Hubiera sido un simple gesto sin importancia, aunque cafre y nefasto; pero el hecho de ver a dos treintañeras puño en alto, como Leire Pajín y Bibiana Aído, hace pensar que vamos hacia atrás y que nos dejarán con el culo al aire por su pura y simple ignorancia.
Las citadas paisanas desconocen el magnicidio del comunismo, ignoran el origen represor, de odio y de violencia que significa el odiado gesto decimonónico.
Lo del puño en alto del ‘jefe de los descamisados’ es otro tema, porque representa simple teatro dentro de un acto para consumo interno y foto de prensa.
Don Alfonso Guerra, que dio nombre a la tapa de bar, «guerrita«; es decir chorizo frito al infierno, como se dice en Andalucía, ayudó al promotor de los GAL, Felipe González Márquez, a ‘salir corriendo’ del marxismo, por lo que no se entiende su gesto, salvo que forme parte de la mentira habitual que caracteriza al socialismo a la española.
Esa foto de un diario de tirada nacional con las dañinas treintañeras del Gobierno ‘zapateril‘, Guerra y Fernández Villa con el puño levantado ha indignado a la ciudadanía, como lo hubiera hecho un clan fascista con el brazo el alto y mano tendida.
¿Qué digo? Si algún político liberal, conservador o independiente levanta el brazo al puro estilo del Fascio, se hubiera montado ‘la de Dios es Cristo’ en todos los medios manipulados por los resortes del Gobiernos y en la prensa amarilla que alienta el desconcierto, la crispación permanente, la ‘crucifixión‘ del empresariado, el desprestigio de la CEOE y el ‘santo rosario’ en honor de los ‘santurrones’ y ‘zapatones‘ sindicales.