Algo se mueve en León. El ciudadano leonés comprueba desde hace tiempo que las promesas se quedan en eso, en meras promesas. Una y otra vez la provincia de León es postergada por la Junta de Castilla y León; aunque en este momento se utiliza la argucia de culpar de todo al leonés Rodríguez Zapatero, aludiendo a extrañas promesas, pactos y componendas.
Algo se mueve en León. Y podía haberse movido mucho más de no haber sido por la irracional división del leonesismo. El estruendo causado hace meses por quienes eran líderes de la Unión del Pueblo Leonés (UPL), Otero y De Francisco, ha desinflado las ilusiones leonesistas, a la vez que ha dado un largo respito a las “huestes” de Juan Vicente Herrera y a los “acólitos” de Villalba. León se merece su oportunidad y el presidente de la Junta no puede seguir con su tradicional sordera hacia los problemas que le afectan. No es suficiente con mostrar “muchísimo respeto” a la manifestación pro-autonomía para las provincias que componen el Reino de León. Y mucho menos parapetado tras un buen Ribera del Duero.
Algo se mueve en León. Y precisamente porque ese movimiento estorba a los intereses del Partido Popular y del PSOE, poco a poco se encargarán de diluirlo, silenciarlo y, si pueden, eliminarlo; pero mostrando la falsa enseña de adjetivos no comprometidos. “En democracia las sensibilidades se miden por votos en las urnas”, ha dicho ‘Juanvi’ Herrera. De momento ha encendido la mecha para desactivarlo; pero mientras no hablen las urnas ‘besarán’ a De Francisco por si los votos del PAL son necesarios: mejor con el PAL que enviar al paro a muchos militantes en puestos con brillante sueldo y coche oficial a la puerta.
Algo se mueve en León. En el consistorio leonés ha salido adelante la moción, por interés y torpeza de ‘mudos’ concejales en precampaña, lo que demuestra la vergonzosa descoordinación entre concejales y procuradores del PP y del PSOE. Por eso no se entiende la postura del socialista y acomodaticio Ángel Villalba, quien no descarta respaldar alguna de las enmiendas que presenten los leonesistas ante la nueva redacción del Estatuto de Autonomía. Una vez más, Villalba se ha camuflado entre la espesura; por algo es el candidato de Zapatero desde que el presidente renunció a dar la batalla en la comunidad, en detrimento del ínclito Miguel Alejo.
Madrid estaba muy lejos para León, pero Valladolid no ha reducido la sensación de distancia. “Hay un sentido reivindicativo y de distancias entre León y una comunidad autónoma que no ha traído resultados positivos a la provincia”, Villalba dixit. Claro que, entre las contradicciones de Villalba y la actitud acomodaticia de ‘Juanvi’, está claro que es preferible una regeneración de partidos.