La represión que se vive en las provincias vascongadas es producto de la dictadura abertzale, alimentada por el nacionalismo. El Gobierno socialista no ignora la realidad, pero prefiere pasar por ignorante, mientras soporta las ofensivas bravuconadas de Otegi. Escuchar a esta ‘máquina de insultar’ que el Gobierno de Zapatero “mantiene una apuesta por la represión y el acoso a la mayoría popular de Euskal Herria” produce dolor, mucho dolor, sobre todo a quienes a diario sufren represión, dictadura, insulto y humillación de ciertos sectores radicales, sobre todo en la zona rural de tendencia abertzale y nacionalista.
Otegi, Permach y el entorno batasuno incitan permanentemente a la humillación hacia los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en los núcleos abertzales. El Gobierno no hace nada para evitarlo y el PNV ampara el permanente insulto a las víctimas vivas y muertas del terrorismo. No ser nacionalista en las provincias vascongadas es como un cero a la izquierda.
Se puede ser víctima en vida, aunque no se haya sufrido un atentado. Muchos años soportando e investigando el entorno etarra da para escribir, contar y no parar. La dictadura que impera en muchos núcleos de las referidas provincias hace que el anonimato sea la bandera de muchos españoles, capaces de escribir el nombre de su país con mayúsculas. Por eso es fácil estar con las víctimas, con sus familiares y contra los asesinos. Actualmente hay miles de miembros de las FCSE que permanecen ‘enterrados en vida’ ante la indiferencia, sufriendo en silencio y despreciados por el entorno en que ejercen su labor diaria.
Fue muy duro comprobar, y parece que nada ha cambiado, cómo el revolver es instrumento tan habitual para muchos; tanto como lo es el reloj en la muñeca o el pañuelo en el bolsillo. La actitud de los sectores radicales no ha cambiado: escupen al paso de cualquier “txakurra” o “gorrino” identificado y no desaprovechan la ocasión de ventosear dando la espalda a cualquier miembro reconocido de las FCSE. Y como cualquier actitud de desprecio es poca para los violentos, tampoco dudan en humillar a los hijos de miembros de las fuerzas del orden, utilizando como correa de transmisión a niños del entorno abertzale. ¿Así se fomenta la convivencia escolar? Solo falta que lo aplauda el Gobierno vasco. ¿Es que no se acuerdan de Jokin?
La presión que sufre un guardia civil o un policía nacional es abrumadora e inhumana. Incluso los propios mandos miran hacia otro lado en muchas ocasiones, sin que falten oportunistas dictatoriales del entorno etarra que aprovechan cualquier ocasión para exagerar una noticia, desfigurarla o retocarla para aumentar el nivel de odio hacia quienes tienen como objetivo garantizar el orden y la convivencia. GARA es la correa de transmisión y “Zutabe” actúa de nodriza lanzadera.
Hace poco conocí las vivencias de un miembro de la Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y decía que era y es habitual “… pasear por la calle y que nadie te salude, ir a jugar al frontenis con la pistola, ir a correr con pistola, pasear con pistola, jugar al fútbol-sala pendiente de la puerta del pabellón,…”. Y el Gobierno de Rodríguez Zapatero sin conocer la dirección que lleva, al igual que parece ignorar cómo llegó donde está.