Los nacionalistas con el apoyo de los antitaurinos y de los socialistas quieren prohibir las corridas de toros en Cataluña. Es evidente que en un lugar donde se prohíbe utilizar el español no sólo en las aulas, sino hasta en el recreo, donde te multan por poner un cartel en tu negocio en español y no en catalán y donde también se prohíbe hablar español en los medios de comunicación, está claro que la fiesta nacional pueda tener los días contados. Para la clase política catalana no hay más nación que Cataluña, ni puede haber otra fiesta nacional que ver ganar al Barça, pero que culpa tiene el Barça de que cuatro insensatos tengan ansias de poder.
El argumento de la protección a los animales es falso, y la prueba de ella es que el proyecto de ley admitido a tramite no se refiere para nada ni a la caza, ni a la pesca, ni al engorde de algún animal, ni a la cría de pollos en condiciones tan crueles como las que afronta el toro de lidia en la plaza. El único problema son las corridas de toros porque domingo tras domingo y no digamos nada si torea y triunfa José Tomás, el rito de la sangre y la arena recuerda que Cataluña siempre ha sido parte de España.
* FUENTE: Blog de Roberto Rodrigo Jiménez.