Lo siento. Estaba de vacaciones, pero tras los atentados de Burgos y Calviá me hierve la sangre y no me puedo callar.
De nuevo en acción la vergüenza que asola España. ETA ha vuelto a matar a miembros de la Guardia Civil; el cuerpo profesional más especializado en combatir el terrorismo. Nos hemos hartado estos últimos años de decir que el terrorismo es una lacra, incluso cuando el Gobierno de Rodríguez decía que no eran actos terroristas, sino accidentes. Han pasado dos años desde que se desengañó el Gobierno, aunque sigue siendo sospechoso, y aún no ha pedido disculpas a quienes combatíamos a ETA desde el riesgo permanente y desde diferentes frentes.
ETA está crecida y es responsabilidad del Gobierno acabar con ella cuanto antes. Y debe hacerlo por la vía del derecho y por la vía judicial. Aquellos que defendían la negociación con ETA, poniendo al Estado de Derecho en igualdad de situación que a la banda, han podido comprobar que la negociación nunca es posible con el terrorismo, porque la ‘serpiente’ se revuelve en cuanto tiene ocasión. ¡Que se lo pregunten a los dos miembros de la Guardia Civil asesinados en Calviá!.