Archivo diario: 11 enero, 2007

Rodríguez Zapatero: el fantasma de Moncloa

prd4.JPG Jesús Salamanca Alonso

El fantasma de la Moncloa se ha apoderado de la fragilidad de Zapatero. Sigue lanzando al viento ideas vacías. Ha dudado al afrontar su primera salida. Nunca imaginó que pudiera ser tan tranquila. Su otro problema es que ha perdido toda su credibilidad, después de demostrar que había equivocado el rumbo, caído en la desorientación posterior y utilizado el mecanismo de compensación que esconde un claro complejo no confesado. Hablamos de la frustración del inseguro cuando ha visto rotos todos sus esquemas y aspiraciones en un abrir y cerrar de ojos.

Parece que su “determinación para la paz es aún hoy mayor”. ¿A qué paz se refiere? ¿Dónde estamos en guerra? ¿Pero de qué habla este insensato? Acostumbrado a ser ‘niño bien’ resulta ser antojadizo. Sigue con la misma cantinela y le va a costar ‘hacer una nueva versión”. También tiene la creencia del músico inexperto. De forma burlesca, al presidente le han atribuido su afán por conseguir el Nobel de la Paz y ahora tenemos con él otro problema: no distingue las segundas intenciones (la ‘coña marinera’, que diría el castizo), al igual que ha demostrado no distinguir la realidad de la ficción.

Hay claros problemas que se detectan en el inseguro Zapatero. Va en caída libre y con pocos apoyos. Pero existe otro muy preocupante a su alrededor, como es la situación de Batasuna. Nunca es tarde para que sus dirigentes acaben donde deben: en el trullo. Ya está bien de ‘paños calientes’. Se les ha consentido lo que no se consiente a un ciudadano de buena fe. ¡Y eso que estaban ilegalizados! Tanto el fiscal general del Estado, como el director general de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, deben explicar su actitud blandengue, caprichosa y sospechosa tras cada rueda de prensa de Otegi, Permach y demás apéndices del monstruo.

Batasuna está fuera de control. Ahora será intermitente. Ya se sabe, como la definición del alto el fuego dada recientemente por el presidente Ibarra. Por cierto, llegados a este punto, alguien debió hacerle caso hace unos años cuando, ante la candidatura de Rodríguez Zapatero en el Congreso socialista, apuntó que no haría sombra a José Bono, ya que se trataba de “un ciclista que ni siquiera había ganado la vuelta a su pueblo”. ¡Cuánto beneficio para el país si el trapicheo de votos no se hubiera sustentado en el rencor y la envidia entre clanes del partido socialista!

De ese desprecio y falta de respeto inicial de Juan Carlos Rodríguez Ibarra a Rodríguez Zapatero, llegamos hoy a la falta de respeto de cuantos socialistas han tenido que rectificar al presidente estos últimos días. De ese “suspender” inicial se ha pasado a la rectificación de sus lugartenientes “dando por roto el proceso”. Sus validos han tomado posiciones. El descrédito presidencial es un hecho extendido y entendido. En el partido hay decepción y revuelo contenido, mientras que en el Gobierno hay división; tanta como para aguantar pocos telediarios.

‘Bambi’

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El terrorismo está en el tercer lugar de las preocupaciones ciudadanas, por encima incluso de la vivienda, la educación y las drogas; aunque seguramente habrá subido algún peldaño tras el atentado perpetrado en Barajas. Rara vez las perspectivas de Zapatero han sido concordantes con las de la ciudadanía en general.

Después de lo sucedido en la T-4 y de la rueda de prensa de Arnaldo Otegi, el Gobierno tiene que reaccionar de una vez. Debe darse cuenta que estamos ante una escenificación más, aunque el presidente esté ‘con las posaderas al aire’, muy al aire. Por eso en su comparecencia se adivinaba una mezcla de miedo, sorpresa, preocupación y angustia. El calvario para Rodríguez Zapatero ha empezado en el mismo momento de la explosión. Las chulerías de su última comparecencia no auguraban nada bueno. ¿Pero es que no le han explicado que las alimañas están siempre al acecho de sus víctimas? Es inconcebible que se marchara de vacaciones con las tareas sin hacer, dejando el pizarrín a Rubalcaba. En muchos momentos me ha recordado las escenas de ‘Bambi’ revolcándose entre las flores y olisqueando la novedad. ‘Bambi’, tal cual.

Sus asesores han resultado ser sus enemigos. Debieron decirle a tiempo que ETA mata e impone, pero no pacta. Se han dado demasiados pasos en falso: el Gobierno se han pasado por el ‘arco del triunfo’ el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo; se ha traicionando el espíritu y la esencia de éste; se ha tonteado en exceso con ETA; el Gobierno ha sido incapaz de atajar la violencia callejera; se ha depurado la Justicia; engañado a la ciudadanía; se han puesto los ‘chivatos’ a disposición de la banda, mientras los “gorrinos” y demás mediáticos sonreían; hasta el robo de armamento se ha considerado como una fechoría de chiquillos y se ha llegado a quitar importancia al acto;… Pero lo más ‘glorioso’ ha sido la puesta de largo de ETA en el Parlamento europeo a cargo del Gobierno, el PSOE y sus mediáticos ‘culiparlantes’. ‘Bambi’, tal cual.

¿De verdad que el Gobierno no esperaba en estas fechas una reacción de la banda? Si es así, ha sido el único sorprendido. Claro que hasta el ‘sabio’, Joan Mesquida, estaba convencido que no había rearme: debió de pensar que en los zulos escondían matasuegras, gorros, mazapanes y guirnaldas para Nochevieja. Al ‘experto’ Mesquida solo le ha faltado anunciar la comparecencia conjunta de José Luís Rodríguez Zapatero y Arnaldo Otegi. Las insensateces del directo general, los silencios de la vicepresidenta, la huida llorosa de Zapatero a Doñana, el gran cabreo de Rubalcaba y las investigaciones de los próximos días pueden arrastrar por el fango al Ejecutivo y al partido que lo apuntala. ¿Acaso no sabía el presidente que ETA solo produce estragos, odio, división y muerte? ‘Bambi’, tal cual

Pena y Dolor. Sobre todo para los ciudadanos que han defendido que hay que estar junto a las víctimas y frente a los verdugos. Ni siquiera entre los verdugos se ponen de acuerdo: alguien debe decir al presidente que Josu Ternera y ‘Txeroki’ están apuntándose a la cabeza y cualquier movimiento en falso abrirá la ‘Noche de los cuchillos largos’ que ETA tiene pendiente desde agosto pasado. Y Mesquida vendimiando. En fin, ‘Bambi’, tal cual.

Dictadura abertzale

prd4.JPG La represión que se vive en las provincias vascongadas es producto de la dictadura abertzale, alimentada por el nacionalismo. El Gobierno socialista no ignora la realidad, pero prefiere pasar por ignorante, mientras soporta las ofensivas bravuconadas de Otegi. Escuchar a esta ‘máquina de insultar’ que el Gobierno de Zapatero “mantiene una apuesta por la represión y el acoso a la mayoría popular de Euskal Herria” produce dolor, mucho dolor, sobre todo a quienes a diario sufren represión, dictadura, insulto y humillación de ciertos sectores radicales, sobre todo en la zona rural de tendencia abertzale y nacionalista.

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La bandera de Otegi

prd4.JPG Batasuna sigue siendo un problema en y para las provincias vascongadas. Ha llegado a anunciar que la siniestra abertzale «estará presente en todas las campañas electorales que se desarrollen en los próximos años». Nunca esa formación ha estado en condiciones de afirmar o exigir nada, y menos aún, en el ámbito democrático. Aquella expresión de “ya se verá cómo se lleva a cabo”, en referencia a su presentación a los futuros comicios, carece de sentido. ETA ha rasurado cualquier pretensión de los ‘batasunos’ y la vicepresidenta lo ha dejado bien claro; aunque ya no es fácil fiarse de los integrantes del Gobierno.

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