La Encuesta de Población Activa pone de manifiesto que la situación económica va de mal en peor. Casi seis mil parados aumenta diariamente la ‘empresa más grande del país’. Y en ello incide la culpabilidad del Gobierno y de los sindicatos. El primero, por su ineficacia y tardanza en reaccionar ante la crisis. Los segundos, por su dejadez, su desconocimiento de la situación, su permanentemente corrupta actuación y su desprecio al trabajador.
Gobierno y sindicatos huyen de la realidad y, cuando pueden, culpan al que pasa por la puerta de casa. Lo mismo les da planchar huevos que freír corbatas. Ellos van a su ritmo, a su ‘bola’ y con su daño; al fin y al cabo juegan con la pólvora del Rey y de ella gastan. Decía Demóstenes que “cuando una batalla está perdida, sólo los que han huido pueden combatir en otra”.