nuestra, el profesorado mira con obligada distancia la estructuración y funcionamiento del sistema educativo finlandés, donde la figura del maestro goza de reconocido prestigio en la sociedad, a lo que se une la alta motivación del alumnado y la alta consideración de la cultura, factores que explican el éxito de aquel sistema educativo. A ello hay que añadir la evaluación, externa e interna del profesor y del sistema, la selección directiva, el nulo fracaso escolar, la casi totalidad de bachilleres, la pasión por la cultura y la lectura, además de la positiva actitud de las familias ante la formación del niño y del joven.

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Crucifijo en las aulas

img_00010.JPG Jesús Salamanca Alonso

       El cardenal arzobispo de Toledo, monseñor Antonio Cañizares, en su homilía con motivo de la festividad de la Virgen del Sagrario, propuso “que Dios esté presente, por ejemplo, mediante la cruz en los edificios públicos…”. En una palabra: que se vuelvan a colgar los crucifijos. Aun entendiendo el planteamiento del cardenal, hay que reconocer que “no está el horno para bollos”. En algunas provincias se viene debatiendo este tema desde hace algún tiempo, mientras que las Consejerías de Educación correspondientes –asustadas por la opinión pública y publicada — lo dejan en manos de los Consejos Escolares de cada centro de enseñanza, “echando balones fuera” siempre que pueden.

       Es un tema en el que se impone el respeto a las partes, sin olvidar el precepto constitucional. Durante el año 2006 se cumplen setenta y cuatro años de un amplio debate en la prensa nacional: el tema religioso. Los diarios iniciaron el año 1932 con titulares sobre los sucesos políticos más llamativos del momento. Algunos periódicos, además, dedicaron un amplio espacio a la Carta Pastoral Colectiva que el Episcopado español dirigió a los fieles, consignando las normas que debían regular la conducta de los mismos respecto al nuevo Estado laico.

       Los gobernantes entendían que debía aplicarse, sin dilación, el contenido de los programas. En algunos consistorios se propusieron mociones consistentes en enviar un escrito al Presidente del Gobierno para que no se demorase más el cumplimiento de la Constitución y de las leyes votadas en el Parlamento. Las soluciones que la República pretendía dar al tema religioso tenían claras repercusiones educativas. La polémica que subyacía albergaba una doble vertiente: la de quienes defendían una enseñanza laica y la de quienes pretendían continuar con una enseñanza confesional.

       Sin duda, la enseñanza era un importante «caballo de batalla». Más de un diario se hizo eco de las manifestaciones de Manuel Azaña en el teatro Pereda de Santander, respecto a la Ley de Confesiones y Congregaciones religiosas que se aprobaría en junio de 1933: «Ya sé que promoverá ruido y que se dirá de ella que es un ataque a la convivencia religiosa, pero el artículo veintiséis de la Constitución nos habla de la República laica…».

       Manuel Azaña no estaba dispuesto a ceder un ápice en el cumplimiento de la constitución. La misma decisión mostró Rodolfo Llopis, desde la Dirección General de Primera enseñanza, al incidir en que la escuela – por imperativo constitucional – debía de ser laica y «…por tanto, no ostentará signo alguno que implique confesionalidad». Los gobernadores civiles ratificaron ese mismo pensamiento, a la vez que recomendaban a todos los alcaldes que se abstuvieran de dirigir requerimientos a los maestros públicos para que en sus escuelas pusieran signo religioso de cualquier clase.

       Consecuencia de ello fue la retirada del crucifijo de las aulas. Muchas localidades fueron testigos de numerosas alteraciones en demanda de la reposición del crucifijo y de la enseñanza religiosa en las escuelas nacionales, tanto en la capital como en los pueblos de la provincia.

       En mi abundante correspondencia personal con un maestro nacional, que permaneció oculto durante veintidós años tras los sucesos de 1936, consta que los maestros, unos y otros, tanto los de izquierdas como los de derechas, no podían negarse a cumplir las órdenes que recibían del Ministerio. Es más, la mayoría de los maestros conocían perfectamente los pueblos cuyas escuelas regentaban y, a pesar de verse muchas veces «entre la espada y la pared», supieron conducirse con mucha cautela y los máximos respetos para evitar situaciones desagradables con el vecindario. Sin embargo, no faltaron situaciones llamativas. En muchos pueblos, mientras nadie osara tocar el crucifijo todo marchaba bien: en cada escuela un crucifijo, una paz sin hendiduras y todos tan conformes; pero si el mismo era retirado, al día siguiente irrumpían en la escuela cuarenta, cincuenta, sesenta crucifijos,… tantos como niños asistieran a las clases.

       Siempre será una incógnita conocer lo acontecido si la Dirección General de Primera enseñanza, en vez de ordenar la supresión de los símbolos religiosos de la escuela, lo hubiera dejado a criterio del pueblo y retirarlos allí donde lo solicitaran. Seguramente se hubiera respetado la voluntad popular y, a la vez, evitado enconadas protestas. Pero ello no era posible: la supresión del crucifijo únicamente era el signo externo de una actuación, una filosofía y un pensamiento que ya recogía la Constitución.

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Educación y libertad

img_00010.JPG Jesús Salamanca Alonso

       Si históricamente el socialismo ha estado reñido con la libertad, esta realidad ha vuelto a ponerse de manifiesto en situaciones como la tramitación de la Ley Orgánica de Educación. Ofende a la sociedad española que el partido del Gobierno no sepa entender que la libertad educativa es un derecho constitucional. Nuestra sociedad tiene la sensación de que desde un sector de las filas del socialismo se malinterpreta el derecho democrático consolidado, adquirido por la vía de la paz, la libertad, el diálogo y el obligado consenso.

       Nadie desea una libertad de educación a medias y con recortes. Esa libertad la queremos íntegra y sin retoques. Los derechos y libertades del artículo 27 de la Constitución son para toda la ciudadanía y no admite interpretaciones interesadas, parciales o alejadas de la realidad. Los padres, los profesores y el alumnado nos ‘jugamos’ mucho en la educación de nuestros hijos. No estamos dispuestos a caminar acompañados de la mediocridad, la debilitación de los valores occidentales, las medidas restrictivas y las imposiciones alejadas del progreso que tanto cuesta conquistar. La LOE nos ha puesto en guardia.

       Si hace poco más de veinte años los franceses salieron a la calle en defensa de una escuela libre y consiguieron acorralar y, posteriormente, anular el principal proyecto de Mitterrand, a nadie debe extrañarle que, tras la aberración de la LOGSE, no estemos dispuestos a admitir más leyes de ‘medio pelo’ e implantarlas cuando en otros países están en pleno declive. El otoño se presenta caliente para el Gobierno, con el fin de defender las libertades consolidadas y seguramente será el punto de inflexión desde el que se apague la falsa estrella de Rodríguez Zapatero, si es que alguna vez brilló. La comunidad educativa se siente engañada, en la misma medida que buena parte de la ciudadanía ante los hechos que suponen la rendición ante la banda terrorista.

       La escuela sin valores lleva al cultivo de la violencia, la degeneración y la falta de estímulos sociales. Cuando la violencia prende la mecha en la escuela, indudablemente estalla en la sociedad. No podemos mirar constantemente a Francia; lo hemos hecho muchas veces y, en el ámbito educativo, lo hicimos con la aprobación de la LOGSE: una ley sin consenso y duramente criticada en el Consejo Escolar del Estado por los sectores más responsables del sistema educativo. El resultado de aquella ley en 1990 fue el nacimiento de la figura del “objetor escolar”, al perder el incentivo por el estudio y la base formativa, el abandono del esfuerzo, la generalización de la merma de contenidos, la defensa de la promoción automática y la mediocridad.

       La sociedad española ha reclamado durante los dieciséis últimos años una ley justa, donde el consenso fuera el inicio del respeto y de la libertad. Es nuestro derecho constitucional y es algo clave para la formación integral de nuestros hijos, de nuestro alumnado y, a la vez, fundamental para nuestro futuro.

       Hemos comprobado, también, que un importante sector de lo que se conoce como socialismo responsable se siente avergonzado, al comprobar que el sector más radical de su partido ha llegado hasta los extremos de la incomprensión, la desidia y la imposición. La pelota está en el tejado de Rodríguez Zapatero. Los sectores progresistas vemos la educación con seria preocupación y, lo que es peor, vemos al Gobierno del señor Zapatero sin rumbo, sin proyecto y excesivamente cargado de desprecio hacia el ciudadano.

Cobardía de De Juana Chaos

img_00010.JPG Jesús Salamanca Alonso

El Gobierno de Zapatero ha iniciado una nueva forma de afrontar el tema del terrorismo, que no “proceso de paz”, dado que no hay declaración de guerra. Mientras eso sucede, ETA sigue sin renunciar a la violencia y continúa aprovisionándose, rearmándose y día tras día constatamos que no tiene intención de abandonar la lucha armada, aunque la banda no deja de comprobar que ese tipo de actuación está fuera de lugar en pleno siglo XXI. Por si no era suficiente, Ignacio de Juana Chaos hace la ‘guerrilla’ por su cuenta, no sin egoísmo y odio hacia la errónea forma de llevar el tema por parte de la banda que, de momento, sigue dándole cobijo.

En este momento a los ciudadanos siguen preocupándoles dos cuestiones claves: Por una parte, apenas se observan diferencias entre el PNV y Batasuna, salvo la ilegalidad de la segunda. El camino lo inició Arzalluz y hoy existe un alto grado de simbiosis más que sospechosa entre esas dos formaciones, por lo que es difícil de entender la indigna postura del PSE. Por otra parte, comprobamos un intento de presionar al Gobierno con la huelga de hambre iniciada por De Juana Chaos, aunque, después del engaño anterior, nadie se lo cree… ¡Ni siquiera él! Difícilmente la cobardía es compañera de una decisión responsable. Y en el caso de Chaos se da una alta dosis de la primera. Le falta todo el valor del mundo para llegar hasta el final; un final que, sin duda, muchos celebrarían en el País Vasco, empezando por la propia Askatasuna, por el lastre que representa De Juana Chaos.

Respecto a la referida huelga, hay suficientes indicios para que otros presos etarras inicien semejantes actos, con el objetivo de ‘agobiar’ al ejecutivo, envalentonar al entorno etarra y evitar una dolorosa humillación para la banda y los ‘chicos de la gasolina’. No es ético que Instituciones Penitenciarias haya solicitado intervenir en la huelga de hambre de un ‘asesino multifuncional’ como es De Juana Chaos; si la elección ha sido individual y no inducida, Instituciones Penitenciarias debería abstenerse. Desde un punto de vista psicológico, Ignacio De Juana no está preparado para llegar hasta el final: las ‘alimañas’ gozan de un instinto de conservación fuera de lo común. Él no quiere que nadie interfiera en sus iniciativas, para que no controlen lo que come durante la huelga. Una treta más. Otra vez nos ha vuelto a engañar.

Si el etarra De Juana Chaos aún es beneficiario de derechos humanos ¿Por qué no se le respeta su decisión cuando decida hacerlo en firme? Ésta también es un derecho para Chaos y un deber para el Estado. Y es que un Estado de Derecho no puede permitirse el lujo de presionar a un ciudadano,… preso,… pero ciudadano al fin y al cabo. No hagas a los demás lo que no desearías hacerte a ti mismo.

Iñaki de Juana Chaos,Etarra en prisión De Juana Chaos, asesino etarra.

Batalla educativa

prd4.JPG Jesús Salamanca Alonso

Si es educativa no puede ser una batalla, salvo que lo sea en sentido figurado. Pero los Estatutos de Autonomías otorgan capacidad normativa a las comunidades autónomas y, precisamente, en nombre de esa capacidad se cometen en ocasiones verdaderas barbaridades, sobre todo en comunidades donde el separatismo y el independentismo son bandera de ondeo habitual. A veces, esos atropellos invitan a la iniciativa de algunas comunidades y es, precisamente en ese marco, donde encontramos propuestas como la que llevará a cabo el Partido Popular en varias autonomías.

Las comunidades autónomas gobernadas por el PP tendrán un plan común de estudios donde, además, está contemplado el retraso de la impartición de la asignatura “Educación para la ciudadanía”. Estas comunidades pretenden enarbolar su bandera política. Se trata de compartir contenidos de asignaturas como la Historia, geografía y lengua española. Dichos contenidos pretenden hacer efectivo cuanto desean modificar los nacionalismos periféricos, empeñados en incordiar, adulterar y trastocar la existencia de una realidad.

El concepto unitario de España no es fácil de desmontar; no obstante, se viene intentando por todos los medios en aquellas autonomías que hacen del separatismo y del independentismo su enseña. Tal actitud se ha visto apoyada, en ocasiones, por las nuevas editoriales que han surgido a la luz de gobiernos nacionalistas y, en muchos casos, alentadas y financiadas por ellos. El paso dado por las autonomías del PP viene a suponer un obstáculo contra el absurdo, la ruptura de la solidaridad y el permanente incordio, además de suponer también “una barrera contra esa atomización del sentido de nación”.

Se suele decir, y con razón, que todo tiene un término medio y que el fiel de la balanza es el que mantiene el equilibrio. Pasados los años, los especialistas en educación deberán comprobar si mereció la pena o si se incurrió en el error opuesto. Siempre hablaremos de “textos coherentes” cuando, leídos tras varios años, no inciten al sentimiento de vergüenza, al sonrojo o al escándalo. Esa unificación a la que venimos aludiendo se dará tanto en el currículum, como en los cursos donde se impartirá y las horas dedicadas a cada materia; siempre igual en cada una de las siete comunidades que han rubricado el acuerdo.

Ante todo, y como objetivo fundamental, es que el alumnado no sufra los cambios ante un posible traslado a otra autonomía. Desde alguna comunidad, como es el caso de Castilla y León, se ha dado un razonamiento lógico al proyecto de las comunidades gobernadas por la derecha sociológica y es que “esta coordinación era una responsabilidad del MEC, que se ha movido en dirección contraria”.

El profesorado considera muy positivo reforzar “el aprendizaje de matemáticas, lengua española, lengua extranjera e historia y geografía de España”. Pero lo más coherente es que se van a priorizar en la etapa de Primaria aspectos de tanta relevancia como el respeto a la autoridad del profesor, la convivencia escolar y la interacción entre el centro educativo y la familia. Bases, todas ellas, para afrontar con garantía de éxito el desenvolvimiento del alumnado y del profesorado en la etapa educativa siguiente, que es donde la problemática se agudiza.

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